viernes, 31 de diciembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN



Parte II

El Yoga del Bhagavad Gita

Continuación

El retiro o renuncia de la que habla el Gita, la 'Anasakti', que es su más grande enseñanza, no es una renuncia a algo existente, porque a lo existente no puede renunciarse, es absurdo pensar en abandonar lo que realmente está allí, la renunciación de que habla el Gita se refiere al error implicado en el pensamiento. Así que la renunciación no se refiere a aun significado valioso o real, sino a un error que existe en el pensamiento. Debemos renunciar al error que cometemos al pensar, y al eliminar dicho error del proceso del pensamiento, éste se purifica, y la errónea actividad, que ordinariamente es el Karma que ata, se convierte en acción Divina y dinamismo, el cual es purificador y liberador. Esto es lo que se denomina Karma-Yoga. El 'Samah' mencionado en este verso, la serenidad que es considerada como el más elevado medio de práctica, es un tipo de dinamismo superior o 'Sattva', que no puede compararse con el dinamismo o ausencia del mismo en 'Tamas'. Solo debemos traer a la memoria la pequeña ilustración sobre la altísima velocidad que puede verse como si no hubiese movimiento. Tal dinamismo es la acción divina o el trabajo de Dios, que se ha elevado a una frecuencia tal de intensidad, que ni los sentidos, ni la mente pueden captar su fuerza. La velocidad de la mente es la más elevada de las velocidades concebibles, pero la velocidad de la conciencia es mayor. Por esta razón, quizá, la Isa Upanishada nos dice en alguna parte, que antes de llegar un lugar la conciencia ya está allí. Aún antes de que la mente con toda su inconcebible velocidad trate de alcanzar un destino particular, la conciencia ya está presente allí, puesto que su velocidad es mayor que la enorme velocidad de la mente. El dinamismo de la conciencia es un tipo peculiar de actividad intensificada, la cual es diferente de la actividad física. Para todos los propósitos, es absoluta cesación de la acción. Pero es la manera como Dios actúa. Puede parecer que Dios no hace nada. Dios se afirma a sí mismo, está absorto en Él mismo. El Señor Siva con frecuencia es representado de este modo en nuestros Puranas y en nuestra tradición. Tal vez hayan visto retratos de Siva sentado en posición 'Padmasana', con los ojos cerrados y completamente absorto, como si no fuera consciente de lo que sucede afuera. Está cerrado a toda actividad. Está, por decirlo así, inconsciente de lo que sucede en el mundo, pero la verdad es que la absorción de Siva en las alturas de la meditación no es la oscuridad de la ignorancia, ni ausencia de conocimiento sobre lo que está sucediendo en el universo. Ciertamente es una intensa conciencia de las cosas, que probablemente se confundirá con una completa ausencia de conciencia. Lo que el Bhagavadgita espera que hagamos en la práctica del Yoga, es que nos elevemos de un tipo inferior de actividad, a uno elevado. Aquí debemos agregar una nota al margen, y es que debemos entender el significado de la actividad en su propio ambiente, en su propia connotación. No es movimiento físico, y así cuando nos elevamos más y más en el reino del espíritu, en los límites de la vida espiritual, no nos volvemos inactivos en el sentido de un individuo inútil, sino que surgimos con una personalidad más provechosa y comprensiva, capaz de una acción de más entidad, dotada con una capacidad para efectuar un mayor logro con la aparente ausencia de movimiento físico, pero donde el pensamiento se vuelve intenso.

La acción mental es la verdadera acción, la acción física por sí misma no es acción. Es la mente la que motiva al cuerpo físico mientras actúa. Si la mente no está activa y el cuerpo actúa mecánicamente, disociado de la conciencia de la mente, tal acción pierde su significado. Es una acción sin vida. Lo que ata o libera es la mente y no el cuerpo. Si estamos atados aquí, es a causa de que la mente piensa de una manera particular, y si vamos a liberarnos, eso, también, es a causa de un cambio peculiar que va a ocurrir en la forma de pensar. El cuerpo puede estar allí de la misma forma que lo ha estado. El Jivanmukta tiene un cuerpo que es el mismo que tenía cuando era niño, pero por dentro ha cambiado. Su mente se ha transformado y su conciencia ha alcanzado una tipo de concentración más elevado. Se ha convertido en un ser diferente aunque está dotado con el mismo cuerpo. El significado de todo este enredo se pone de manifiesto en mayor detalle en el siguiente verso: 'Se dice que uno se ha establecido en el Yoga cuando no se apega ni a los objetos de los sentidos, ni a las acciones, y ha renunciado a toda afirmación creativa de la voluntad'. La palabra 'Sannyasa', que significa renunciación, se define con frecuencia como un modo de vida disociado de la acción. Puesto que la mente significa todo en el desarrollo de la acción, tenemos que cambiar la idea que tenemos sobre Sannyasa, aunque tentativamente podemos conceder que Sannyasa sugiere retiro de la acción. Mas, ¿qué es acción? El criterio del Yoga es ‘Sarva-sankalpa-sannyasa’. La voluntad creativa o las afirmaciones del órgano psicológico con seguridad pueden considerarse como la causa de nuestras ataduras, y el medio para la liberación será una reorientación en el sistema de voluntad creativa. Cuando se logra la liberación, la voluntad individual se convierte en Voluntad Divina. Cuando la voluntad individual actúa independientemente, se supone que tiende hacia la esclavitud. Cuando la Voluntad Divina actúa y toma posesión de la personalidad, entonces opera la Voluntad liberada. Aquí debemos pensar un poco sobre la naturaleza de la voluntad del individuo y la de la Voluntad Divina, pues 'Sankalpa' no es otra cosa que voluntad, y se nos dice que debe haber un abandono o renuncia de toda voluntad con el propósito de establecerse en Yoga, para convertirse en 'Yoga-Arudha'.¿Qué significa voluntad o 'Sankalpa'? En la vida no somos esclavos excepto de la voluntad.

El gran autor Schopenhauer escribió una obra maestra en tres volúmenes llamada "El Mundo como Voluntad y Representación", probando con su tesis que no hay nada en este mundo, excepto la voluntad. En los diferentes matices de su significado la voluntad es esclavitud y también liberación. La voluntad que esclaviza es de un tipo particular, y es a ésta a la que se nos pide renunciar para establecernos en Yoga. La voluntad esclavizadora es el primer instinto auto-afirmativo dentro de nosotros, el cual insiste en la independencia del individuo y en un aislamiento de la personalidad que corta la relación con los demás. En suma, es la voluntad egoísta, la voluntad que afirma el ser individual, el ser corporal, el ser personal, el ser localizado, esta es la voluntad esclavizante. Esta es la voluntad a que se nos pide renunciar para llegar a ser ‘Sarvasankalpa-sannyasins’.

Este es el oculto y real significado de 'Sannyasa'. La voluntad individual urge, demanda y clama por aislamiento e independencia absoluta de personalidad. 'Yo', es el significado que hay tras ese deseo. En el sentido individualizado, 'Yo' atado a la apariencia del cuerpo. El 'Yo' corporal es la voluntad del individuo. Sabemos cuánto amor tenemos por este cuerpo y qué significado asociamos con la existencia corporal. Cada valor está sumergido en la vida corporal. Nuestros placeres son físicos. La vida que vivimos es física, y cada objetivo que perseguimos en ella está igualmente asociado con la existencia y continuidad del cuerpo físico y sus necesidades. Tal afirmación es la voluntad del individuo, la cual es la voluntad que encadena. Podemos preguntar: ¿Cómo encadena? ¿Cómo puede causar aflicción esta voluntad que afirma la individualidad física o la personalidad aislada? Encadena al traer aflicciones en serie, y esto sucede a causa del hecho de que la verdad de las cosas es diferente de lo que la voluntad del individuo afirma con vehemencia.

TEXTO COMPLETO AQUÍ

domingo, 19 de diciembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

El Yoga del Bhagavadgita

Continucaión

De nuevo nos cuenta el Mahabarata en el Udyoga-Parva, que cuando Bhagavan Sri Krishna asumió la Forma Cósmica y comenzó a brillar como soles brillantes, miles en número, la gente cerraba sus ojos pues el fenómeno los encandilaba de tal manera que lo que veían era oscuridad. Si ustedes miran al sol por algún tiempo, solo verán oscuridad ante sus ojos, no verán luz, porque los ojos estarán cegados por el resplandor del sol, no porque no haya luz, sino porque ustedes no podrán percibirla. Nuestra incapacidad para comprender el significado de un tipo de dinamismo superior es la razón para que en sus comentarios sobre versos similares del Bhagavadgita, los expositores hayan construido un compartimiento estanco que separa 'acción' de 'serenidad'.

Desde tiempos inmemoriales existe una pugna entre 'jnana' y 'karma', conocimiento y acción, vida en el mundo y vida de renunciante, vida de actividad y vida de retiro hacia la serenidad, lo cual es un fenómeno que se manifiesta como resultado de la incapacidad por parte de la mente humana para captar la verdad total de la situación. Hablando realmente, no hay tal cosa como 'retiro' de lo que verdaderamente está ahí. Lo real no puede no ser, y lo irreal no puede ser.

Si una cosa realmente está allí, no podemos retirarnos de ella. Si la cosa no está allí, entonces, ¿de qué nos retiramos? No podemos sustraernos de lo que no está allí, ni tampoco podemos sustraernos de lo que está allí, porque ya hemos dicho que está ahí, que es real, y lo real no puede volverse irreal. Así que la cuestión del retiro o renuncia de la acción sobre la cual la gente discute mucho, pierde estímulo cuando tratamos de entender qué es 'karma' o acción, y que es 'samah' o serenidad. No es un 'retiro' en el sentido físico y ordinario de la palabra. Serenidad o 'samah', no es renuncia o abandono de un modo particular de conducta en la vida, sino un ascenso hacia una forma sublimada de conducta, que incluye todos los significados de esa conducta particular en su etapa inferior.

La mente humana no está hecha para entender esto por completo, ya que nacimos en una tradición de pensamiento que es social y personal, espacial y temporal; pero este significado que está escondido tras el gran mensaje de Karma-Yoga en el Bhagavadgita, no es ni espacial ni temporal. Es espiritual y, por tanto, no puede ser asociado con nada de lo que consideramos importante tanto en la sociedad, como en el mundo del espacio y el tiempo. Quizá esta es la razón por la que se ha dicho que el significado del Gita solo es realmente conocido por Krishna, y nadie más lo conoce. Arjuna lo conocía un poco. Suka, lo conocía. Vyasa, lo conocía. Otros, solo lo han escuchado.

De momento es necesario por parte de un verdadero buscador reorganizar el modelo de su pensamiento con el objeto de ser capaz de comprender el significado mismo de la espiritualidad. La espiritualidad no es una conducta social. Es una transformación interna de la conciencia, y esta transformación es de una cualidad y carácter completamente diferentes de las transformaciones que observamos físicamente en el mundo natural. Es por esto que requerimos de una iniciación en esta técnica de pensamiento. Esto se llama Guru-Upadesha. ¿Por qué ir a un Gurú por iniciación si se puede entender todo solo por la lectura de un libro o por escuchar una conferencia; dónde radica la necesidad de un maestro, de un guía espiritual, de una iniciación? La necesidad surge porque es difícil pensar de esa forma, porque no estamos acostumbrados a pensar así. Nuestra manera de pensar es la misma con la cual empezamos en la niñez. Aún cuando tengamos setenta años pensamos cualitativamente de la misma forma en que hemos pensado desde niños. El modelo no cambia, aunque el contenido del pensamiento pueda variar a causa de la adultez. La cantidad también aumenta, pero la calidad y la estructura del pensamiento no cambian. El anciano piensa de la misma forma que el niño. Es altamente esencial que el propio molde del pensamiento cambie con el objeto de llegar a ser una persona espiritual. La transformación espiritual requerida en la práctica del Yoga no es una revolución física o social, sino una reconstitución interna de la personalidad, una nueva forma de conciencia, y puesto que ésta tiene el toque de lo intemporal en ella, se dificulta captarla, porque todo nuestro pensamiento es temporal, y el principio de intemporalidad o eternidad presente, hasta cierto punto, en cierto porcentaje, en esta forma de pensar, nos hace difícil digerir su significado.

