viernes, 12 de mayo de 2017

La psique y el mundo interior


Hemos observado que nuestro mundo interior está constituido por la psique, mundo mental, y este es el mundo real para nosotros, del cual somos primeramente ciudadanos. Somos ciudadanos de un mundo psíquico de una manera más adecuada que aquella por la cual pertenecemos al mundo físico de seres sociales. Nuestro aparato psíquico es una estructura complicada, porque tiene conexiones con casi todo en el mundo. Es como una central de mando. No estamos tan desconectados de las cosas como parece. Hay una relación subterránea entre nuestros contenidos internos y la totalidad del cosmos. En el momento que comencemos a entrar en el reino de la práctica del yoga, también comenzamos a operar sobre nuestras relaciones cósmicas. Esto es algo importante para recordar. En la actualidad, creemos que somos individuos aislados, sin conexión alguna con los demás. Pero la meditación es una aventura que nos abre un nuevo punto de vista, y nos sorprende con nuestras relaciones, las cuales no eran lo que aparentaban en nuestra vida corriente.


viernes, 17 de marzo de 2017

Idea clara del objetivo de su vida

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA SADHANA (Práctica espiritual)

1. Ante todo, uno debería tener una idea clara del objetivo de su vida.

2. El objetivo debería ser tal que no esté sujeto a posteriores cambios de opinión o que pueda ser trascendido por algún otro pensamiento, sentimiento o experiencia. Esto significa que el objetivo debe ser supremo; no debe haber nada más allá del mismo.

3. Siendo que el Objetivo Supremo es único y está claro para la propia mente, es evidente que todo lo demás en el mundo es un instrumento, auxiliar o accesorio para el cumplimiento del mismo.

4. Es posible cometer el error de creer que sólo ciertas cosas en el mundo son ayudas para lograr el objetivo de la vida y que otras cosas son obstáculos para ello. Pero eso no es cierto, porque todo en el mundo está interconectado y no es posible separar lo necesario de lo innecesario, lo bueno de lo malo, etc., excepto en un sentido puramente relativo. Los llamados ítems innecesarios o inútiles son aquellos cuya conexión sutil con nuestro objetivo central de la vida no está clara para nuestra mente. Esto sucede cuando nuestra mente es arrastrada por emociones repentinas o ataques de entusiasmo.

5. Todo eso significa que no es aconsejable o practicable ignorar totalmente ningún aspecto de la vida, como si éste fuera absolutamente irrelevante para el objetivo de nuestra vida. Aquí comienza la dificultad en la práctica de la sadhana, porque no es humanamente posible considerar todo aspecto de una situación cuando uno trata de entenderla.

6. La solución es el entrenamiento que uno debe recibir de un Maestro competente, el único que puede sugerir los métodos para tener tal visión global de las cosas – condición preliminar para una verdadera vida espiritual o una vida de meditación superior.

7. Hay necesidades económicas y materiales al igual que deseos vitales de la naturaleza humana a los que hay que prestar debida atención, en el momento apropiado y en las proporciones adecuadas, no con la intención de adquirir confort y satisfacción personal sino con la visión de sublimar todos los deseos o impulsos personales, ya sean físicos, vitales o psicológicos. Ignorar completamente este hecho se convierte en un obstáculo para una práctica superior en el sendero de la sadhana.

8. Es necesario, por supuesto, vivir una vida de reclusión razonable bajo la guía de un Maestro hasta que uno pueda valerse por sí mismo y pensar independientemente, sin la ayuda de nadie.

9. Sin embargo, uno debería probar de vez en cuando su habilidad para contrarrestar las propias reacciones a la atmósfera, aun estando en entornos desagradables o adversos. La reclusión no debería significar cierto auto hipnotismo o hibernación, o incapacidad para enfrentar la atmósfera que lo rodea.

10. Tampoco debería significar incapacidad de vivir en reclusión solo, consigo mismo, cuando se da la oportunidad. Resumiendo, el ideal debería ser el logro de una actitud ecuánime ante las circunstancias, ya sea que uno esté solo, consigo mismo, o en ambientes sociales incompatibles.

