lunes, 28 de noviembre de 2011

EL SISTEMA YOGA

Capítulo 5

Continuación

El auto control necesita mucha vigilancia. Cuando uno persiste en el control de los sentidos, éstos pueden emplear ciertas tácticas y eludir el dominio por parte de uno. Uno pude ayunar, observar mauna (silencio), dejarlo todo para recluirse. Pero los sentidos son impetuosos. Cualquier medida extrema que se tome puede causar una reacción. Es necio no entender este aspecto del asunto. Pueden aparecer reacciones contra la abstinencia prolongada de los goces normales. Particularmente el hambre y la lujuria levantan armas en venganza. No es aconsejable llegar a extremos en la sujeción de los sentidos porque, de hecho, no se deben subyugar, sino sublimar. Después de años de reclusión, muchas personas se han encontrado en la misma situación que antes, a causa de los medios poco atinados empleados en sus prácticas. La supresión de los deseos no es siempre intencionada; puede suceder sin que uno lo sepa. En todo momento debe tenerse cuidado de seguir la ‘regla de oro’ o ‘camino medio’. Como nos advierte el Bhagavadgita, el yoga no es para aquel que come demasiado, ni tampoco para el que no come; no es para aquel que duerme demasiado, ni tampoco para el que no duerme; no es para aquel que siempre está activo, ni tampoco para el que no hace nada. Los sentidos deben ser puestos bajo control poco a poco, tal como en la domesticación de animales salvajes. Dele a los sentidos un poco de lo que necesitan, no mucho. El siguiente día, deles un poco menos. Un día no les de nada, y otro día deles un buen trato. Finalmente contrólelos completamente y con los arneses puestos, haga meditación sobre la realidad.

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lunes, 21 de noviembre de 2011

EL SISTEMA YOGA


Capítulo 5

Continuación

El sistema yoga menciona otras dos importantes reglas, a saber: Asteya o la no apropiación de lo que legalmente no pertenezca a uno, y aparigraha o la no aceptación de lo que no sea necesario para la propia subsistencia, lo cual, en otras palabras, significa no codiciar. Estas pueden considerarse como dos grandes restricciones sociales impuestas sobre el hombre que, aparte de su valor en la práctica del yoga, cuando se implementan, se convierten en saludables sustitutos para las molestas regulaciones inventadas en los campos social y político de la vida. La naturaleza resiente cualquier coacción externa, lo que explica la infelicidad de la humanidad, a pesar de sus códigos y tribunales. A uno no lo pueden obligar a hacer lo que no quiere hacer. La ley tiene que nacer en el corazón antes de tomar asiento en el Poder Judicial o en el gobierno. La moral del yoga como asteya y aparigraha, actúa tanto como advertencia personal para el avance espiritual, así como de remedio social para la codicia y el egoísmo.Al estudiante de yoga se le pide que sea simple. Vida simple y pensamiento elevado son sus lemas. No se acumula muchas cosas en su casa o habitación. Esto es aparigraha o no aceptación. En etapas avanzadas un sadhaka de tiempo completo (aspirante), no debe mantener cosas ni siquiera para el día siguiente. Por supuesto no es necesario que le digan a uno que no se debe apropiar de lo ajeno. Es bastante simple de entender, y esto es asteya o no robar. El estudiante no sólo debe abstenerse de tomar cosas superfluas, sino que tampoco debe aceptar el servicio de otras personas. Algunos sostienen que tener más de lo necesario, es igual a robar. Estas son las virtudes fundamentales de la ética del yoga. La conducta que no se ajusta a lo universal, no puede, al final, ser buena.

El yoga es búsqueda de la Verdad hasta sus últimas consecuencias, por encima de su utilidad relativa. Se deben hacer preparativos adecuados para esta aventura. Tenemos que ser honestos ante la verdad, y no sólo a los ojos de nuestros amigos. Esta apertura ante el Absoluto es el significado tras la observancia de lo que el yoga denomina yamas, como un curso de auto disciplina que se impone uno mismo para lograr esa naturaleza moral consistente con las demandas de la Verdad. La moral del yoga es más profunda que la moral social e incluso que la moral religiosa de las masas. Nuestra naturaleza tiene que estar de conformidad con la forma de la Verdad. Como la verdad es universal, las características que son incongruentes con su esencia, deben ser abandonadas poco a poco. Cualquier conducta que no pueda estar en armonía con lo universal, en últimas no puede ser moral, al menos en el sentido requerido por el yoga.¿Lo universal pugna con los demás? No. Por tanto, no pugnar y no tener conflictos, o ahimsa, es una virtud. Hacer daño a otros está en contra de la moral.¿Lo universal tiene pasiones? ¿Va a robar la propiedad ajena? ¿Oculta hechos? La respuesta es no. Así que la sensualidad, el sigilo y la mentira son inmorales. Mediante la aplicación de la norma universal, podemos determinar lo que es la verdadera moralidad. Aplique su conducta a lo universal y si se adecua, es moral. Aquello que es rechazado por lo universal, es contrario a la Verdad. Ahimsa, satya, brahmacharya, asteya y aparigraha son los yamas para liberaración de toda clase de crueldad, falsedad, lujuria, codicia y gula.