Descubrimos en el tercer verso del Capítulo Sexto del Gita, que no se nos pide renunciar a nada de lo que realmente está allí, y si bien el Gita sin duda es un evangelio de renunciación, no se refiere a la renuncia de un significado, valor o cosa existentes, puesto que ya se ha dicho que lo existente es lo real, y lo real no puede nunca volverse irreal.

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lunes, 13 de diciembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

El Yoga del Bhagavadgita

Continuación

Ahora, existe un tercer aspecto en este punto, aparte de los dos ya mencionados. Actividad no necesariamente significa movimiento del cuerpo físico, aunque esa es la forma en la cual generalmente entendemos el significado de actividad. Desde el punto de vista del evangelio del Bhagavadgita, desde el punto de vista del ideal de la vida espiritual, el significado de acción es algo diferente de lo que asociamos con actividad ordinaria. Puede haber actividad intensa aún con el cuerpo físico en quietud. Un cuerpo físicamente quieto puede implicarse en una clase diferente de actividad, por la cual puede incluso mover montañas. Es una extraña clase de acción, completamente diferente de la que ustedes conocen y que puedan imaginar. Los grandes acontecimientos mundiales son causados y motivados por fuerzas no necesariamente físicas. No es la actividad física de ningún individuo, ni ningún objeto físico o cuerpo en particular, la causa tras las grandes transformaciones que suceden a través de la historia. Hay otros designios ocultos tras la actividad visible que generalmente son conocidos como las fuerzas del mundo, que controlan el destino de la humanidad en conjunto. Estas fuerzas tras la actividad visible de la naturaleza física y de la sociedad humana, no son necesariamente físicas. Son diferentes de un cuerpo físico y de una acción física, porque no pueden ser contactadas por medios físicos. Un movimiento de elevada frecuencia puede transcender el reino físico y ser impenetrable a la entrada de instrumentos físicos, imperceptible por los órganos físicos y aún así, es más poderoso que cualquier instrumento físico en el que ustedes puedan pensar. Se puede llegar a una etapa en que lo físico desaparezca por completo y las fuerzas asuman una nueva forma en la cual sea difícil llamarlas físicas. Precisamente los descubrimientos de la ciencia moderna casi han llegado a esta conclusión. La llamada materia física del materialismo, materialismo de crasa percepción material, los objetos físicos de la naturaleza tangibles a los sentidos, se han evaporado gradualmente en una sustancia que realmente no es sustancia, que es absolutamente incapaz de contacto físico, que no puede ser observada en el laboratorio aún por los más sutiles instrumentos, y que es mucho más sutil que los átomos, cualquiera que sea la concepción que de éstos podamos tener.

Por razones difíciles a la mente de comprender, la materia ha sido desmaterializada y se ha convertido en algo diferente de lo que es y de lo que se ha creído que era. Ha dejado de ser un objeto en el sentido de un contenido perceptible, y parece que se ha retirado ella misma a un reino diferente del ser, el cual es inseparable de la subjetividad, en vez de ser inseparable del reino de los objetos. Esto solo para citar un ejemplo de los descubrimientos modernos. Generalmente hablando, las partículas físicas de la naturaleza, los objetos que vemos con nuestros ojos y contactamos con nuestros sentidos se asocian con actividad, y no podemos pensar en acción, excepto en términos de estos objetos físicos. Pero cuál puede ser el carácter de una acción, actividad o movimiento, en una condición donde lo físico parece que ha desaparecido por completo y los objetos parecen entrar en la estructura de los demás objetos en forma mutua, donde no podemos distinguir con precisión entre una cosa y otra, como por ejemplo, en el caso de las olas del mar. Una ola entra en lo más íntimo, en la estructura y las entrañas de otra ola. No se sabe donde termina una y comienza otra. Si las fuerzas de la naturaleza actuaran de esa manera y tomaran esa forma en su actividad, si uno no pudiera existir sin referencia del otro, ¿cuál sería para ustedes la definición de acción?

Ahora llamo su atención de vuelta a la ilustración que di sobre el movimiento de un ventilador eléctrico, donde una intensa actividad puede parecer ausencia de actividad o mejor dicho, la actividad más elevada puede parecer inactividad. La dificultad para entender este punto, que no sucede ante nuestros ojos y no es un fenómeno generalmente observado en la sociedad humana, también hace difícil entender el significado del verso que menciona dos diferentes medios en la práctica del Yoga: acción de una parte, y serenidad de la otra. Puede decirse con seguridad que este verso del Bhagavadgita que habla de 'karma' y 'samah', acción y serenidad, no habla de una contradicción entre dos tipos de medios, sino de una diferencia entre un estado inferior y uno superior, siendo el superior siempre inclusivo del inferior, como tuvimos ocasión de advertir al principio. De ninguna manera se puede decir que el estado elevado sea diferente del inferior, por cuanto la vitalidad y los valores del inferior siempre están contenidos en el superior, tal como no podemos afirmar que un adulto que ha crecido desde la infancia, es diferente del infante solo porque la etapa de la adultez sea diferente de la niñez, puesto que los valores asociados con la niñez son transcendidos en el estado adulto, mas no perdidos. Así que el medio superior aplicado en Yoga no es una contradicción con el instrumento inferior, sino una absorción del inferior en el superior, una inclusión del inferior en el superior, una sublimación del inferior en el superior, de tal manera que en lugar de existir un contraste entre un medio y el otro, hay un continuo crecimiento y persistencia de uniformidad entre lo que generalmente llamamos lo inferior y lo superior. Aquí llegamos al punto vital del problema que se presenta como significativo en este verso que estamos estudiando.

La diferencia ocurrida aquí entre 'karma' y 'samah' es, por tanto, otra cosa de lo que entendemos por diferencia entre una y otra cosa. Aquí no existe inferioridad o superioridad. Para reiterarlo, existe absorción de un medio inferior en uno superior, el inferior incluido por todo aspecto en el superior. Igualmente, cuando se dice que el superior incluye al inferior, no puede excluir el significado de acción, porque la acción o 'karma', que se supone es una etapa inferior, si va a ser incluida en la superior, naturalmente no puede perder su sentido cuando se convierta en superior. Así que el estado superior llamado serenidad o 'samah', no es ausencia de actividad sino una forma sublimada de actividad, algo muy superior al tipo ordinario de acción, que es de baja frecuencia, tal como no podemos ver con nuestros ojos físicos las ondas de luz de alta frecuencia alfa, beta, gamma, rayos cósmicos, etc., de los cuales escuchamos hablar por estos días. Existen ondas de luz de alta frecuencia cuya existencia nos es desconocida porque no somos capaces de percibirlas con los ojos o sentirlas con algún otro de los sentidos. Lo que llamamos luz del sol, la forma más brillante de luz que podemos pensar, es una luz de baja frecuencia que puede ser captada por la retina de los ojos, porque la frecuencia de las ondas de luz del sol es acorde con la capacidad de la retina. Si se elevara a un estado superior de frecuencia, veríamos oscuridad por doquier, entonces el mundo entero sería como boca de lobo, no porque no hubiera luz, sino porque la luz se ha vuelto tan intensa que enceguece, y los ojos no podrían saber que existe la luz.

VERSIÓN COMPLETA AQUÍ

sábado, 4 de diciembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

EL YOGA DEL BHAGAVAD GITA

Continuación

Y el capítulo avanza en detalle dándonos mayor información acerca de cómo podemos realmente tratar de hacernos aptos en nuestra vida diaria para esta práctica única. Esto se establece en algunos de los siguientes versos del mismo capítulo, tal vez el inmediatamente siguiente, nos dice algo muy significativo:

Arurukshor muner yogam karma karanam uchyate,
Yogarudhasya tasyai’va samah karanam uchyate.


Generalmente existe el sentimiento, aun entre buscadores avanzados en el camino de la vida espiritual, de que evidentemente existe una vasta diferencia entre la vida de retiro espiritual y la vida de actividad en el mundo, actitud que es la primera causa tras los infortunados problemas que enfrenta hoy la humanidad, el problema de un conflicto, por decirlo así, entre religión y vida en sociedad, lo que precisamente el Bhagavadgita trata de resolver, el problema que desea acabar completamente. En el anterior verso hay una clave del significado de esta técnica:

Al principio, cuando ustedes empiezan, cuando inician este gran Yoga de vida espiritual, el cual es el Yoga de la vida en general, la 'actividad' es el medio o instrumento; ‘karma karanam uchyate’; y cuando ustedes ascienden más alto y alcanzan un estado avanzado o particularmente acentuado, el medio es la 'calma' o 'serenidad', samah karanam uchyate.

Estas palabras ‘samah’ y ‘karma’, serenidad y actividad, han sido comentadas e interpretadas de diferente manera por diferentes autores, como si significaran dos cosas contradictorias por completo, como si el Gita fuera a decirles a ustedes que el estado más elevado carece del principio de la acción. Pero esto es precisamente lo que el Gita refuta. El Gita nos da varias definiciones de ‘karma’, y mientras se eleva de las etapas inferiores a las superiores en una hermosa escala ascendente, no desatiende los valores significativos de ninguna etapa inferior, de tal manera que es apropiado sostener que el Yoga del Bhagavadgita es un desarrollo de la personalidad en varios grados de perfección, en vez de un intento que implicaría un rechazo de todo significado importante de la vida o un abandono de cualquier valor real existente. Hasta cierto punto es como el crecimiento del individuo desde la niñez hasta la condición adulta, donde el crecimiento no implica pérdida de personalidad ni abandono de ningún valor, sino la absorción de valores en un sentido más elevado, de tal manera que en cada nivel superior, uno es un ganador y no un perdedor. Por tanto, en cada etapa de esta práctica, llámese ‘karma’ o ‘sama’, cualquiera sea la palabra que puedan usar para significar el sentido, van a ascender a un nivel más alto, de mayor alcance e inclusión, donde todos los valores de vida de las etapas inferiores son sublimados en quintaesencia.

Que no piensen con temor las personas sobre un acercamiento a Dios que pueda significar pérdida de los valores o placeres de la vida. Aunque ustedes pueden decir con el intelecto, ‘sí, entendemos eso’, el corazón tiene razones que la razón no conoce. Sus corazones se rebelan contra esa convicción intelectual y esa deducción racional de que el acercamiento a Dios no significa pérdida de los valores. El corazón dice: ‘Querido amigo, usted va a perder algo’, y por tanto hay una renuencia por parte aun de personas sinceras en recorrer la senda hacia Dios en su verdadero significado, y no se puede evitar ser un poco hipócrita en lo íntimo de la personalidad, aun en presencia de este Divino Ser, el más elevado, Omnisciencia que todo lo penetra. En realidad el corazón no desea totalmente a Dios. Esto debe aceptarlo todo aquel que sea honesto y sincero. Desear a Dios implica una actitud especial que no estamos preparados para adoptar, a causa de la equivocada noción del verdadero significado de Dios, una tradición en la cual hemos sido introducidos desde la niñez, a pesar de los repetidos mensajes de santos y sabios, de que Dios todo lo penetra y que es Todo. ‘Tal vez Él todo lo penetra, lo sé bien. Él está aquí, bajo mi propia nariz. Lo acepto, pero mi corazón dice otra cosa; mi subconsciente, tras su velo, se lamenta al solo nombre de Dios, puesto que tiene la leve sospecha de que la gloria de Dios no incluye los placeres de la vida, si es así, debo pensarlo tres veces antes de dar el paso’, replica la mente.

Amigos, el Bhagavadgita nos dice que la Gloria de Dios no excluye los placeres de la vida, aunque la Gloria de Dios es totalmente diferente en clase de todo lo que ustedes pueden llamar los placeres de la vida. Todo lo que vale la pena en la vida se incluye aquí, y si ustedes piensan que los placeres de la vida también valen la pena, entonces también están incluidos allí, pero no en el sentido que ustedes conciben los placeres. La distorsión y el error implicados en lo que ustedes llaman los placeres de la vida, son eliminados de la perfección que es la Gloria de Dios. ¿Les gustaría trasladar error y distorsión también a sus vidas, a la meta a la cual aspiran? ¿Quieren perfección o distorsión?