11. Durante la reclusión, no debería permitírsele a la mente volver a circunstancias de la propia familia o de la profesión, o a problemas que puedan perturbar la concentración de la mente en Dios, porque la presión de estas experiencias previas pueden, algunas veces, demostrar ser superiores a nuestro amor por Dios en intensidad.

12. Es imposible concentrarse en Dios a menos que se tenga una convicción firme y fe en que también puede obtener de Dios lo que sea que espere de este mundo; mejor dicho, mucho más que todas esas cosas que el mundo tiene como tesoros y valores.

13. Es difícil tener una visión del propio objetivo de la vida cuando la mente sale de la meditación hacia lo que desea en el mundo. De allí la necesidad de un estudio profundo de los Upanishads, el Bhagavad Gita, el Shrimad Bhagavatam y otras escrituras del estilo, de modo de convencer a la mente de la supremacía de Dios.

14. Estudio o svadhyaya, mantra-japa y meditación son los tres aspectos principales de la práctica espiritual.

15. Svadhyaya no significa estudio de cualquier libro que uno pueda encontrar en algún lugar y en cualquier momento. Significa un estudio continuado, regular y diario de textos sagrados seleccionados o incluso de un solo texto entre los sugeridos anteriormente. Un estudio hecho de este modo, en horarios fijos, todos los días, durante un tiempo establecido, traerá los resultados esperados.

16. Al principio, debería practicarse el japa del mantra haciendo un poco de sonido con la boca de modo que la mente no se vaya acá y allá, a diferentes cosas. La recitación audible del mantra hará que la mente vuelva al punto de concentración. Más tarde, el japa puede ser sólo con movimiento de los labios, pero sin producir ningún sonido. Finalmente, el japa puede ser sólo mental, siempre que la mente no vagabundee durante el mismo.

17. Debería establecerse una duración conveniente, como media hora o una hora, en diferentes momentos, de modo que la sadhana diaria sea al menos de tres horas. Con el paso de los días, se puede aumentar el tiempo según la propia capacidad.

18. Durante el japa, la mente debería pensar en el significado del mantra, la entrega de uno mismo a la Deidad del mantra y, finalmente, la comunión con la gran Deidad. Habría que esforzarse todos los días en tener estos sentimientos profundos durante el japa.

19. Se puede combinar la meditación con el japa o se puede practicar meditación independientemente de éste. Meditación con japa significa repetir mentalmente el mantra y, al mismo tiempo, meditar profundamente en el significado del mantra según lo mencionado.

20. La meditación sin japa es una etapa superior en la que la mente queda tan absorta en el pensamiento de Dios, la entrega a Dios y la unión con Dios que el japa se detiene automáticamente. Éste es el estado superior de meditación.


21. Durante toda la sadhana, es necesario sentir la unión de uno y el universo con Dios.

Tomado del libro de Swamiji titulado "Los problemas de la vida espiritual".

sábado, 4 de marzo de 2017

¿Cómo llamar a Dios?

Hoy les hablaré de algo mucho más fácil, aunque no menos importante — el arte de llamar a Dios en nuestro interior. ¿Qué método se adopta para llamar a alguien de modo que se acerque a uno? Se llama a un perro con ciertos gestos. Se llama a un gato y éste se acerca. Uno sostiene un poco de pasto frente a una vaca y ésta se le acerca. Gesticula de modo amigable a una persona y ésta se le acerca como un amigo.

¿Pueden también llamar a Dios? Siempre que uno llama a alguien, lo hace por medio de un nombre. La gente que acaricia a los perros les da un nombre. Llaman al perro por ese nombre. Los conductores de elefantes, mahouts, le dan un nombre al elefante y cuando mencionan ese nombre, el elefante se detiene. “¡Levanta tu trompa!” La levanta. “¡Muévete!” Se mueve. “¡Detente!” Se detiene. A los elefantes se les enseña el arte de reconocer el nombre que se les ha dado.

