lunes, 7 de noviembre de 2016

Campo electromagnético universal


Nuestra existencia está condicionada por la existencia de otras personas. El mismo hecho de que estemos existiendo como individuos, demuestra que hay otros individuos. De ahí que nuestra existencia esté condicionada por la existencia de otros. Por esta razón no podemos tener una libertad del cien por ciento. Nadie la puede tener. Todo el mundo está limitado a la relatividad. Por lo tanto, en esta condición de mutua cooperación que se requiere del individuo, corresponde a cada uno participar en la armonía que la naturaleza mantiene.

El cosmos no es otra cosa que un balance de fuerzas. Podríamos decir que es un enorme campo electromagnético que siempre se trata de mantener él mismo, y no va a admitir ninguna intervención por parte de otros. En el momento en que nosotros intervenimos o tocamos ese campo magnético del cosmos con una actitud exterior, él nos da un puntapié. Esta es la llamada maldición del karma. El karma de que hablamos, no es otra cosa que el campo electromagnético universal con el cual interferimos todos los días como extraños, por así decirlo, lo cual él no lo permite. Bajo estas circunstancias, es necesario desempeñar nuestro deber de dos modos: desde el punto de vista individual, y desde el punto de vista de la sociedad humana y el bienestar de todos los seres.


Commentary on the Bhagavadgita – Pág. 57 (en inglés)