Los placeres de la vida, cualquiera que sea el grado de estos placeres, son una gota de la Felicidad Divina envueltos en una completa distorsión de significado, distorsión que el Yoga trata de eliminar, de tal manera que la pureza de la Felicidad se conserve, y el aspecto divino allí presente se ponga de relieve. El aspecto de divinidad y perfección presente aún en la peor de las cosas, se convierte en un medio para la elevación del alma a su gran meta, y es lo que hace ver belleza y felicidad aún en la fealdad y el dolor.

De tal manera que, de nuevo puedo repetir, el evangelio del Bhagavadgita o el evangelio de la meditación, o el evangelio de la vida espiritual, es una enseñanza paternal que lo contiene todo, un consejo maternal y una ayuda del padre, que les da a ustedes todo lo que necesitan, que provee sus necesidades en cada etapa de la vida, en cada nivel de su personalidad, en cada aspecto de sus requerimientos. Dios, en Quien todo existe y Quien está presente en todas partes, provee cada necesidad donde quiera que usted esté, cualquier cosa que usted sienta que le hace falta, y lo que usted considere desde el fondo de su corazón como valores de la vida. En Dios todas las cosas están en todas partes y en todo momento; Dios es Todo.

Ya se dijo que para el buscador que intenta subir la ladera del Yoga el medio es la ‘acción’; y para aquel que ya está establecido en el Yoga el medio es la ‘serenidad’: Arurukshor muner yogam karma karanam uchyate; Yogarudhasya tasyai’va samah karanam uchyate. Esta precisa y enérgica declaración en un solo verso ha sido interpretada casi por cada expositor del Bhagavadgita como si implicara diferencia, si no una contradicción, entre un tipo de medio y el otro: ‘acción’ es el medio y ‘serenidad’ es el medio.

Generalmente hablando, no podemos unir acción y serenidad en un solo concepto, porque nuestra forma de pensar es tal, que la acción parece ser opuesta a la serenidad. Una manifestación de actividad de cualquier clase causa conmoción y, por tanto, el término ‘serenidad’ usado en el Gita ha sido considerado como un estado equivalente a estar apartado de la acción, no compatible en ninguna manera con ésta. También existe otro aspecto de esta interpretación: para el principiante ¿qué acción se supone es el medio, y de cuál acción debe que apartarse en la aplicación del segundo medio? No podemos pensar en actividad excepto en términos del cuerpo físico, y también una acción está asociada con el movimiento del cuerpo físico. Así que la acción, de un modo u otro, tradicionalmente ha venido a significar un movimiento del organismo, del sistema físico, y puesto que cada movimiento es causado por un motivo, una sensación de necesidad o carencia, por un deseo tendiente a la realización de un ideal que aún está remoto, se ha dado por seguro que el factor causante de cada acción es indicativo de ausencia de serenidad en la mente. Esta es la razón por la cual los expositores del Gita han pensado que serenidad es diferente de acción, que samah (serenidad), no es lo mismo que karma (acción). Además, es aceptado por parte de los expositores del evangelio hoy día, que la serenidad es un logro superior en calidad al estado de acción en el cual uno está implicado. De tal manera que siempre hay una lucha por parte del buscador para apartarse de la actividad, bajo la impresión de que cada actividad connota un estado inferior, y que el estado más elevado se caracteriza por la ausencia de actividad, la cual es serenidad.

Si ha de tomarse esto como el significado estándar de este verso, si con base en esta interpretación, 'samah' o serenidad, debe tomarse como ausencia de actividad, Bhagavan Sri Krishna no puede considerarse como un Yogui. Él no sería un 'Yoga-Arudha', porque se mostró en actividad toda su vida, y no puede decirse que careció de movimiento de ninguna clase. Él fue todo movimiento y dinamismo de arriba abajo. Así que, al menos considerando la vida misma de Sri Krishna, quien fue aclamado como 'Supremo Yogeshvara', o Maestro de Yoga, debemos dar una segunda mirada al significado de este verso y tratar de descubrir si existe un significado oculto tras estas palabras, 'acción' y 'serenidad', las cuales significan los medios o instrumentos de las diferentes etapas del Yoga.

Como seres humanos normales que vivimos en sociedad tenemos una noción particular de la acción en la cual nacimos y fuimos criados. No podemos concebir la actividad o acción excepto en términos de movimiento y, como dije, no podemos pensar el movimiento sino en términos del cuerpo físico, y así estamos obligados a interpretar la acción como una sucesión en la posición de un objeto o evento particular. Cada actividad, de acuerdo con nuestra forma de pensar, es una procesión en el tiempo, un cambio de lugar, una transformación de condición que implica una especie de aplicación momentánea de concentración por parte de la persona que está involucrada en este proceso.

Siempre se nos ha dicho que el 'Yoga-Arudh’ o alguien establecido en Yoga, es una personalidad que se identifica con una 'fijeza' absoluta. Este es un punto muy sutil que siempre distrae nuestra atención del intento por entender el significado de 'fijeza', 'serenidad' o 'calma', y la dificultad radica en entender la diferencia que existe entre el carácter de sattva y tamas. En tamas hay fijeza, estabilidad, ausencia de movimiento o actividad de toda clase y en sattva, que es lo opuesto a tamas, hay otra clase de fijeza, una estabilidad que puede confundirse con la misma clase de fijeza que caracteriza a tamas, pero totalmente diferente de ésta en cualidad. Para dar un ejemplo sencillo: si un ventilador eléctrico gira a baja velocidad se puede ver el movimiento: se ven mover las alas. Pero si la rapidez del giro se incrementa hasta un punto elevado, y hay un tremendo movimiento de las alas del ventilador, ustedes no podrán ver ningún movimiento. Aparentemente el ventilador no se mueve. Está fijo. La apariencia de una total ausencia de actividad del ventilador, en realidad puede ser el más alto tipo de actividad en que éste se pueda emplear. Si desea saber si el ventilador se mueve o no, solo tiene que meter el dedo (mejor tenga cuidado: introduzca un palillo), aunque ustedes no puedan ver el movimiento, a causa de la intensidad del movimiento. Así que una percepción visual del movimiento no siempre es el criterio para juzgar la naturaleza de la acción. Puede haber movimiento y no obstante no ser percibido. De hecho, la acción percibida es una acción de menor categoría. No es una actividad elevada.

VERSIÓN COMPLETA AQUÍ

sábado, 27 de noviembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


PARTE II

EL YOGA DEL BHAGAVADGITA

Continuación

Tal Ser está tras este evangelio y en cierto sentido podemos decir que la enseñanza del Gita es una enseñanza sobre 'Atmavinigraha', 'Atmasamyama' o refrenamiento del ser en sus varios grados y etapas de ascenso. Es un evangelio del control del ser con el propósito de llegar a la realización del Ser. Ciertamente parece extraño que para experimentar el Ser, tengamos que controlar primero el ser. ¿No parece una contradicción, un enigma? Mientras que nuestro objetivo es la realización del Ser, la experiencia del Ser, y nuestro propósito es entrar en el mismo Ser y volvernos uno con Él, ¡la forma de hacerlo se supone que es refrenar el ser! ¿Qué significa esta contradicción en la enseñanza? ¿Debo controlar aquello que quiero realizar? ¿Se espera que con las riendas de mi mente deba dominar y poner freno a Aquello en lo que quiero entrar y que se supone es la meta de mi existencia y aspiración? ¿Qué significa esto? ¿Cómo puede uno tratar de controlar Aquello a lo que uno aspira? ‘Atmasakshatkara’ o realización del Ser es la meta, y‘Atmavinigraha’ o dominio del ser, es el medio. Esto nos dice el Bhagavadgita, punto que aclara bellamente en el Capítulo Sexto, en particular, así como también en algunos otros capítulos.

En verdad es difícil captar el significado de esta aparente contraposición de valores, es decir, que ‘Atmavinigraha’ sea precondición de ‘Atmasakshatkara’. Pero la dificultad se desvanece como la niebla ante el sol si entendemos lo que este Atman o Ser significa; si entendemos qué significa realmente el Ser que se supone vamos a dominar y a realizar.

El Atman que va a controlarse y el Atman que va a realizarse no son dos Atmanes diferentes. Es uno y el mismo Atman o Ser que va a ser restringido en uno de sus aspectos y que va a ser realizado en otro de sus aspectos. ¿Cuál es, entonces, el lado peculiar del Atman que va a ser refrenado, que va a ser reprimido mediante 'Vinigraha', el cual se supone es el medio y que realmente es lo que llamamos 'práctica del Yoga'?

La práctica del Yoga es lo mismo que 'Atma-samyama' o auto-control. En tanto que Yoga se define como unión de la esencia de una cosa con la esencia de otra, también significa todos los prerrequisitos y pre-condiciones necesarias para el logro de este propósito. Así que Yoga es tanto el medio como el fin. Es el medio que adoptamos, así como el fin que alcanzamos. Ambos se definen con un solo término: 'Yoga'.

Si bien Yoga significa unión, dejemos a un lado, por ahora, la definición del significado de esa unión. Así como significa 'unión', también significa 'alejamiento'. Para usar dos términos importantes del Bhagavadgita, podemos decir que el Yoga es 'Vairagya' y 'Abhyasa' juntos en una hermosa combinación. Estos dos términos se encuentran en el Sexto Capítulo del Gita. 'Vairagya' y 'Abhyasa' constituyen el Yoga del Gita, y es un poco delicado usar una 'y' entre ambos términos, porque no son dos cosas diferentes, tal como compartimientos estancos de agua. Son dos caras del mismo cristal de la práctica o, por así decirlo, son como el anverso y el reverso de la misma moneda. De un solo golpe, instantáneamente, se supone que somos capaces de practicar 'Vairagya' y 'Abhyasa', no se trata de que hoy tengamos que hacer 'Vairagya', y mañana 'Abhyasa'. No existe una diferencia siquiera del menor tiempo de duración entre una práctica y la otra. Son simultáneas y debemos ser expertos en efectuar este verdadero Yoga o unión de 'Vairagya' y 'Abhyasa' en el día a día de nuestra vida práctica. Cada momento de la vida debemos ser especialistas, expertos, hábiles e inteligentes en 'Abhyasa', así como en 'Vairagya'. Debemos estar alejados y al mismo tiempo concentrados. Este es el significado de la práctica del 'desapego' y la 'constancia', como el principio tras el Yoga del Bhagavadgita. Esto significa que debemos estar muy atentos. No podemos distraernos en ningún momento. Los Yoguis, precisamente aquellos que solo aspiran andar este camino, no pueden permitirse olvidar la importancia de este requisito. Uno debe ser siempre cauto. 'Pramada' u olvido, así como la debilidad, se consideran un gran error, una verdadera torpeza en este gran viaje del alma hacia su perfección. Así que ser expertos en el arte de unir 'Vairagya' y 'Abhyasa' es una necesidad, es algo inevitable. Algunas veces el Gita nos dice que esa habilidad para conducirse en la vida es en sí misma Yoga: Yogah karmasu kausalam. Yoga es la capacidad que usted demuestra en su vida diaria para adaptarse a cada condición, porque desde el punto de vista del mensaje del Gita, cada condición es un suceso eterno.

Aunque parezca que vivimos en el tiempo, en una sucesión de instantes de duración, estamos perpetuamente en contacto con un significado eterno que está oculto tras esa duración del proceso del tiempo en la cual parece que estuviéramos implicados. Nunca estamos aislados de la vitalidad de la eternidad, de tal manera que en ningún momento podemos decir que estamos desconectados de la presencia de Dios, ni siquiera en nuestros niveles más bajos, ni aun cuando estemos caídos. No existe tal cosa como ‘caer’ de la presencia de Dios. Eso no puede ser.