Cuando alguien pronuncia su nombre, inmediatamente uno se identifica con ese nombre. Tanta es la intensidad de la identificación que tiene con el nombre que aún si está profundamente dormido, se despierta con solo ser llamado por su verdadero nombre. Si Juan está durmiendo, uno debe usar su nombre: “Juan, por favor levántate”. Pero si dice “José”, no se levantará. Lo que hace que una persona se despierte no es el sonido que uno pronuncia sino el llamado de aquello con lo que uno se identifica. Tan intensa es esta identificación que persiste aún en sueño profundo; de otro modo, cuando uno está totalmente inconsciente en sueño profundo, ¿cómo es que recuerda su nombre y cuando alguien grita su nombre, se despierta?

A Dios también se lo llama con un nombre. En lenguaje corriente, este arte de llamar al Creador Todopoderoso se hace mediante la recitación de un nombre que asociamos con la naturaleza de Dios. El nombre de Dios es una descripción de la característica de Dios. Según el lenguaje tradicional indio, cuando se le da un nombre a una persona en el momento del nacimiento, no es que uno le da cualquier nombre que quiera, como en estos tiempos modernos. Para elegir un nombre en particular que indique la influencia ejercida sobre ese niño por todo el sistema estelar y planetario, se tienen en cuenta las estrellas, los planetas y el día en que el niño nació. De ese modo, el nombre sugiere la verdadera característica y naturaleza de la persona. En la actualidad, se le da cualquier nombre, como el de una planta, un árbol, una ramita o cualquier cosa por el estilo. No hay significado en todos esos nombres.


Dios también puede ser llamado con un nombre, siempre que el nombre elegido, con el cual se Lo llama, indique el poder, la majestuosidad y el afecto que Dios tiene por uno. El mantra que la gente recita en japa sadhana, por ejemplo, se supone que es un indicador del nombre de Dios. El mantra que una recita, en el cual se supone ha sido iniciado, es el modus operandi adoptado para crear en su mente un indicio de la naturaleza de Dios a quien uno venera y adora. En el Vishnu Sahasranama que recién se recitó, los mil nombres son mil características diferentes del Ser Supremo, no cualquier cosa y todas las cosas. 

Tomado del libro "El logro del infinito" por Swami Krishnanada

miércoles, 22 de febrero de 2017

¿Qué es el auto-control?


Una vez más, deseo recordarles nuestros estudios anteriores concernientes a la estructura de nuestra personalidad y su conexión con el mundo exterior – es decir que dentro del cuerpo tenemos otros tipos de aparatos tales como los órganos sensoriales, los pranas, la mente y el intelecto, que tienen una tendencia a afirmar la individualidad física de la persona y también todos los apegos y aversiones, los cuales son una consecuencia de tal afirmación con respecto al mundo externo de personas y cosas. De modo que una clase de yajña o sacrificio implicaría autocontrol, restricción del movimiento de los sentidos, la mente y el intelecto, porque un conjunto de sentidos desenfrenados, una mente descontrolada y un intelecto indisciplinado significaría una personalidad envuelta en un deseo de contacto espacial con personas y cosas externas, siendo que en realidad esas personas y cosas no están afuera. La razón para el autocontrol surge debido al hecho de que las percepciones usuales de los sentidos son percepciones erróneas, debido a que los sentidos no tienen otro trabajo que hacer que inculcar a nuestras mentes la exterioridad del mundo, la apariencia de las cosas y el aislamiento de nuestro ser con respecto a otras personas. Hay un continuo proceso de lavado de cerebro que tiene lugar en nuestra relación con los sentidos y, lamentablemente, no tenemos otra relación en el mundo. Estamos totalmente agobiados por los sentidos; y el mundo en el que vivimos es un mundo sensorio. Nuestro proceso de pensamiento y nuestra intelección también están condicionados por el conocimiento provisto por la percepción de los sentidos.