La lujuria y la codicia son los más grandes obstáculos en la práctica del yoga. Cuando esas propensiones sufren una oposición se convierten en ira. Por esta razón la quíntuple regla del yoga, yama, puede considerarse como la síntesis de toda enseñanza moral.

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lunes, 14 de noviembre de 2011

EL SISTEMA YOGA


CAPÍTULO 5

Continuación

Brahmacharya, o continencia, la otra gran regla, es tan difícil de entender como satya o ahimsa. En todos los casos de juicio moral, son necesarios el sentido común y una punto de vista integral. Muchos estudiantes de yoga piensan que brahmacharya es celibato o vivir una vida sin mujer. Aunque esto puede considerarse como una definición muy significativa de brahmacharya, la moral del yoga exige un brahmacharya del tipo más puro, que tiene un significado más profundo. El Yoga considera brahmacharya desde todos los puntos de vista, y no sólo en sus implicaciones sociológicas. Requiere una purificación de todos los sentidos. Dormir en exceso y la glotonería, por ejemplo, son faltas a brahmacharya. Esta no se rompe sólo por relaciones sexuales, sino por excesos de cualquier tipo, incluso llevando una vida de abstinencia sexual, con excesos tales como la gula, la locuacidad y, sobre todo, pensando en los objetos de los sentidos. Mientras que uno conserva la energía por una parte, ésta puede escaparse por otra. Dormir demasiado es un truco que nos juega la mente cuando nos negamos a satisfacerla. Comer y hablar en exceso es el desperdicio de la energía no canalizada. La contemplación de los objetos de los sentidos puede continuar incluso cuando están físicamente lejos. Brahmacharya es conservar la fuerza con el propósito de meditar.'La pregunta es: ¿Se siente fuerte por la conservación de la energía? Brahmacharya se prueba por la fuerza que uno reconozca en su interior. La virtud no es para ser exhibida, sino para utilizar la energía conservada con un propósito más elevado. La actividad innecesaria de los sentidos derrocha la energía. El Chhandogya Upanishad dice que en la pureza de las cosas que pensamos, hay pureza del ser. Al ver, oír, saborear, oler y tocar, debemos contactar solo cosas puras. Un solo sentido dejado sin control, puede anular los efectos del control ejercido sobre los otros sentidos. Como lo señala el Mahabharata, por constante pensamiento nos convertimos en aquello con lo que nos asociamos, nos convertimos en aquello a lo que servimos por largo tiempo y, nos convertimos en lo que deseamos. Brahmacharya es, por lo tanto, un acto de total autocontrol. El Brahmacharin siempre es prudente. Y nadie debe ser tan osado como para imaginar que está totalmente puro y a salvo.
La práctica de brahmacharya como voto de abstinencia de toda indulgencia de los sentidos, particularmente en su aspecto psicológico, y una estricta fijación en la pureza personal, genera armonía en las funciones vibratorias del cuerpo, nervios y mente, y el Brahmacharin alcanza lo que, incluso él mismo, puede considerar como una maravilla. Brahmacharya a menudo es considerado como el rey de los principios, que encarna en sí mismo todas las demás virtudes o valores morales. En su observancia, no obstante, se debe tener cuidado, no solo de evitar la indulgencia de los sentidos y los devaneos mentales, sino también de liberarse de las complicaciones que puedan seguir, así como de las satisfacciones a las cuales uno puede recurrir como consecuencia de la frustración del deseo.

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martes, 8 de noviembre de 2011