La práctica de este ‘Atma-samyama-yoga’, la cual es el significado del Capítulo Sexto del Bhagavadgita, está, por tanto, condicionado por ciertos procesos de disciplina que lo harán a uno convertirse en experto en la combinación de ‘Vairagya’ y ‘Abhyasa’. Al principio del capítulo se nos da una sucinta definición de esta pre-condición, de esta disciplina necesaria que debe ser la práctica.

Yam sannyasamiti prahur yogam tam viddhi pandava,
Na hyasannyastasankalpo yogui bhavati kaschana.

Sannyasa se define aquí como el abandono de una actitud de la voluntad o del organismo psicológico. De nuevo, es algo muy difícil de captar. Sannyasa se describe en el Bhagavadgita de una manera original, algo acerca de lo cual muchas personas no han pensado apropiadamente. Ustedes no han pensado lo suficiente sobre este aspecto de la definición de Sannyasa. Se considera Sannyasa como ‘Sankalpa-tyaga’, que significa la renuncia al hábito general del individuo de voluntad de deseo, y una dirección de esta potencia de la voluntad hacia la práctica de ‘Abhyasa’. Esto se llama Yoga. La esencia del Yoga del Bhagavadgita es retener el flujo de la corriente de la voluntad que va hacia la multitud de objetos, a causa de los cuales la energía del individuo se disipa, y la dirección de esa energía así conservada hacia el propósito de la práctica de la meditación.

Así que al mismo tiempo tienen que realizar una doble hazaña: el alejamiento de la personalidad, el control de la voluntad, la renuncia al hábito creativo del órgano psicológico, y la adaptación de esta energía controlada así adquirida, con el propósito de concentrar todo su ser en la totalidad, lo cual es la meta o aspiración del Yoga. Este es el profundo significado psicológico del verso arriba citado. No es posible el Yoga donde se permite a la voluntad separatista afirmarse a sí misma como una realidad aislada.

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sábado, 20 de noviembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


PARTE II

EL YOGA DEL BHAGAVADGITA
Este capítulo se propone exponer ante los buscadores los más importantes principios que subyacen en el evangelio del Bhagavadgita en su aspecto de práctica o Yoga de la meditación. Es bien sabido por todos que este evangelio celestial, el Divino Canto del Señor, es un mensaje comunicado a la humanidad como un todo, y es mucho más que solo un suceso histórico en el contexto del Mahabarata, como la mayoría de las personas lo considerarían.

El Bhagavadgita tiene un significado multifacético. Es un mensaje social, un evangelio político, es una narración histórica, un canto épico de la mayor magnificencia concebible, y también la enunciación de un principio espiritual, es la más valiosa enseñanza sobre la vida en general que pueda aplicarse por igual y sin excepción a cada ser humano. Es tan difícil entender el verdadero significado del Gita, tanto como es problemático comprender la multifacética personalidad del mismo Bhagavan Sri Krishna. Con frecuencia se ha dicho que el mejor comentario sobre el Gita es la vida de Sri Krishna, y no ningún libro de los que disponemos. La idea tras esta visión del evangelio del Bhagavadgita, es que toca cada tipo de ser que está en el universo y pone su dedo en cada tipo de problema concebible; es una solución a todos los problemas, sean causados por factores externos o engendrados por causas internas. Por tanto, la dificultad en comprender el significado de este evangelio es muy simple. Es un mensaje del Todopoderoso a la humanidad. No es un individuo hablando a otro individuo. No es Krishna, como persona, hablando a Arjuna como individuo en una época remota en un tiempo histórico. Es principalmente un mensaje al espíritu que aspira, al alma del hombre, la 'Jiva' que batalla por recuperar su dignidad perdida. Es la descripción del sendero que conduce de la tierra al Absoluto Supremo. Es un recuento detallado de las diversas vicisitudes y transformaciones que uno debe pasar y sufrir en su esfuerzo por elevarse del ser relativo al Ser Eterno. Es una hermosa presentación artística de las múltiples tentativas con que el alma del hombre, en cada paso de su ascenso, lucha para hacer suya la meta de la vida.

El punto que debe resaltarse en este contexto del evangelio del Bhagavadgita, es que es un mensaje para cada etapa de la vida, para cada paso que demos, aún el más pequeño e inicial de los pasos en nuestro empeño por elevarnos, así que no puede decirse que es un mensaje religioso, o un evangelio Hindú, ni que es una escritura Yóguica de la India, ni aplicable solo a cierta parte de la humanidad o a un tipo de personas u órdenes de vida, etc. Es un mensaje para usted, para mí, para todo el mundo, bajo cualquier condición, en cada circunstancia, en cada etapa de la vida, desde lo más bajo hasta lo más alto que se pueda concebir; la meta de la aspiración humana.

Con esta pequeña introducción en relación con el significado del mensaje del Gita, quisiera extenderme sobre lo que sería para el alma que busca la enseñanza central de este gran mensaje del Maestro Supremo, Bhagavan Sri Krishna. Para resumirlo en una sola frase, es "el mensaje de la práctica de la presencia de Dios en la vida del individuo". Es un mensaje de práctica sobre cómo debemos conducirnos en nuestra vida diaria en lo pertinente a nuestra relación con la Realidad Última. Esta es, quizá, la sustancia y quintaesencia del mensaje del Gita. En tanto que es un evangelio del Yoga, de la práctica de la vida espiritual en general, también es una amplia pincelada artística, dada por la multifacética personalidad de Bhagavan Sri Krishna, a este único enfoque de la vida espiritual, el cual puede llamarse la ciencia de la vida. El individuo religioso, el 'Sadhaka', el renunciante, el buscador espiritual, es probable que interprete erróneamente el significado de la presencia de Dios en la vida práctica gracias a una sobre-entusiástica forma de pensar en el concepto ideal de la existencia de Dios, y debido a este error fundamental, probablemente apartará a Dios de la vida práctica del individuo ordinario en el mundo.

Como lo mencioné, la vida de Bhagavan Sri Krishna es el mejor comentario sobre el Bhagavadgita y una explicación sobre su verdadero significado. Si ustedes desean saber cuál es el mensaje del Gita, deben conocer la forma de vida que siguió Sri Krishna en su conducta del día a día. ¿Pueden llamarlo un Sanyasin? ¿Lo pueden considerar un Yogui? ¿Pueden decir que fue un guerrero? ¿Pueden llamarle un hombre de hogar? ¿Qué pueden ustedes imaginar sobre su personalidad? ¿Fue un sabio en cosas del mundo, o un espíritu absorto, totalmente apartado contemplando el transcendental Absoluto, sin relación con la agitación de la vida práctica? ¿Cuál es su apreciación sobre este carácter peculiar y enigmático de la vida de Bhagavan Sri Krishna? Ese, entonces, es el mensaje del Bhagavadgita. Sri Krishna vivió lo que enseñó y enseñó lo que vivió. No hubo separación entre sus enseñanzas y su vida. El intento, para nosotros, consiste en aproximar nuestras vidas a esa vida que Él vivió idealmente como ejemplo ante nosotros. Ese ideal puede parecernos remoto, pero de nuevo, la enseñanza del Gita indica que ese remoto ideal de perfección que se demostró en la vida Bhagavan Sri Krishna, debe hacerse descender al nivel más bajo de vida individual práctica concebible, y reconciliarse con él en armonía.

Es la belleza del evangelio del Gita, que desde el pedestal de la más alta perfección, puede descender al nivel más bajo sin perder la vitalidad de ese estado perfecto. Este descenso del supremo y perfecto ser al estado o nivel más bajo, no implica una disminución en la divinidad de esa perfección. Esa es la belleza y también la dificultad para entender esta belleza. Generalmente, cuando una personalidad elevada desciende a un nivel inferior, usualmente se considera como una degradación, un descenso del valor de la persona; pero aquí la peculiaridad y la belleza reside en que el significado, el valor, la importancia, el alcance, el poder de esta perfección, no disminuye ni siquiera un ápice, aunque parezca que ha descendido al más bajo de los niveles.

Uno puede imaginar cuán sorprendente es concebir este significado que parece escondido tras las enseñanzas del Gita. Tal vez muchas personas puedan imaginar 'eso no es para nosotros', 'no es para mí', 'mi mente no está entrenada para pensar así', 'no he sido educado de esa forma', 'mi educación es inadecuada para ese propósito', 'lo que he estudiado parece estar completamente fuera de punto, si esa va a ser la interpretación del Bhagavadgita y la lectura del significado tras la vida de Sri Krishna'. Pero esta es la grandeza y factibilidad del mensaje. En tanto este mensaje es el más transcendente y el más difícil de concebir, al mismo tiempo es lo más fácil y practicable de todas las cosas. Mientras que tras el evangelio del Gita está la conmovedora Suprema Perfección del Absoluto, a la vez es la más maternal, tierna y sencilla enseñanza que puede ser entendida, apreciada y aplicada aún a nivel de un niño. Hay algo en el Gita beneficioso para todo el mundo. El Gita tiene algo que dar a cada criatura, elevada o baja, rica o pobre, vieja o joven, hombre o mujer, educada o analfabeta. Cualquiera que sea la condición de una persona, tiene algo que recibir de Sri Krishna, esa persona tiene algo que obtener del Gita, uno puede confiar en que de este océano que todo lo contiene obtendrá algún aspecto de alivio, el cual es el verdadero 'Ratnakara’ que Dios nos ha concedido.

Pero hay otro aspecto interesante en este mensaje que me gustaría señalar aquí, un aspecto bellamente dicho en un consejo que diera Sanjaya a Dhritarashtra en el contexto del Udyoga-Parva, del Mahabarata, donde se nos cuenta que la víspera de que llegara Sri Krishna a la corte de los Kauravas con el propósito de Su misión de paz, Dhritarashtra llama a Sanjaya y habla: "Me han dicho que Krishna llegará mañana. No sé por qué viene, ni qué podemos hacer por él, ni qué espera de nosotros. ¿Qué clase de persona es, y qué es lo mejor que podemos hacer para satisfacerlo? ¿Podría usted ser tan amable de darme una idea de quién es él y por qué viene? ¿Puedo verlo?" Sanjaya, habiendo dado prácticamente un largo sermón a Dhritarashtra sobre la necesidad de establecer la paz con los Pandavas para evitar la inminente guerra, dice en forma breve: "Usted desea ver a Krishna. Estoy sorprendido de que haga usted esa declaración ante mí".

"Nakritatma kritatrnanam jatu vidyat Janardanam. ¡Oh Rey!, el 'Kritatman' que es Bhagavan Sri Krishna, no puede ser contemplado por ningún 'Akitatman'. Es todo lo que puedo decir. Nadie puede ver un 'Kritatman' al menos que él mismo sea un 'Kritatman'." ¿Qué quiere decir él con 'Kritatman'? En la segunda mitad de este verso se nos dice qué significa Kritatman.

“Atmanas tu kriyopayo nonyatrendriyanigrahat. Auto-control es la marca del 'Kritatmata'. Un ser no controlado no puede contemplar este Ser controlado que es Krishna. ¡Oh, Rey! Es todo lo que puedo decir como respuesta al interrogante que me has presentado". Aquí hay un principio que habla en voz alta sobre la perfección indicada por 'Atmavinigraha', o auto-control. El Señor Krishna es la encarnación visible del auto-control. Se puede ver en Él con los ojos físicos el color, la forma y el contorno de lo que es el auto-control. Ese es el Señor Krishna. Él es ante nosotros una encarnación verdadera de 'Atmavinigraha', auto-control, y nadie que no se haya controlado a sí mismo puede verlo.

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domingo, 14 de noviembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


CAPITULO 7

Recogimiento y Descubrimiento de Sí Mismo

El problema es muy serio y requiere gran concentración de la mente y tenacidad en la práctica. No proponemos discutir aquí los aspectos puramente personales, biológicos, económicos, sociales y políticos del alejamiento humano de sí mismo, que por sí mismos son una materia diferente, sino que entramos directo en el problema principal del alejamiento del hombre de la Naturaleza y de Dios, que es el punto de partida de todo el problema, la causa de cada sufrimiento concebible, y una última respuesta a todas las preguntas. Y es esta la solución final que un estudiante de meditación busca en su vida práctica: un completo ajuste de él mismo con la realidad.