Hay una total desgracia que ha descendido sobre nosotros, teniendo en cuenta el estado de cosas en el cual nos encontramos – social, física y psicológicamente. Socialmente estamos en desgracia debido al entendimiento erróneo de nuestra conexión con otra gente, y psicológicamente también, debido a nuestra dependencia, también interna, de lo que conocemos por medio de los sentidos, lo cual es erróneo. Así, el autocontrol que incluye control de los sentidos, es también control mental, control intelectual y control de la razón – el control total de uno mismo. El autocontrol es la esencia del yoga. Aquí puede que se necesite una palabra de aclaración con respecto lo que significa autocontrol. ¿Qué es lo que hacemos con nosotros cuando tratamos de controlarnos? Para eso, puede que necesitemos saber qué somos.


Esto nos trae una vez más al esquema cosmológico. Hasta cierto punto, podemos saber qué somos ubicándonos en el esquema cosmológico, sin necesidad de ninguna instrucción en este contexto, porque en cuanto sabemos cómo hemos venido, podemos saber también dónde estamos. Nuestros deberes se vuelven explícitos y claros en cuanto conocemos nuestra condición y la atmósfera en la que vivimos. El control de uno mismo – control de los sentidos, autocontrol – es, en última instancia, la restricción de la conciencia; tiene poco que ver con nuestros miembros físicos. No es atar las piernas, tapar los oídos o cerrar los ojos hablando en sentido físico, porque nuestras alegrías y penas son el resultado de un movimiento de la conciencia en una forma particular. Los pensamientos son alegrías y tristezas. De modo que alegrías y tristezas son sólo procesos de pensamiento, que es otra forma de decir que son remolinos de conciencia de una manera determinada. Para un entendimiento fácil, podemos identificar nuestra conciencia individualizada con nuestra mente, en un sentido más generalizado. Esta conciencia individualizada es el principio de afirmaciónde la individualidad. El ego, el intelecto, la razón y lo que pensamos que somos en el presente – todo eso es inseparable de este tipo de actividad de la conciencia. Así, autocontrol significaría traer de vuelta la conciencia individual que se mueve hacia las cosas externas, haciendo que se establezca en su propio ser. Esto es todo el yoga de Patañjali, por ejemplo, que él resume en dos sutras – yogaś citta vṛtti nirodhaḥ; tadā draṣṭuḥ svarūpe avasthānam (Y.S. 1.2-3): “El control de la mente es yoga; entonces el Ser se establece en su propia naturaleza”. Aquí está todo el yoga en dos oraciones.

Tomado del libro de Swamiji "Las enseñanzas del Bhagavadgita"

miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Cuidar los peniques perdiendo las libras?

Diciembre 12, 1990, de mañana


Larry: Practiqué algo de meditación esta mañana.

Swamiji: Todos los días, con profunda concentración, sumergiéndote en ti mismo.

Larry: Traté de salir de mí, como usted me sugirió.

Swamiji: Te pierdes para ganarte.

Larry: Traté de proyectarme algunos pies lejos de mí.

Swamiji: Sí; eso es perfectamente correcto. Proyéctate lejos de ti y vuélvete un ser más grande que el que pareces ser. Ahora eres una pequeña persona dentro del cuerpo. Quiero que te vuelvas más grande. Cuando te ubicas lejos de tu cuerpo, te vuelves más grande de lo que eres. Tu dimensión aumenta y e incluso puedes ubicarte en el sol, la luna y las estrellas, no simplemente en la alfombra, de modo que la dimensión se vuelve tan grande que pareces casi la Existencia Universal. 

Sencillamente, puedes ubicarte en la periferia del espacio tanto como sea posible, de modo que estés tan lejos de lo que pareces ser ahora que te asemejes a una universalidad inclusiva, absorbiendo todo en ti, sin que quede nada afuera. “Soy lo que soy”, “Soy aquello que soy”, como quieras llamarlo – ésta es la técnica de meditación. Debe hacerse todos los días por un período lo más largo posible. Éste es el deber primordial de una persona. Todos los otros deberes son subsidiarios, secundarios. De otro modo, estarás cuidando de los peniques y perdiendo las libras. Todo el asunto de la vida es sólo una cuestión de cuidar de los peniques, perdiendo las libras. Eso no debe suceder.

