domingo, 14 de noviembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


CAPITULO 7

Recogimiento y Descubrimiento de Sí Mismo

El problema es muy serio y requiere gran concentración de la mente y tenacidad en la práctica. No proponemos discutir aquí los aspectos puramente personales, biológicos, económicos, sociales y políticos del alejamiento humano de sí mismo, que por sí mismos son una materia diferente, sino que entramos directo en el problema principal del alejamiento del hombre de la Naturaleza y de Dios, que es el punto de partida de todo el problema, la causa de cada sufrimiento concebible, y una última respuesta a todas las preguntas. Y es esta la solución final que un estudiante de meditación busca en su vida práctica: un completo ajuste de él mismo con la realidad.

En la filosofía del Budismo hay un intenso análisis psicológico sistematizado con posterioridad de manera diferente por el sabio Patanjali en sus Yoga Sutras. De acuerdo con la psicología Budista, el mundo en que vivimos es Kama-Loka, o el mundo del deseo, en el cual opera el Kama-chitta o la mente que desea, tal como un tigre hambriento acecha en la selva espesa. No es tan fácil de entender como parece, porque el Kama-Loka es diferente del mundo que los científicos ven, por ejemplo, con sus sutiles instrumentos. El Kama-Loka es la imagen privada que la mente de cada individuo proyecta sobre la pantalla del mundo científico o el mundo de las formas verdaderas, conocido como Rupa-Loka. Hay un significado leído por el individuo en todo lo que pertenece al mundo de las formas. Ese significado es Kama o deseo. Un objeto es hermoso o feo, bueno o malo, 'mío' o 'no mío'. Esas evaluaciones y comprensiones de la mente en relación a los objetos-formas, son sus propios deseos o Kama. Esto probaría que vivimos en el mundo del deseo más que en el de las formas verdaderas, puesto que no podemos imaginar un objeto enteramente libre de las mencionadas evaluaciones personales.

De otra parte, el mundo científico no es ni 'mío' ni 'no mío', ni hermoso ni feo, ni bueno ni malo, porque en este reino de las formas verdaderas o Rupa-Loka, los objetos existen por ellos mismos, independientes de las evaluaciones de otros. La mente que percibe esas formas verdaderas que hay tras las imágenes proyectadas del deseo, es Rupa-Chitta. El primer paso en meditación sería retirar la conciencia Kama-Chitta del Kama-Loka y elevarla al Rupa-Chitta del Rupa-Loka. Esto equivale a ver las cosas en su propia naturaleza, objetivamente, sin imponerles los propios deseos subjetivos. Esta es una de las cosas más difíciles de efectuar en meditación, porque, de ordinario, nadie puede visualizar algo independientemente de su propia opinión. Sin embargo, debe hacerse. En los Yoga-Sutras de Patanjali, el reino correspondiente al Kama-Loka es el que llama Klishta-Kleshas o aflicciones dolorosas en forma de ignorancia de la verdad (Avidya); auto-afirmación (Asmita); amor y odio (Raga-Dvesha), y apego a la vida física (Abhinivesa). En Patanjali, el mundo de las formas verdaderas es Aklishta-Kleshas o aflicciones no dolorosas de la mente, tales como la percepción y la cognición normales (Pranama), la percepción y cognición erróneas (Viparyaya), duda (Vikalpa), memoria (Smriti) y sueño (Nidra). Estas son funciones psicológicas independientes de los deseos del individuo, por tanto en cierta forma impersonales, correspondientes al Rupa-Chitta o la mente que percibe las formas verdaderas de las cosas. En resumen, funcionar en el Rupa-Loka, es pensar como un objeto pensaría de sí mismo, sin tener en consideración ninguna idea hecha de él por parte de un sujeto. Es algo así como elevarse uno al mundo Kantiano de cantidad, cualidad, relación y modo, independiente de pasiones y prejuicios personales.

Pero tras Rupa-Loka está el más sutil mundo de los objetos potenciales, o Arupa-Loka. En lenguaje del Vedanta, esto puede compararse con el mundo de Tanmatras percibido por Arupa-Chitta, o la sutil mente sin forma que opera en ese reino. Este reino es impensable para la mente normal y se alcanza por el proceso práctico de meditación en el cual la conciencia se retira de Rupa-Loka a Arupa-Loka. Pero existe un reino mental trascendental o Lokottara, donde la Lokottara-Chitta o mente trascendental opera casi aboliendo la distinción entre la mente y sus objetos, donde se está en el límite de la mente cósmica, que no tiene objetos por fuera de ella. Estos cuatro estados pueden corresponderse con la gradación de los estados de Samadhi de Patanjali: Savitarka, Nirvitarka, Savichara y Nirvichara.