En la filosofía del Budismo hay un intenso análisis psicológico sistematizado con posterioridad de manera diferente por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras. De acuerdo con la psicología Budista, el mundo en que vivimos es Kama-Loka, o el mundo del deseo, en el cual opera el Kama-chitta o la mente que desea, tal como un tigre hambriento acecha en la selva espesa. No es tan fácil de entender como parece, porque el Kama-Loka es diferente del mundo que los científicos ven, por ejemplo, con sus sutiles instrumentos. El Kama-Loka es la imagen privada que la mente de cada individuo proyecta sobre la pantalla del mundo científico o el mundo de las formas verdaderas, conocido como Rupa-Loka. Hay un significado leído por el individuo en todo lo que pertenece al mundo de las formas. Ese significado es Kama o deseo. Un objeto es hermoso o feo, bueno o malo, 'mío' o 'no mío'. Esas evaluaciones y comprensiones de la mente en relación a los objetos-formas, son sus propios deseos o Kama. Esto probaría que vivimos en el mundo del deseo más que en el de las formas verdaderas, puesto que no podemos imaginar un objeto enteramente libre de las mencionadas evaluaciones personales.

De otra parte, el mundo científico no es ni 'mío' ni 'no mío', ni hermoso ni feo, ni bueno ni malo, porque en este reino de las formas verdaderas o Rupa-Loka, los objetos existen por ellos mismos, independientes de las evaluaciones de otros. La mente que percibe esas formas verdaderas que hay tras las imágenes proyectadas del deseo, es Rupa-Chitta. El primer paso en meditación sería retirar la conciencia Kama-Chitta del Kama-Loka y elevarla al Rupa-Chitta del Rupa-Loka. Esto equivale a ver las cosas en su propia naturaleza, objetivamente, sin imponerles los propios deseos subjetivos. Esta es una de las cosas más difíciles de efectuar en meditación, porque, de ordinario, nadie puede visualizar algo independientemente de su propia opinión. Sin embargo, debe hacerse. En los Yoga-Sutras de Patanjali, el reino correspondiente al Kama-Loka es el que llama Klishta-Kleshas o aflicciones dolorosas en forma de ignorancia de la verdad (Avidya); auto-afirmación (Asmita); amor y odio (Raga-Dvesha), y apego a la vida física (Abhinivesa). En Patanjali, el mundo de las formas verdaderas es Aklishta-Kleshas o aflicciones no dolorosas de la mente, tales como la percepción y la cognición normales (Pranama), la percepción y cognición erróneas (Viparyaya), duda (Vikalpa), memoria (Smriti) y sueño (Nidra). Estas son funciones psicológicas independientes de los deseos del individuo, por tanto en cierta forma impersonales, correspondientes al Rupa-Chitta o la mente que percibe las formas verdaderas de las cosas. En resumen, funcionar en el Rupa-Loka, es pensar como un objeto pensaría de sí mismo, sin tener en consideración ninguna idea hecha de él por parte de un sujeto. Es algo así como elevarse uno al mundo Kantiano de cantidad, cualidad, relación y modo, independiente de pasiones y prejuicios personales.

Pero tras Rupa-Loka está el más sutil mundo de los objetos potenciales, o Arupa-Loka. En lenguaje del Vedanta, esto puede compararse con el mundo de Tanmatras percibido por Arupa-Chitta, o la sutil mente sin forma que opera en ese reino. Este reino es impensable para la mente normal y se alcanza por el proceso práctico de meditación en el cual la conciencia se retira de Rupa-Loka a Arupa-Loka. Pero existe un reino mental trascendental o Lokottara, donde la Lokottara-Chitta o mente trascendental opera casi aboliendo la distinción entre la mente y sus objetos, donde se está en el límite de la mente cósmica, que no tiene objetos por fuera de ella. Estos cuatro estados pueden corresponderse con la gradación de los estados de Samadhi de Patanjali: Savitarka, Nirvitarka, Savichara y Nirvichara.

Los métodos prescritos para elevarse de Kama-Loka a Rupa-Loka, son: (a) inhibición de las funciones corporales y mentales mediante Asana, Pranayama y Pratyahara; (b) concentración en un objeto seleccionado sin pensar en ningún otro, mediante Dharana; (c) reemplazo del objeto por una imagen mental del mismo; (d) despojar la imagen de todas las sensaciones concretas y concebirla en una cognición mental abstracta con todos los caracteres individualizados de la imagen. Es aquí que surge Rupa-Jnana o la forma inferior de percepción supranormal.

Existen cinco etapas de Rupa-Dhyana o meditación en la forma verdadera de las cosas, a saber: (a) eliminación del embotamiento por el razonamiento o Vitarka; (b) eliminación de la duda por la discriminación o Vichara; (c) eliminación de la aversión por compasión o Karuna; (d) eliminación de la distracción o preocupación por el contentamiento o Mudita; (e) eliminación del deseo sensual por concentración mental o Ekagarta. El énfasis en el método de Patanjali se pone en la concentración gradual sobre objetos más y más sutiles, en tanto que en el método Budístico, el énfasis se pone en una creciente eliminación de la conciencia objetiva.

Hay cuatro etapas de Arupa-Dhyana o meditación en las esencias sutiles de las cosas (podemos decir Tanmatras): (a) En la primera etapa la mente trasciende la conciencia de materia y forma, la conciencia de distinciones y limitaciones, y se concentra en la idea del espacio infinito. Esa percepción infinita trae alegría a la mente, puesto que aquí la percepción del espacio está libre de la usual percepción empírica concreta, y se eleva a un concepto abstracto no empírico; (b) en la segunda etapa la mente trasciende el concepto de espacio infinito y se concentra en el concepto de conciencia infinita; solamente es sabedor de un concepto de conciencia como infinito; (c) en la tercera etapa se superan las condiciones de la segunda etapa, y la mente se concentra en el vacío infinito, y es sabedora solamente del vacío; (d) en la cuarta etapa, se trascienden las etapas inferiores y la mente se eleva a un estado donde no hay ni conocimiento, ni no-conocimiento, pero hay una conciencia inexplicable que es pura y simple.

Más allá está el reino de Lokottara-Chitta, que nadie puede describir, porque aquí la mente asume el estado de Ser Cósmico, y es una con las formas de todos los procesos cósmicos.

De acuerdo con Patanjali la etapa inferior de concentración mental es conocida como Savitarka, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto (Sthula Artha), asociado con su nombre (Sabda) y concepto (Jnana). La segunda etapa es Nirvitarka, en la cual la mente se une con el objeto libre de nombre y concepto. Aquí no es el objeto el que se vuelve conocido por la conciencia, sino que la conciencia liberada del sentido de 'Yo' y 'Mío', se identifica con el objeto. No hay idea de 'Yo', ni de 'Eso', en relación con el sujeto o el objeto, pero los dos se convierten en uno, y solamente hay la conciencia del objeto en un estado de unión. La tercera etapa es Savichara, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto sutil, tal como átomos y fuerzas o Tanmatras, etc., emparejada con las ideas de espacio, tiempo y causalidad, y conectada con los diversos atributos y relaciones. La cuarta etapa es Nirvichara, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto sutil, como las fuerzas que hay detrás de las cosas, Tanmatras en sus esencias, libre de las nociones de espacio, tiempo y causalidad, y libre de todos los atributos y relaciones condicionantes. La quinta etapa es Sananda, donde la mente en profunda, determinada concentración, se vuelve una con la dicha de Sattva mediante la subyugación de Rajas y Tamas, aunque estos últimos aquí no están completamente destruidos. La sexta etapa es Sasmita, donde la mente en indeterminada, profunda concentración, se vuelve una con el intelecto puro universal o Mahat, el cual es casi indistinguible del Ser Universal. Aquí Rajas y Tamas están completamente subyugados, y Sattva brilla en toda su gloria y esplendor. Con la distinción de meditación determinada e indeterminada en las etapas Sananda y Sasmita, el total de etapas a cubrir es de ocho.

Todas éstas son las etapas de lo que Patanjali llama Samprajnata o condición objetivamente consciente en varias etapas de sutilidad del ser tendientes a la universalidad. Más allá de éstas se encuentra Asamprajnata o el estado no-objetivo absoluto del ser, el cual se logra por un supremo desapasionamiento, que resulta en la detención de todas las funciones mentales, dejando, no obstante, las impresiones de su cesación.

Trascendente a todo está Nirbija-Satta o Existencia Absoluta sin principio, que no tiene siquiera las impresiones mencionadas en el párrafo anterior. Aquí es alcanzada la Meta de la vida.

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sábado, 6 de noviembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

CAPÍTULO 6

Método para la Integración de Sí Mismo

Estos son los problemas centrales de la humanidad y también son los problemas de alguien que busca un remedio universal para todo el sufrimiento humano, que desea contactar la realidad en todos sus grados y vivir en vez de sufrir la vida en este mundo, la cual, por otra parte, es generosidad y abundancia. Este es realmente un mundo de mutua amistad, un mundo de cooperación fraterna, de concordia psicológica, de unidad espiritual entre todos los seres que contiene, tanto sensibles como insensibles. El mundo parece ser otra cosa debido a las aberraciones detalladas arriba. La meditación corta de raíz estas aberraciones en cada nivel, y alguien exitoso en meditación, es un hombre universal, un ciudadano de todos los mundos. Lograr el éxito en tal meditación es resolver verdaderamente una gran cuestión. Para uno al principio es necesario buscar un significado en el mundo, el cual exteriormente es caótico, y reconocer un modelo y un propósito en la Creación como un todo, la cual, de otra parte, desde una mirada superficial, parece ser solo cuerpos celestes diseminados confusamente en el espacio, sin unidad orgánica en parte alguna. El mundo parece ser puramente mecánico en el sentido Newtoniano del término, o mejor, en el sentido del materialismo moderno. Esa visión exterior del mundo, que es tomada como la explicación final de las cosas, amenaza hoy día con reducir al hombre en una bestia, cuando la gente está lista para lanzarse al cuello del otro, sin ver la santidad de la vida humana, ni nada sagrado en ninguna parte del mundo. Este es un error notorio que se pone de relieve por las miserias cotidianas de la humanidad que se ven hoy día en un mundo despojado de todos los valores espirituales. El poder del amor se está deshaciendo ante la autoridad del odio. Y si hoy no hay guerra mundial, no es porque las personas se amen unas a otras, sino porque se odian y temen por igual. Todo esto, porque la vida parece no tener significado distinto de un juego de cacería para capturar la presa en la noche de la ignorancia humana.

El proceso histórico, como ampliamente lo pueden certificar los filósofos de la historia, no es un recuento de fechas, reyes y guerras, sino un estudio de los valores humanos y de los significados de la vida, tal como pensadores como Hegel, en Occidente, han intentado explicar mediante una visión mucho más amplia de las cosas, que lo que el ordinario hombre de la calle puede esperar considerar. En últimas, hay una gran racionalidad tras de la historia, un significado que es al mismo tiempo sociológico, económico, político, moral, religioso y espiritual. Todas las leyes que operan en cualquier sección de la sociedad, realmente están investidas con un significado que va más allá de ellas mismas; todo es un proceso de lo más alto descubriéndose a sí mismo en lo más bajo, un verdadero auto descubrimiento.

Un proceso terapéutico debe ser una sutil técnica psicológica consistente en evitar en todo los excesos, impidiendo el estrés en la vida, tanto en lo personal como en lo social, y cuando se tenga que enfrentar la vida diaria, teniendo, en lo posible, una vista total de las cosas, así como adoptando un sistema de Yoga de meditación como panacea para los males humanos. Pero cuando el hombre está angustiado y dolorido, desea olvidarse de sí mismo, en vez de descubrirse a sí mismo, lo cual sería lo apropiado. La gente usualmente trata de ahogar sus angustias en grandes ruidos, tales como los de la radio, en mirar cosas perturbadoras e incitantes como en el cine, y esperan llenar el vacío de sus vidas con agitada actividad en busca de dinero, traficando con el poder, acelerando la vida, buscando constante excitación de los sentidos e ingiriendo alcohol y drogas. Con estos medios, la persona se vuelve extraña a sí misma y vive la clase de vida más lastimosa, en una agonía de nervios y mente difícil de expresar con palabras.