Cuando te pierdes a ti mismo, ganas todo. Puedes ganar el mundo entero pero perderte a ti mismo. Toda iniciativa de la gente, en todas partes del mundo, es una aventura para ganar el mundo y perderse a sí mismo. Estamos muy preocupados por las cosas del mundo externo y no nos preocupamos por nosotros mismos, como si el mundo pudiera existir aún sin nosotros. Cuando tú no estás allí, tu mundo tampoco lo está.

Por lo tanto, cuida de ti y todas las cosas se cuidarán solas. Cuando riegas la raíz de un árbol, no necesitas regar las ramas y las hojas por separado. Las ramas pueden ser cientos; sin embargo, puedes cuidar muy efectivamente cientos de ramas y hojas regando y nutriendo una sola cosa, la raíz del árbol. No necesitas preocuparte por la numerosa variedad y diversidad de este mundo si conoces la raíz y cuidas de eso. El mundo se cuidará automáticamente, ya que la raíz cuidará de las ramas, las hojas y los frutos.

“Dios primero, el mundo después, tú último”. Eso es lo que solía decir Swami Shivanandaji Maharaj – la causa primero, el efecto después. Dios estuvo primero; el mundo vino después y tú eres lo último, de modo que no te puedes posicionar primero. El primero es el más grande, incluye lo producido y te incluye a ti. Es nuestro deber meditar. No es algo que haces como una ocupación; es el arte de ser tú mismo. Nada puede ser más ventajoso para una persona que ser el propio ser. “Sé fiel contigo mismo”. Ser fiel con todo, excepto con uno mismo, es en vano.


Tomado del libro de Swami Krishnanada “Los problemas de la vida espiritual”




viernes, 10 de febrero de 2017

La Soledad


Hay varios tipos de soledad interior que uno siente cuando ha perdido algo que tenía: perdió toda la propiedad; los parientes lo han abandonado; el negocio ha fracasado; la Bolsa ha caído; ha perdido millones y la tierra misma esta temblando bajo sus pies; entonces, en ese momento, uno siente una soledad desgraciada.

He escuchado acerca de una persona que estaba siempre ocupada en cuestiones de la Bolsa y en una ocasión en particular, perdió todo en un segundo. Ese mismo día murió de un ataque cardíaco debido a la angustia que sintió, una soledad que entró en sus órganos vitales y se llevó su energía.

Pero kaivalya, que es soledad, no es una soledad psicológica. No es una soledad que siente la mente debido a su apego a este cuerpo. Es la soledad del espíritu que está en nuestro interior. Nuestra alma sola consigo misma.

A decir verdad, es fácil de entender que estamos solos en este mundo. Todas las asociaciones de las que hablamos — dinero, poder y relaciones sociales — son condiciones creadas artificialmente por la unión de cierta atmósfera favorable, porque cuando una persona nace como un pequeño niño, este niño está solo consigo mismo. No tiene propiedad; no tiene conciencia de parentescos. No puede saber qué le pertenece a alguien o que alguien le pertenece.

Hay un período de algunos años que llamamos vida en este mundo. Cuando ese período de vida termina, otra soledad se manifiesta en nosotros, la cual es el momento de abandonar este mundo. En ese momento, se siente una agonizante soledad. Es algo semejante a una segunda niñez, la persona mayor comienza a comportarse como si fuera un niño que gatea; la mente dice disparates y 31 parlotea, y comienza a decir cualquier cosa, como hablaría un niño ignorante y sin instrucción. En ese momento, surgen en la mente deseos erráticos. Mientras que, en realidad, durante la niñez la conciencia de relaciones externas no está allí, durante la vejez, en el momento de morir, está el otro aspecto del sentimiento de soledad, que todos lo han abandonado.