LA VERDAD

EL SISTEMA YOGA

Capítulo 5

Continuación

El ego trata de mantener sus gustos y disgustos por varios métodos, uno de ellos es la mentira, con el fin de escapar de la oposición de otros. La insinuación de la mentira en la sociedad, se considera como un vicio. Satya o veracidad es otra virtud. En cierta medida, la verdad mitiga el egoísmo. La deshonestidad es una afirmación del ego para tener éxito en sus tratos con el mundo, a pesar de que pueda significar hacer daño a otros. Veracidad es la correspondencia con los hechos. El Yoga hace hincapié en la importancia de la práctica de la verdad en la vida humana. Hay dilemas en que quedamos cuando nos encontramos en una situación difícil. A veces puede parecer que la verdad nos lleva a problemas, entonces uno podría verse tentado a decir una mentira. Las escrituras dan muchas respuestas a nuestras preguntas sobre el tema. La verdad que hace daño es igual a la mentira. Tenemos que ver las consecuencias de nuestra conducta, antes de que podamos decidir si es virtuosa o no. Pero, entonces, ¿tenemos que mentir? Un ejemplo destacado sobre este punto se narra en el Mahabharata. Arjuna y Karna estaban enfrentados en la batalla. Krishna mencionó a Arjuna que Yudhishthira estaba muy triste a causa de su combate con Karna ese día, a raíz del cual, había tenido que regresar a su campamento gravemente herido. Krishna y Arjuna fueron a saludar a Yudhishthira. Yudhishthira estaba feliz de ver, sobre todo, a Arjuna, porque pensaba que éste había llegado después de matar a Karna en la batalla. Yudhishthira expresó su alegría por el buen evento, pero cuando Arjuna le reveló que Karna no había sido aún aniquilado, y que ellos sólo habían venido a verlo en el campo, Yudhishthira secamente le dijo a Arjuna que habría sido mejor si su arco Gandiva le hubiera sido entregado a otro. Arjuna sacó su espada. Krishna lo agarró de las manos y le preguntó qué pasaba con él. Arjuna reveló su voto secreto, según el cual, mataría a cualquiera que insultase su arco. Krishna se mostró sorprendido por la insensatez de Arjuna, y entonces le dijo que insultar a uno de sus mayores era igual que matarlo, y Arjuna haría bien en abusar de términos irreverentes contra Yudhishthira, en lugar de matarlo e incurrir en un pecado atroz. En consecuencia, Arjuna utilizó una larga cadena de palabras insultantes contra Yudhishthira. Pero Arjuna sacó de nuevo su espada, y Krishna le exigió una explicación. Arjuna dijo que iba a suicidarse porque tenía otro voto, que consistía en que si insultaba a un anciano, él pondría fin a su vida. Krishna sonrió ante esta nueva salida de Arjuna, y entonces le dijo que alabarse a uno mismo, era igual que matarse a sí mismo, y que por lo tanto, podría recurrir a este medio en lugar de suicidarse. Arjuna, entonces, se elogió en un lenguaje jactancioso. Es fácil imaginar las consecuencias de atravesar con la espada a Yudhishthira, solo para cumplir la promesa de Arjuna. La moral no es una fórmula matemática rígida. No existe un estándar establecido para todas las épocas y situaciones. Incluso expertos legales, como Bhishma, no podían responder al dilema planteado por Draupadi. Si mantener el voto conforme a satya, matando a un hermano en tal situación, o el suicidio, todo ello contrario a ahimsa. La Escrituras sostienen que la verdad no debe causar daño. Manu, en su smriti, señala que hay que decir la verdad, pero hablando con dulzura, y no se debe decir una verdad que es desagradable, ni tampoco se debe decir una mentira porque sea dulce. La regla general ha sido, sin embargo, que la verdad que lastima o causa daño a los sentimientos de otro, debe ser considerada como mentira, aunque luzca como verdad. Nuestras acciones y pensamientos deben tener relación con el objetivo último de la vida. Sólo entonces se convierten en verdades. Debe haber armonía entre el medio y el fin. '¿Tiene la conducta alguna conexión, directa o indirecta, con el fin del universo?' Si la respuesta es afirmativa, el paso dado se puede considerar como ajustado a la verdad.

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martes, 1 de noviembre de 2011

EL SISTEMA YOGA


CAPÍTULO 5

LAS RESTRICCIONES MORALES

CONTINUACIÓN

La mente ha de ser traída a su fuente. Desafortunadamente, no podemos saber donde está la mente a menos que comience a funcionar, como el ladrón, cuya presencia se conoce por sus actividades. Los problemas externos son manifestaciones de la quíntuple complejidad interior. Ignorancia es la primera causa. Pero es una causa negativa cuando se es solo ignorante o estúpido. El hombre no se detiene con esto. Quiere demostrar su ignorancia, y aquí está la raíz de todo el problema. La primera demostración es afirmar su egoísmo. Cuando uno quiere que otros cedan a las exigencias de su ego, en contra de los egos de los demás, hay un choque de personalidades e intereses, y esta circunstancia engendra infelicidad en la familia, la sociedad, y el mundo. El Yoga hace un análisis de esta situación. Avidya, afirmándose como ahamkara y chocando con los demás, produce el contexto de himsa o violencia. Como himsa es un mal que engendra dolor social de diferentes tipos, ahimsa o no violencia, es una virtud. Ahimsa es similar a la ética cristiana que nos enseña a 'no ceder al mal'.Incluso, si un solo ego se retirara, en esa medida la fricción social sería de menor intensidad. Himsa nace de asmita, raga y dvesha, y por tanto, ahimsa es una regla moral. Ahimsa, o la práctica de la no-violencia, no es solo una regla de acción, sino también de pensamiento y sentimiento. Uno ni siquiera debe pensar el daño de ningún tipo. Pensar en el mal es tan malo como cometer la acción. El pensamiento del mal no es sólo una preparación para su ejecución, sino que es la semilla de la acción. 'Que haya amistad en vez de la enemistad, amor en lugar del odio', es el lema del yoga. Por amor atraemos las cosas y por odio las repelemos. Amor atrae amor y odio atrae odio. Esta gran regla de la ética del yoga va más allá que simplemente evitar hacer daño, va hasta un positivo amor desinteresado por todos, con una visión imparcial, al amor sin apego (raga) o el odio (dvesha). Ahimsa siempre ha sido considerada como la reina de las virtudes y todos los demás cánones de la moral se consideran con referencia a esta norma suprema de carácter y conducta.

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