No se puede encontrar significado en la vida huyendo de sí mismo, sino volviéndose hacia el verdadero ser que está en cada persona. Este es el arte de auto-descubrirse. Este es el camino de la meditación.

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sábado, 30 de octubre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

Capítulo 5

El problema del Alejamiento de Sí Mismo

De principio a fin la meditación es un proceso integrador del Ser, de aquí que cualquier forma de alejamiento sea opuesta al proceso y se convierta en un obstáculo para la meditación. El hombre moderno es una persona tan alejada de sí misma, que este alejamiento se ha convertido en parte de su naturaleza, como alguien que está continuamente enfermo y puede confundir la enfermedad misma con una condición normal del cuerpo. Cada paso en meditación es un esfuerzo por superar las barreras que se oponen a la expansión del Ser, y una profundización en el interior de la personalidad.

Puede preguntarse qué es el alejamiento de sí mismo, para que sea tan opuesto a la meditación. Es un estado de la mente en el cual se toma una personalidad falsa de uno mismo, por la verdadera personalidad, y se trabaja día y noche para colmar los impulsos de esa falsa personalidad. Este concepto erróneo con respecto de sí mismo, es la causa de las muchas formas de sufrimiento en la penosa vida de la persona, es la causa de la indulgencia con los sentidos y el ego, todo lo cual caerá sobre la persona como reacción a una personalidad desequilibrada. El alejamiento psicológico es de varias clases: a) En estos días es difícil para la gente crear o fomentar un valor intrínseco de sí mismos al vivir, como lo hacen, en una atmósfera de valores externos artificialmente fabricados. Para citar un ejemplo, parece tener gran valor una persona cuando posee enormes riquezas o está en una posición poderosa del gobierno, sin embargo, de la noche a la mañana se convierte en un 'don nadie', cuando es privado de su riqueza o desposeído de su cargo. Este sentimiento que ahora tiene de 'vacuidad', se debe a que él no tiene valor en sí mismo, excepto aquel que le fue impuesto externamente por los valores que se suponen asociados con la riqueza y la autoridad. Ha vivido en un 'ser-dinero' o 'ser-poderoso', en lugar de en su ‘ser real’. Este es un ejemplo de alejamiento del propio ser. b) Puede haber dificultad, otra vez, causada por la oposición del sexo opuesto, que la mayoría de las veces termina en una transferencia de valores del verdadero ser hacia una forma de éste, visualizada temporalmente en el objeto del sexo, siendo esta visión puramente ciega, incapaz de ver la verdad que está detrás la forma de atracción. En esta condición de la mente, hay alejamiento de sí mismo; el ser se mueve, por así decirlo, hacia el objeto, involucrándose con él , debido a lo cual el objeto es amado como si fuera el ser. Entonces, por un tiempo, el ser se ha convertido aquí en el objeto, un estado en el cual la mente está en una forma exaltada de inquietud. c) Puede haber alejamiento del ser, de la gente que le rodea a causa de su inhabilidad para aceptar, someterse o seguir las costumbres sociales, o las maneras y tradiciones de la sociedad. Esto también puede suceder por una encumbrada opinión que se tenga de sí mismo, la cual resulta en desdén por la sociedad. Aquí, de nuevo, la mente está inquieta y no puede encontrar paz en la vida debido a su auto aislamiento, y al hecho de no darle el crédito que merecen los demás como seres humanos. Apego al propio grupo y simultáneamente odio por otros grupos debido a conflictos de interés, que pueden ser sociológicos, éticos o políticos; divisiones comunales creadas por casta, credo o color, o diferencias entre seres humanos tales como del Norte o del Sur, del Este o del Oeste, etc., como también demasiado énfasis en estratificaciones sociales artificiales, como 'clase alta' o 'clase baja', barren la personalidad entera y crean una diferencia donde no la hay; diferencias y conflictos que crean auto alejamiento del ser, respecto de los hechos o de la realidad. d) También es causa de auto alejamiento el uso incorrecto de la posición personal en la sociedad. Esta es una situación bien conocida en el campo de la política, y en cargos grandes y pequeños. Situación enormemente indeseable y malsana, que entra en la mente de la persona y la enferma perpetuamente, creando al mismo tiempo una noción bajo la cual esta enfermedad puede confundirse fácilmente con salud, poder y desempeño del deber. e) Otra condición perniciosa e infeliz de la sociedad moderna, es arrancar el trabajo de los pobres sin una adecuada recompensa por lo que se ha tomado de ellos. Si bien el trabajo es bueno y necesario, y la cooperación con la organización política y social del gobierno es inevitable para el bienestar mutuo de todas las personas, también debe tenerse en cuenta que el trabajo no debe tomarse sin la debida consideración, y sin la debida recompensa o precio por el trabajo que se compra. De hecho, cuando el trabajo se demanda honesta y moralmente, se convierte en Yajna o sacrificio con un elevado significado espiritual, y deja de ser una compraventa de la fuerza humana, como se hace en la sociedad moderna. Cuando el espíritu de sacrificio es sustituido por el artificio mecánico de la extracción y la extorsión mediante la explotación de cualquier forma que sea, el trabajo se convierte en una fuente de temor malsano, de aguijoneo de la conciencia e inquietud mental, tanto en quien trabaja como en aquel para quien se trabaja. Esta condición psicológica es un alejamiento de sí mismo de un tipo completamente distinto. Opuesto a esto es la oportunidad dada a cada individuo de crecer en una manifestación saludable de su propio 'potencial' integrador; 'vivir y dejar vivir', con el propósito de una evolución interior en una consecución apropiada de salud física, mental, moral y espiritual. f) También hay un alejamiento mucho mayor de sí mismo, el cual es la causa de casi todo problema en la vida, a saber, el auto alejamiento de la Naturaleza como un todo. Aunque es verdad que vivimos en la tierra y tenemos contacto con el agua, el fuego, el aire y el éter, en un análisis científico de la situación, se comprenderá que éstos realmente no son contactos, sino más bien repulsiones celulares, nerviosas y psicológicas a los impulsos de la Naturaleza, los cuales llamamos percepción sensorial de la existencia y operación de la Naturaleza. El contacto es siempre unión y no reacción a un estímulo. Por eso estamos viviendo como exiliados en la Naturaleza, sin ser capaces de real amistad con ella, un hecho que se corrobora a diario por las experiencias de calor, frío, hambre, sed y un miedo constante a la destrucción física de nuestra personalidad corporal. g) La última y más grande aberración es la separación del ser, de Dios. Es algo difícil de explicar, pero no puede sucederle al hombre una calamidad mayor que ésta que le ha sucedido. Es realmente la separación de toda la personalidad e individualidad de su propio Ser Superior. Esto es lo que se conoce en términos filosóficos como el 'mal metafísico', mucho peor que todas las aberraciones psicológicas conocidas por la humanidad. Esto es realmente vivir en el reino de la muerte, Mrityuloka, como se llama en las Escrituras, estar muriendo constantemente, como lo proclamó el Buda en su gran descubrimiento.

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sábado, 23 de octubre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

CAPÍTULO 4

Preparativos para el Conocimiento de Sí Mismo

El equipaje con el cual uno tiene que proveerse para entrar en el campo de la meditación no es menos importante que el conocimiento mismo del arte de la meditación. Muchos buscadores con un acopio de conocimiento de los métodos de meditación, con frecuencia fallan en alcanzar un éxito tangible en sus esfuerzos, debido a que no se han preparado apropiadamente para la tarea que se han propuesto. Hay muchas preguntas y problemas que subconscientemente, no conscientemente, alteran y agitan la mente de un individuo durante casi todo el día y la noche, sin consideración de su posición en la sociedad y las abundantes riquezas que pueda poseer. Las sutiles vibraciones antipáticas puestas en acción por ansiedades y limitaciones de varias clases, mantienen en suspenso la mente, cuando no hostigándola constantemente en un estado de guerra fría, por así decirlo.

Aquí tenemos que traer a consideración las relaciones externas de la vida, tales como las políticas, sociales, económicas, morales, estéticas, biológicas, así como las predilecciones y restricciones religiosas, aparte del carácter psicológico general. A una persona políticamente esclavizada hasta el meollo, sea por un mecanismo de Estado o por malos sistemas administrativos que causan tensión nerviosa, como aún hoy se ve patentemente en muchos lugares del mundo, se le niega la libertad natural que se debe honestamente al ser humano por derecho de nacimiento, y ese peso muerto de la institución mecanicista externa con seguridad determina intensamente a los principiantes en la ciencia de la meditación. No hay duda de que es una necesidad indispensable cierta cantidad de libertad respecto de las cadenas de una forma política de gobierno rigurosa y arrogante, y todos los genios y personajes culturalmente avanzados de cualquier país o nación, han sido aquellos que han tenido libertad de pensamiento, de opinión y de albedrío, y han alcanzado liberación de un gigantesco control estatal puramente mecánico, debido a que la nación o el país se ha elevado de la ley de la selva, a la ley del entendimiento, a la ley de un sentimiento del significado del valor del individuo en su propio e independiente estatus, mismo que disfruta desde el nacimiento, no por la bondad o caridad que recibe individual o colectivamente de otros, sino por la materia de la cual está hecho en sí mismo, una chispa eterna y una llama de anhelo por más y más crecimiento y expansión, una luz que no puede extinguirse ni siquiera por el vendaval de las vicisitudes más fuertes del tiempo. Un espécimen de tal Estado libre, compuesto de individuos liberados como lo fueron sus florecientes ciudadanos, ha sido para el pueblo de la India el ideal de Rama-Rajya, un ideal que, se dice, ha sido materializado históricamente en la antigüedad, un ideal que es el sueño acariciado y la esperanza de cada pensador político en la India, más aún, de cada estadista de cada nación. La libertad política puede que no tenga relación directa con las meditaciones espirituales, pero que tiene relación sobre la vida de un individuo que es espíritu, mente y cuerpo, todo en uno, debería ser tan obvio, como para requerir explicación o exégesis.

Demasiada ansiedad por reformar a otros en la sociedad y el mundo en general, sin purificarse uno mismo y sin estar en disposición para la tarea, debe considerarse como el mayor obstáculo en el esfuerzo por perfección espiritual. Antes de intentar poner orden en el medioambiente objetivo, deben considerarse con cuidado los impulsos subjetivos y los anhelos. Para lograr buenos y beneficiosos resultados en cualquier dirección, primero debe construirse una personalidad integrada, que manifieste proporción en las funciones de los niveles físico, vital, mental, intelectual y espiritual del ser. Sería un serio error olvidar este punto y poner énfasis solo en la armonía social exterior. Sin un conocimiento de sí mismo en un apreciable grado y sin una total comprensión de la vida, los intentos de planeación social están destinados a fallar y a conducir a conflicto y confusión, en lugar de a la ansiada paz social y a la armonía.