Cuando una persona está muriendo, los parientes se acercan y le preguntan: “¿Sabes quién soy? ¿Me reconoces?” Algunas veces, la conciencia de reconocimiento falla incluso si los ojos ven y otra vez, por medio de los ojos uno puede reconocer quién es esa persona, pero no puede expresar totalmente esa relación. La audición también falla después y los ojos fallan. La mente sola comienza a pensar, pero la mente también falla. Sólo prana queda después. Cuando el prana falla, se sale de este cuerpo. Esta salida es lo peor que uno puede imaginar para una persona que ha estado acostumbrada a la vida social y a una existencia pública grandiosa.


Todos necesitamos tener esa sabiduría, especialmente como aspirantes espirituales, que siendo que soledad era la condición que teníamos al venir a este mundo y soledad será la condición en la cual entraremos al morir, ¿cómo es que no nos sentimos solos en el medio y tenemos un sentimiento totalmente diferente de tener muchas cosas que nunca trajimos cuando vinimos ni llevaremos cuando nos vamos?

Tomado del libro de Swamiji El Logro del Infinito

martes, 7 de febrero de 2017

¿Qué es la relación Guru-discípulo?

Swami Krishnananda en su juventud acompañado por su Guru Swami Sivananda

El tercer punto es: La asociación con un Guru es una bendición en sí misma. Hablo desde mi experiencia personal, si es que les gustaría saber cómo hemos sido bendecidos por la asociación personal que tuvimos con Swami Sivanandaji Maharaj. Lo que estoy expresando es puramente un sentimiento personal. Nunca he visto una persona como él ni espero ver otra, al menos en esta vida. Era una magnífica impersonalidad en personalidad—impersonalidad vista en una personalidad. Era una persona como cualquiera en el sentido de que podíamos verlo; pero era un ser impersonal. Cuando venía, uno no podía sentir que era un hombre el que venía. Usualmente, la idea de varón-mujer está en nuestras mentes, de modo que decimos que un hombre viene. Pero cuando Swamiji venía, nunca podíamos sentir que era un hombre. Esta idea de varón-mujer nunca entraba en nuestras cabezas. Esto quiere decir que irradiaba una fuerza a su alrededor que era totalmente impersonal. La impersonalidad no tiene género. No hay diferencia de varón-mujer en la impersonalidad; y esa impersonalidad estaba en él. No era varón ni mujer. Al menos, esa idea no entraba en nuestras cabezas cuando lo veíamos. Era algo muy extraño. En el momento en que una persona lo veía simplemente era poseída por una nueva clase de sentimiento. Era dominada por una nueva fuerza.

Esos son los Gurus. Tienen espiritualidad en ellos; el alma trabaja a través de ellos. No son la mente y el intelecto los que trabajan a través de los Gurus. Los Gurus nunca hablan a través del intelecto. Es por esa razón que el chela no debe usar su intelecto cuando el Guru le dice algo. Cuando el alma habla, sólo el alma tiene que responder. No debería usarse el intelecto, la razón, una actitud científica y demás. Sería una anomalía y el chela sería un inadaptado. El Guru es un alma, no un cuerpo.


Ahora estoy llegando a un punto muy interesante acerca de la relación Guru-chela. Debido a que el Guru es un alma, nunca muere. Nunca diremos, “Nuestro Guru murió; ahora no tenemos a nadie”. Eso es ininteligible para nosotros. El Guru nunca puede morir, porque el Guru no es un cuerpo. Ni tampoco el chela es un cuerpo. Ahora venimos al otro aspecto de la cuestión. Ni el chela es el cuerpo ni el Guru es el cuerpo, y la relación entre Guru y chela no es una relación física. De modo que si el Guru está a miles de millas, el chela está feliz. No se preocupa. No llora, “Oh, mi Guru está lejos. No tengo a nadie.” La distancia es eliminada en el terreno espiritual. A decir verdad, no hay distancia en el mundo. La distancia es sólo un concepto espacial. Cuando incluso la televisión y la radio han eliminado la distancia, ¿creen que la conciencia—el alma—no puede eliminarla? Puede y lo hace. Aunque éste sea un estado muy avanzado, es la verdad. El discípulo y el Guru están relacionados de una manera mística y esa relación continúa aún después de la muerte del cuerpo.


jueves, 2 de febrero de 2017

¿Dónde yace en verdad nuestra dicha?