Los métodos prescritos para elevarse de Kama-Loka a Rupa-Loka, son: (a) inhibición de las funciones corporales y mentales mediante Asana, Pranayama y Pratyahara; (b) concentración en un objeto seleccionado sin pensar en ningún otro, mediante Dharana; (c) reemplazo del objeto por una imagen mental del mismo; (d) despojar la imagen de todas las sensaciones concretas y concebirla en una cognición mental abstracta con todos los caracteres individualizados de la imagen. Es aquí que surge Rupa-Jnana o la forma inferior de percepción supranormal.

Existen cinco etapas de Rupa-Dhyana o meditación en la forma verdadera de las cosas, a saber: (a) eliminación del embotamiento por el razonamiento o Vitarka; (b) eliminación de la duda por la discriminación o Vichara; (c) eliminación de la aversión por compasión o Karuna; (d) eliminación de la distracción o preocupación por el contentamiento o Mudita; (e) eliminación del deseo sensual por concentración mental o Ekagarta. El énfasis en el método de Patanjali se pone en la concentración gradual sobre objetos más y más sutiles, en tanto que en el método Budístico, el énfasis se pone en una creciente eliminación de la conciencia objetiva.

Hay cuatro etapas de Arupa-Dhyana o meditación en las esencias sutiles de las cosas (podemos decir Tanmatras): (a) En la primera etapa la mente trasciende la conciencia de materia y forma, la conciencia de distinciones y limitaciones, y se concentra en la idea del espacio infinito. Esa percepción infinita trae alegría a la mente, puesto que aquí la percepción del espacio está libre de la usual percepción empírica concreta, y se eleva a un concepto abstracto no empírico; (b) en la segunda etapa la mente trasciende el concepto de espacio infinito y se concentra en el concepto de conciencia infinita; solamente es sabedor de un concepto de conciencia como infinito; (c) en la tercera etapa se superan las condiciones de la segunda etapa, y la mente se concentra en el vacío infinito, y es sabedora solamente del vacío; (d) en la cuarta etapa, se trascienden las etapas inferiores y la mente se eleva a un estado donde no hay ni conocimiento, ni no-conocimiento, pero hay una conciencia inexplicable que es pura y simple.

Más allá está el reino de Lokottara-Chitta, que nadie puede describir, porque aquí la mente asume el estado de Ser Cósmico, y es una con las formas de todos los procesos cósmicos.

De acuerdo con Patanjali la etapa inferior de concentración mental es conocida como Savitarka, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto (Sthula Artha), asociado con su nombre (Sabda) y concepto (Jnana). La segunda etapa es Nirvitarka, en la cual la mente se une con el objeto libre de nombre y concepto. Aquí no es el objeto el que se vuelve conocido por la conciencia, sino que la conciencia liberada del sentido de 'Yo' y 'Mío', se identifica con el objeto. No hay idea de 'Yo', ni de 'Eso', en relación con el sujeto o el objeto, pero los dos se convierten en uno, y solamente hay la conciencia del objeto en un estado de unión. La tercera etapa es Savichara, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto sutil, tal como átomos y fuerzas o Tanmatras, etc., emparejada con las ideas de espacio, tiempo y causalidad, y conectada con los diversos atributos y relaciones. La cuarta etapa es Nirvichara, donde la mente en concentración se vuelve una con el objeto sutil, como las fuerzas que hay detrás de las cosas, Tanmatras en sus esencias, libre de las nociones de espacio, tiempo y causalidad, y libre de todos los atributos y relaciones condicionantes. La quinta etapa es Sananda, donde la mente en profunda, determinada concentración, se vuelve una con la dicha de Sattva mediante la subyugación de Rajas y Tamas, aunque estos últimos aquí no están completamente destruidos. La sexta etapa es Sasmita, donde la mente en indeterminada, profunda concentración, se vuelve una con el intelecto puro universal o Mahat, el cual es casi indistinguible del Ser Universal. Aquí Rajas y Tamas están completamente subyugados, y Sattva brilla en toda su gloria y esplendor. Con la distinción de meditación determinada e indeterminada en las etapas Sananda y Sasmita, el total de etapas a cubrir es de ocho.

Todas éstas son las etapas de lo que Patanjali llama Samprajnata o condición objetivamente consciente en varias etapas de sutilidad del ser tendientes a la universalidad. Más allá de éstas se encuentra Asamprajnata o el estado no-objetivo absoluto del ser, el cual se logra por un supremo desapasionamiento, que resulta en la detención de todas las funciones mentales, dejando, no obstante, las impresiones de su cesación.

Trascendente a todo está Nirbija-Satta o Existencia Absoluta sin principio, que no tiene siquiera las impresiones mencionadas en el párrafo anterior. Aquí es alcanzada la Meta de la vida.

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