Aparte de esto, el hombre tiene sus propias restricciones sociales: los "haz esto" y "no haz aquello" de la comunidad en la cual se educa, que se supone le ayudan y apoyan, pero que con frecuencia estorban y obstruyen el crecimiento del individuo para alcanzar más elevados espacios de la mente y el espíritu. Las limitaciones impuestas a la vida de una persona, sean políticas o sociales, se proponen moderar los excesos en pensamiento, palabra y acción, sus caprichos, extravagancias, antojos y fantasías, así como los prejuicios de varias clases, a los cuales cuando se les deja la cuerda larga, probablemente privarán a otros de sus derechos y requerimientos o, algunas veces, aun los arruinarán totalmente. Mientras que este es el aspecto positivo y sano del control exterior, también tiene éste su lado negativo y deletéreo, cuando pierde de vista el bien del individuo y lo cambia por un endiosamiento de la exigencia de su obediencia, y una supeditación a la autocracia de aquello que, por el contrario, debería ser el principio rector y guía para la vida. En la vida social de la India, particularmente, existe aquello conocido como el sistema de castas o clasificación de las personas en grupos sociales, exigida por la necesidad de cooperación entre las dotes y capacidades específicas de las personas que deben llevar una vida en colectividad, para el bien y mejoramiento mutuos. Pero esta muy necesaria provisión para el orden de los grupos en la sociedad puede excluir a ciertas personas de la misma oportunidad de mejoramiento y crecimiento, cuando los grupos que forman parte integral de la organización de la sociedad, se segregan en clases competidoras en lugar de cooperadoras, llevándolas a las subsiguientes consecuencias de mutua aversión, conflicto y lucha de diversas intensidades. Esta es la farsa y tergiversación de la norma social con propósitos de ventaja personal, aunque al final esta ventaja conduce a la ruina personal de la cual uno, en su ignorancia, no es generalmente consciente. Es costumbre de la personalidad egoísta sacar ventaja de cualquier situación en que se encuentre y torcerla para sus propios fines y convertir en vicio, aun una virtud universalmente aceptada y loable. Las personas envueltas en tales circunstancias de la sociedad necesitan una mano amiga y una palabra iluminadora, pues la persona socialmente castigada, así como el políticamente avasallado, va a encontrar que un avance mayor en el campo de la vida interior, casi que estará más allá de su alcance. El Estado y la sociedad en gran medida son responsables por la calidad y número de individuos que puedan atreverse y tener éxito en sus esfuerzos por un avance espiritual en la meditación sobre realidades más altas.

También se dice que la religión no puede enseñarse a estómagos vacíos, gran verdad con mucho significado. La realidad se manifiesta por grados y aún el plano físico, es un grado de su expansión. No se trata de que uno pueda saltar a los cielos del espíritu desde el cuerpo que pesadamente se arrastra sobre la tierra sin una adecuada preparación. Alimentación, vestuario y techo, comodidades de la criatura humana, son necesarias al menos en una mínima proporción, y en tanto éstas sean absolutamente esenciales, uno deberá tener la oportunidad de adquirirlas con un sentido libre de apego y ansiedad. Muchas comodidades causan apego y muy pocas, ansiedad. De aquí que los principiantes en el Yoga de la meditación deban seguir un camino medio con la escogencia de unos medios sanos y moralmente justificables para ganarse la vida mediante el servicio de alguna clase, o la producción de acuerdo con sus capacidades individuales, en un grado permisible y posible. Demasiado idealismo completamente despojado del toque de realismo, será una piedra de tropiezo que al final conducirá a la caída, y al mismo tiempo, mucho interés en las comodidades materiales sin el idealismo encumbrado de la espiritualidad, conducirá al derrumbe de nuestros propósitos. El Madhyama Marga o el camino medio, del que usualmente se dice fue el escogido por el Buda, es un buen ejemplo de evitar los extremos en cualquier curso de acción, y de cómo templar la cuerda diestramente para producir la más hermosa música de la armonía de la vida. En el lenguaje del Bhagavadgita, esa destreza se llama Kausala, y la armonía, Samatva, dos términos que tienen una amplia connotación, aplicable a todos los niveles de la vida. Mantener el cuerpo en perfectas condiciones de salud es una necesidad, aunque la intención sea trascender sus demandas y limitaciones, paso a paso, mediante una moderada auto restricción practicada gradualmente.

Íntimamente conectado con este aspecto de la vida del buscador está el aspecto moral de su vida personal y social. Las necesidades económicas de una persona generalmente están enlazadas con los procesos que emplea para aceptar provisión material e intelectual de la sociedad. En el caso del hombre corriente su necesidad probablemente se convertirá en codicia, la cual lentamente se convertirá en obsesión y pasión, hundido en las cuales, se convertirá en un explotador y atesorador, cuyo principio es tomar más de lo que entrega. Pero la política del buscador espiritual, aun cuando no pueda elevarse por encima del hecho de ser una unidad económica de la sociedad humana, es no tomar más de lo que entrega, porque esta es la única forma en que puede evitar las reacciones de la Naturaleza, conocidas como némesis de Karma. La Naturaleza siempre mantiene un equilibrio en todos sus niveles y no puede tolerar ninguna interferencia con dicha ley. Quien quiera que interfiera con la ley del equilibrio de la Naturaleza, sea física, mental, moral o espiritualmente, recibirá un rechazo por parte de la Naturaleza, y este rechazo es el sufrimiento del hombre en la vida. Sostienen los estudiosos de la moral que la regla ideal de conducta es tratar a otros como fines en sí mismos, en lugar de tratarlos como medios para ulteriores fines, puesto que a nadie le gustaría ser tratado como un instrumento o herramienta para producir satisfacción a otro. Esta característica de la persona como fin en sí misma y no como medio, revela la verdad de que cada uno es un fin y no un medio, y tratar a todos en esta condición es la esencia de tratar al otro como a uno mismo, porque uno mismo es un fin en sí mismo. También es la razón tras la enseñanza: ‘Haz a otros lo que quieras para ti’, o en palabras del Mahabarata: ‘Uno no debe aplicar a otros, lo que es contrario a uno mismo’. Esta es, entonces, la gran ley de la moralidad en el mundo, y también es la forma de desenredarse de las garras de la ley del Karma. También es la ley de aquello conocido como Yajna o sacrificio, descrito en el más épico y poético estilo en el Purusha Sukta del Veda, y en los capítulos 3 y 4 del Bhagavadgita, sacrificio en sus significados cósmico e individual. Sacrificio es vida, porque sacrificio es cooperación, cooperación es armonía y armonía es un reflejo del Verdadero Ser.

Un aspecto bastante pertinente, pero muy descuidado de la búsqueda espiritual, es la observancia de estricta continencia tanto de la mente, como de los sentidos. Esta disciplina se ha llamado Brahmachraya, un recurso extremadamente sutil para asegurar la fuerza y el crecimiento de la personalidad, así como el florecimiento completo de la vida en la realización consciente del Espíritu Supremo en la vida práctica. El hombre moderno con sus energías disipadas no tiene la educación o el tiempo para poner atención a esta parte moral, vital y vulnerable de su vida, la cual cuando no se guarda con gran entendimiento y cuidado, puede al final significar su ruina en cuerpo, mente y alma. Los deseos caprichosos y morbosos del corazón humano que caracterizan a la sociedad moderna en general, tienden a desintegrar los alientos vitales de la personalidad, razón para que no exista paz ni en la persona, ni en la familia, ni en la sociedad. Nada puede considerarse más saludable y necesario que el auto control que significa Brahmacharya, para perpetuar la salud y la buena voluntad, la participación mutua en una buena causa común, así como la fuerza espiritual y el lustre en toda la naturaleza humana.

La ley del sacrificio es a la vez la ley de la atuorrestricción, cuyo precepto se conoce como Yama en la ética del Yoga. Yama o autorrestricción es un proceso de auto subyugación, una restricción de las pasiones en forma de lujuria, codicia, odio e ira, así como la no aceptación de más posesiones que las que realmente necesita para el mantenimiento de su individualidad psicofísica. Esta es la materia tratada en gran detalle por las escrituras sobre Yoga. Y es una regla preeminente en la vida del estudiante que desea alcanzar algún éxito en meditación. La ley de tratar a otros como fines en sí mismos, es suficiente explicación del significado de Yama o autorrestricción en la vida de un aspirante que progresa en la senda espiritual.

Calor y frío, hambre, sed y sueño, son necesidades y presiones biológicas que no pueden pasarse por alto fácilmente, y 'al diablo hay que pagar la deuda'. Aquí, de nuevo, son indeseables el exceso o la escasez, y la regla de moderación a seguir está bien expresada en el capítulo Sexto del Bhagavadgita. El principio a adoptarse no es ni el manjar, ni la inanición. De nuevo la regla es mantener el equilibrio en la actitud y la atención al grado de realidad en el cual uno se encuentra en determinado momento de la vida. Los impulsos hedonistas y el sentido estético que normalmente son considerados normales en la naturaleza humana, son frecuentemente excluidos por profesores ascetas de espiritualidad, porque no tienen nada que ver con la vida espiritual y ni siquiera con una vida buena. Sin embargo, aquí de nuevo, el criterio es saber el grado en el que se encuentra la mente del buscador, y ésta es la medida desde la que se puede juzgar si algo es necesario o no. No siempre es fácil para uno juzgar sus necesidades, porque fácilmente puede caer en excesos o hacer una lectura errónea de sí mismo, debido a una inteligencia nublada o, con mucha frecuencia, debido a debilidades personales o parcialidad a favor de uno mismo. Artes como la escultura, la pintura y la música, no son malas en sí mismas, y al menos en los estados iniciales de ascenso espiritual, cuando se tratan apropiadamente, pueden muy bien convertirse en canales de sublimación y elevación de las emociones. Demasiado rigor es malo, y ésta es una regla para todo, y podemos decir, tan malo como demasiada laxitud. Es fácil hartarse o aguantar hambre, pero no lo es comer moderadamente; es fácil hablar siempre o no decir nada, pero no es fácil decir palabras moderadas. Los impulsos del sentido estético también pueden expresarse provechosamente a través de actividades literarias. La lectura intensiva de poesía espiritual o prosa filosófica, la lectura cuidadosa de porciones sublimes y pasajes instructivos de Shakespeare o Milton, Valmiki o Vyasa, de verdad recompensan al buscador de la verdad.

Los buscadores a veces son apáticos hacia su cuerpo, el 'hermano asno", como lo llamaba san Francisco de Asís. No obstante, es una buena bestia de carga y si no estuviera ahí, ¿quién soportaría el peso de la vida? Vivir en frío extremo, sin abrigo apropiado, comer negligentemente y disminuir el sueño en extremo, pueden dañar la salud en lugar de ayudarla a lograr el fin de iluminación espiritual para el cual dichas austeridades son un medio. En todas estas contingencias de la vida superior es necesaria la instrucción directa de un Gurú o Maestro. Ningún estudiante se puede considerar a sí mismo tan avanzado que no necesite ninguna instrucción o guía. Humildad es la característica aún de aquellos que están a punto de tropezar con el océano de la Realidad. Humildad. No hay daño en mantenerse en segundo plano. El daño está solamente en la autoafirmación.

Naturalmente la atmósfera religiosa en la cual uno haya crecido colorea fuertemente los sentimientos. El Hindú, el Budista y el Jainista, el Cristiano, el Musulmán y otros, todos son obviamente educados bajo la influencia de especiales y peculiares nociones religiosas que impactan su vida personal y social. Tienen sus propios modos y rituales, ayunos y observancias, y cada uno de ellos tiene un elemento bueno, que puede seguirse con ventaja cuando se toma como un medio honesto de auto purificación y auto evolución. Pero las diferencias en las ideologías religiosas no deben interferir con la aspiración humana de universalidad espiritual. Esta es una verdad básica que la mayoría de los seguidores de las religiones son dados a olvidar. Religiones que predican la unidad de Dios y la hermandad de la humanidad, con no poca frecuencia patrocinan y protagonizan guerras religiosas, y este es el alcance al cual puede llegar el fanatismo, una total representación errónea de aquello que está para elevar al hombre al ideal espiritual cósmico. Los rituales religiosos son una gran ayuda en Sadhana, y las diversas clases de fe en las prácticas religiosas, son un buen paliativo para la emoción humana. Pero también actúan como espadas de doble filo que en manos inexpertas pueden causar doble daño. Los rituales religiosos también tienen un valor estético, son un arte en sí mismos, como la escultura o la pintura. Sin embargo, lo que el buscador debe evitar vigilantemente, es la intolerancia o fanatismo en sus prácticas y actitudes.