Nos hemos reunido aquí para ejercitar nuestras mentes hacia la verdadera felicidad. ¿Dónde yace en verdad nuestra dicha? ¿Dónde nos convertimos en personas completas? Estos son días en los que la gente está intensamente consciente del entorno del mundo. El entorno es muy importante. La vasta atmósfera a nuestro alrededor es el entorno. No sólo el entorno nos influencia minuto a minuto, todos los días, sino que, en un análisis cuidadoso, comprenderemos que somos inseparables del mismo.
El entorno del que se habla es una clase de sociedad exterior a nosotros. Sabemos muy bien hasta qué punto toda persona depende de la compañía humana externa y de la asociación con la naturaleza — el aire que respiramos, el agua que bebemos y la luz solar que disfrutamos. No es sólo esto. Hay secretos mayores que nunca aparecen ante nuestros ojos — concretamente, la cuestión de nuestra misma existencia.

¿Existimos? Si es cierto que existimos, ¿dónde existimos? “¿De dónde venimos?” Preguntamos generalmente a una persona. La gente dice que viene de Delhi, de Kanyakumari, de Japón, de Inglaterra, de América, pero cualquiera sea el lugar de dónde venga, equivale a decir que viene de la superficie de la tierra. Nos estamos moviendo en la superficie de la tierra. En verdad, no hay países; ellos no existen en absoluto. Son sólo demarcaciones conceptuales de la mente humana a los fines de una conveniencia administrativa. Los países no existen. Sólo existe la superficie de la tierra.

El lenguaje que hablamos, el cual condiciona inmensamente nuestra formación cultural, se agrega a la dificultad de nuestra incapacidad para comprender que somos ciudadanos de este planeta tierra. No sólo está la cuestión de nacionalidades y países sino que nos aferramos incluso a una comunidad, una aldea o un distrito, e imaginamos que estamos confinados a esa ubicación en particular.

La mente tiene una predilección por disfrutar de limitaciones de su propio ser, reduciéndose cada vez más a un muy limitado capullo de individualidad parcial, de modo que este pequeñito niño del llamado “yo” dentro de uno se siente inmensamente feliz dentro de la tortuosa celda de su propio encierro corporal.

El entorno del que estamos hablando es externo a nosotros desde un punto de vista, pero inseparable de nosotros desde otro punto de vista. Mientras esta tierra es un gran planeta, en cuya superficie nos arrastramos como insectos, por decirlo, es también un miembro de la familia más grande del sistema planetario, el cual está regido por el gran padre de todo el sistema, la llamada operación solar.
Nuestra familia se extiende a través de galaxias enteras, que son las fuentes originales de los diferentes sistemas solares. Las fuerzas magnéticas que de forma indivisa penetran la atmósfera entera, tomando a veces la forma de lo que generalmente la gente llama rayos cósmicos — que en verdad no son rayos sino energías magnéticas fluyendo en el espacio exterior — se solidifican en las formas visibles de la existencia corporal de los seres humanos, los árboles, las montañas y la misma tierra.

El análisis cosmológico, incluso en un nivel puramente empírico, establece el hecho de que la vibración del espacio creó un movimiento que llamamos actividad del aire penetrando la superficie de la tierra. La fricción causada por este movimiento continuo del principio del aire creó el calor que llamamos fuego. Una condensación mayor de la densidad de estas fuerzas, desde la actividad del espacio, se convirtió en lo que llamamos líquido, cuya forma solidificada es esta tierra misma.