El estudio de textos espirituales es una gran ayuda como preparación para la actitud meditativa. Las Upanishadas, el Bhagavadgita, el Sermón del Monte del Nuevo Testamento, el Dhammapada, y selecciones similarmente idóneas de la sabiduría de las diferentes religiones, pueden tomarse como libros de texto para el Svadhyaya diario o estudio sagrado. Tal estudio es una ayuda para liberar la mente dentro del delimitado ámbito de los sublimes pensamientos registrados en esas Escrituras. De hecho, generalmente hablando, este estudio es una clase de meditación en sí mismo. Japa o recitación repetida de un Mantra o fórmula, un concepto o idea, es de nuevo una ayuda directa a la meditación. El Japa de un Mantra regularmente realizado a diario, incita en la persona nuevo y desconocido poder. Aquellos novicios en la práctica que no pueden dedicarse exclusivamente a la meditación, deben recurrir de forma alterna o circular, a Japa, estudio y meditación, de tal manera que la mente no pueda cansarse de la monotonía de la práctica. El estudio y el canto pueden ser en voz alta o suave, y puede ser silenciosa, según el caso, de acuerdo con la constitución y necesidades psicológicas del estudiante. Un método particular llamado Kirtana y Bhajana, que consiste en la recitación musical y canto de diversas maneras de los divinos Nombres y de las Glorias de Dios, es sumamente útil como método para purificar y sublimar la emoción, y elevarla a la ardiente devoción a Dios. Este es precisamente el método del Bhakti Yoga o el Yoga de la Devoción Divina.

La localización o morada del estudiante de Yoga que intenta practicar meditación, debe ser lo más aislada que sea posible de los lugares de ruido y actividad agitada, tales como ciudades, fábricas, centros de comercio, etc. Esto es un prerrequisito demasiado claro como para necesitar cualquier comentario explicativo. La Svetasvatara Upanishada y el Bhagavadgita, han dicho algo muy importante y a punto respecto de escoger un lugar y atmósfera para la meditación. Las cimas de las montañas, las orillas de grandes reservorios de agua y escenarios espaciosos de dulces brisas, todos se consideran conducentes para evocar una disposición de ánimo meditativa en el aspirante. Los lugares de peregrinaje santificados por la presencia de santos y sabios, tanto del pasado como del presente, atmósferas de templos e iglesias antiguos, así como lugares de adoración religiosa, contribuyen a que surjan sentimientos sublimes en el Sadhaka.

Oración y adoración actúan como preliminares apropiados para la concentración de la mente. Tienen varias formas, tales como la Puja en el Hinduismo, la Misa en el Cristianismo, y la Namaz en el Islam. Cada fe religiosa tiene su propia forma de oración y adoración, la cual es la forma externa de un sentimiento interior de dedicación de la persona misma al Ideal Divino. Mientras que la oración es una exposición total, personal y privada de uno mismo al influjo de la Divina Gracia, una entrega secreta del alma a la gloria y grandeza del Todopoderoso, la adoración es un gesto externo de actos y símbolos de esta dedicación interior del ser. Karma o trabajo y deberes santificados, Upasana o adoración sagrada y contemplación, y Jnana o sabiduría de Dios, se consideran etapas del ascenso espiritual a la Suprema Realización.

Debe agregarse aquí una palabra de precaución respecto de la proporción que debe mantenerse en la persecución de los fines de la existencia humana, llamados Purusharthas, que son, Dharma, Artha, Kama y Moksha, y la práctica de los cuatro Yogas, Karma, Bhakti, Yoga y Jnana. Los aspirantes espirituales son propensos a poner excesivo énfasis en Moksha o la Salvación Final, con exclusión y aun detrimento de los otros tres, a saber, Dharma o la regla moral, Artha o el valor económico, y Kama o la satisfacción emocional. Aquí el énfasis excesivo es perjudicial para el crecimiento integral del individuo hacia la perfección. Lo que evoluciona espiritualmente es toda la persona, y no solo una faceta, un aspecto o facultad del individuo. Poner demasiado peso en el aspecto Moksha de la vida espiritual, con frecuencia hace a la persona descuidar los valores del mundo, los cuales con no poca frecuencia toman venganza sobre buscador, cuando detectan la oportunidad en su vida. En tanto se viva en el mundo, debe combinarse en forma óptima un sentido moral en equilibrio, un sentido que se aplique no solo a otros, sino a la propia personalidad; un debido sentido de valores para con las reales necesidades materiales; deben combinarse bien una cuidadosa participación en las alegrías de la vida, y un apropiado y hondo anhelo por la unión con Dios; pero no deben combinarse como en una manufactura, sino como un compuesto homogéneo de una vida bien equilibrada de humanidad divinizada. Similar cuidado debe tomarse en la proporción de la actitud respecto de los cuatro Yogas que representan la disciplina de los aspectos de la naturaleza humana, a saber, el conativo, el emocional, el volitivo y el racional. Un énfasis indebido sobre uno o unos pocos, causará similares reacciones desagradables. Así como el crecimiento de la planta de la vida a través de las Purusharthas debe ser armonioso, de manera igual debe ser equilibrado y proporcionado en el vigoroso árbol de la vida la tendencia a través de los cuatro Yogas, de tal manera que pueda producir el precioso fruto de la visión de Dios y la perfección en el Absoluto.

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lunes, 18 de octubre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

CAPÍTULO 3

EXPERIENCIAS ESPIRITUALES

Cuando uno avanza progresivamente en meditación la conexión aparentemente inseparable del cuerpo con el total de la vida y los elementos físicos de la creación, se afloja gradualmente. La fuerza de gravitación por la cual uno está confinado a la superficie terrestre, las limitaciones del tiempo con sus nociones de pasado, presente y futuro, y la soledad que uno siente en la esquina del eterno espacio, son la esencia de la existencia mortal. Estas son fuertes ataduras y nudos difíciles de deshacer, y con frecuencia la posibilidad de traspasar sus límites está más allá de nuestra imaginación. Pero esto es precisamente lo que promete, y al final alcanza, la ciencia de la meditación. Sin embargo, el logro puede tomar largo tiempo, pues en el ascenso a la Realidad se debe pasar a través de diversas etapas.

En los pasos iniciales surgen visiones de diferentes objetos brillantes, tales como cristal, humo, estrellas, luciérnagas, lámparas, ojos resplandecientes, oro radiante y destellos de diversas piedras preciosas. Pero esto solo son indicaciones de que se avanza en meditación. También se nos ha dicho que se tendrá, primero, la percepción interna de una estrella brillante, luego, de un espejo hecho de diamantes; el disco de la luna llena, un disco de piedras preciosas; después, el disco del sol a medio día y, finalmente, una esfera de llamas; todo eso llegando a nuestra visión en sucesión, uno detrás de otro. También se dice que aparecerá ante la conciencia del meditador un disco de luz blanca y deslumbradora, así como una montaña resplandeciente. También puede haber visiones del cielo lleno de luz azul, verde oscura, rojo sangre, amarilla brillante y amarilla ordinaria, con distancias respectivas de alrededor de cuatro, seis, ocho, diez y doce pulgadas. La práctica continua capacita para observar un cielo sin cualidades, éste, más adelante, cambia a una encantadora luz de brillantes estrellas, luego, a un espacio en llamas con fuego destructor del mundo. Este cielo se convierte entonces en espacio-conciencia. Al final, el cielo asume la forma de un espacio refulgente con millones de soles juntos.

En meditación profunda de alto orden también se escuchan varios tipos de sonido. Primero, un leve tintineo; segundo, un sonido más metálico; tercero, el sonido de una campana; cuarto, el de una caracola; quinto, instrumentos de cuerda; sexto, de platillos; séptimo, de flauta; octavo, tambor grande; noveno, tamboril; finalmente, décimo, el rumor de truenos. También son comunes otros sonidos como el rugido del mar, el de una fuente al brotar, de timbales, del zumbido de abejas, etc. Como singulares experiencias en meditación llegan fragancias, sabores y toques celestiales de un extraordinario tipo. En la condición del primer sonido en ser escuchado, se siente una experiencia conmovedora que recorre todo el cuerpo; con el segundo sonido llega un sentimiento de que los miembros se separan del cuerpo; con el tercer sonido se produce abundante sudor; con el cuarto, se siente como si la cabeza fuese sacudida; con el quinto, se siente como si el paladar resbalara fuera de la boca; con el sexto, se siente la dulzura de la ambrosía manando del sitio del paladar; con el séptimo, llega el conocimiento de los secretos; con el octavo, la capacidad de hablar en lengua celestial; con el noveno, conocimiento divino y, con el décimo, uno se convierte en una verdadera encarnación de Dios.

En textos de Yoga y filosofía espiritual se registra la existencia de diferentes reinos o planos de conciencia y el buscador tiene que atravesar estos diferentes estratos con denodado vigor de aspiración. No es del todo verdad aquello de que 'el hombre es la medida de las cosas', pues las Upanishadas nos aseguran que hay más altas medidas del ser, y estas son formas sucesivas, más reales e inclusivas de vida, que los estratos precedentes de la serie. Hablando en el lenguaje de las Upanishadas: (1) la unidad más baja de humana perfección y gozo es la satisfacción de un rey joven y saludable, fuerte, docto, culto, afable y poderoso, a quien pertenecen todas las riquezas del mundo. Una persona con estas prendas de ordinario no se ve en el mundo, pero si llegase a existir una, sería la unidad inferior de deleite, lo que significaría que el hombre es la medida inferior de perfección concebible. Más alta que esta unidad, dice la Escritura, está (2) la Jurisdicción de perfección y gozo de la clase de seres superiores y a la vez internos a la conciencia terrenal del hombre, que han sido llamados Gandharvas mortales (o Gandharvas por acción). En una categoría más alta están los (3) Gandharvas celestiales; (4) las almas divinas o Pitris; (5) Seres celestiales o Devas por acción; (6) Seres celestiales o Devas por nacimiento; (7) Seres celestiales o Devas en esencia; (8) el Príncipe de los seres celestiales, llamado Indra; (9) sabios tales como Brihaspati; (10) las manifestaciones divinas de Creador, Preservador y Destructor conocidos en los Puranas como Brahma, Vishnu y Siva; (11) la Forma Cósmica conocida como Virat, en la cual cada estado excede y trasciende al anterior cien veces en conocimiento, poder y gloria. De hecho, el Virat no es solamente una multiplicación matemática de las experiencias inferiores, sino un Infinito alargamiento hacia atrás y hacia delante de todo lo que existe, que no tiene medida o igual con que pueda ser comparado, ni en cantidad, ni en calidad. La Realidad Suprema se extiende aún más allá de la manifestación Virat, y surge más elevada como (12) Hiranyagarbha e (13) Ishvara, que son las más internas e inclusivas de las extensiones cósmicas de la Realidad Suprema. El Ser Eterno, última meta del Yoga, está aún más allá de esta manifestación universal y existe sin relación alguna en su supremacía como (14) el Absoluto, Brahman.

No es que un Yogui tenga que pasar una a una por todas estas etapas, pues los planos de conciencia enumerados arriba del dos (2) al (10), se consideran principalmente como niveles intermediarios que pueden ser cruzados por almas que abrigan ciertos deseos correspondientes, y es el bien conocido camino del desarrollo progresivo, que tiene el nombre de Krama-Mukti (liberación gradual), y que es detallado con terminología diferente en las Chandogya y Kaushitaki Upanishadas. Pero esta no es una regla uniforme de ascenso para todas las almas, pues en casos excepcionales la conciencia puede elevarse de repente directamente del (1) al (11) como resultado de la intensidad de la meditación de naturaleza impersonal practicada correctamente. Aun las etapas (12) y (13) no son divisiones obligatorias en la experiencia que sigue, y se dice que hay una sublimación de la conciencia a la vez del (11) al (14) puesto que, de hecho, las etapas (12) y (13) son distinciones lógicas necesarias como contrapartes cósmicas de los estados de conciencia humanos, y no necesitan tomarse como representación de experiencias de necesaria incumbencia para el alma del buscador que ha alcanzado la etapa once (11). Siendo las etapas (11), (12) y (13), indistinguibles una de otra cuando uno realmente llega a su realización. No obstante, las muchas etapas mencionadas indican la dificultad del ascenso, así como el enorme progreso que el hombre aún debe hacer en su evolución. Estos son misterios que trascienden la comprensión humana, y aquí nuestros guías son solamente las Escrituras y las enseñanzas de los Maestros de Yoga.

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