Esto quiere decir que nuestra familia se extiende más allá de la superficie de la tierra; toca los planetas, el sol, la luna y las estrellas. ¿Han oído que nuestras mentes operan según los movimientos de la luna en el cielo? El crecimiento y la disminución lunar causa crecimiento y disminución de los sentimientos y las emociones en la mente de la gente. Durante los días de luna llena y luna nueva, la gente generalmente se excita sin saber lo que en verdad le está sucediendo. En los días de luna llena, las olas del océano se levantan como si quisieran capturar la luna misma. La atracción gravitacional de la luna hace que el líquido del océano se levante en olas turbulentas.

No quiere decir que sólo el océano sea atraído por el poder gravitacional de la luna. La tierra entera es atraída. Debido a que la tierra es sólida, no se levanta como las olas del océano, pero aun así la atracción es uniformemente sentida por cada partícula de la sustancia material de esta tierra. ¿Qué decir de nosotros? Nosotros también somos atraídos. Si las aguas del mar son elevadas, cada célula de nuestro cuerpo también es elevada. Nos agitamos, nos perturbamos, nos alteramos y tenemos humor cambiante, y la gente que tiene una mente deficiente, no perfectamente normal, se comporta de forma errática, excitada y anormal durante los días de luna llena y luna nueva.

Lunático viene de la palabra luna. Decimos que una persona es lunática; tuvo una inlunación. Así como hay insolación, puede haber también inlunación. En este caso, hay una perturbación causada por la mente.

Astrológicamente, podemos decidir la condición de la mente de una persona según la ubicación de la luna en el horóscopo. ¿Dónde está situada la luna — en qué contexto, en qué rincón, en qué relación con otros planetas?

Basta decir que no simplemente existimos cómodamente aquí, independientemente en nuestras habitaciones cerradas. Hay que descartar esta idea. No nos pertenecemos a nosotros mismos. Si es cierto que tenemos que amar a nuestro vecino, tenemos que saber quién es nuestro vecino. Esta pregunta se le hizo a Jesucristo: “Maestro, usted dijo, ‘Ama a tu vecino como te amas a ti mismo’, pero ¿quién es mi vecino?”

¿Cómo sabes quién es tu vecino? Aquello que está próximo a ti; aquello que casi está tocando; aquello que es inseparable de ti, que te limita y condiciona, de quien recibes beneficio y por el cual tienes incluso cierto temor, ese es tu vecino. Te gusta tu vecino porque puede ser de tu ayuda ante ciertas condiciones; pero también le temes a tu vecino, porque puede contradecirte y vengarse, y comportarse de manera contraria a tus expectativas.


De modo que el vecino es un ser amigable y también algo temible. Tal es la naturaleza. Nada puede ser más amigable para nosotros que la vasta naturaleza, porque es la madre de la que hemos nacido. La sustancia misma de nuestro cuerpo está hecha de los cinco elementos — tierra, agua, fuego, aire y éter. Si ese es el caso, ¿cómo es que consideramos que existimos afuera de la naturaleza? Los mismos ladrillos de los que está construido este cuerpo nuestro son la sustancia de los cinco elementos.

jueves, 26 de enero de 2017

Si la actividad del alma es nula bajo condiciones normales, entonces ¿cuándo se manifiesta?

La actividad del alma no florece bajo condiciones normales. Durante la mayor parte de la vida el hombre está confinado solo a ciertos aspectos de sus manifestaciones cuando piensa, entiende, siente, quiere, recuerda, etc. Sin duda todos estos son una expresión parcial de la individualidad humana, pero de ninguna manera se acercan a la verdadera manifestación del alma. 

La diferencia entre las funciones humanas normales y la actividad del alma, es que en el primer caso, cuando una función se lleva a cabo, las otras están aparte, ignoradas o suprimidas, de tal forma que el hombre no puede hacer todas las cosas al mismo tiempo; en el segundo caso, la totalidad del hombre en su esencia surge ante la ocasión que sea, y nada de él queda excluido de esta actividad. Por rareza el alma actúa en la vida humana, pero cuando lo hace, aun en forma leve o distorsionada, uno olvida todo el mundo incluyendo la conciencia de la propia personalidad y disfruta una felicidad por siempre incomparable. 

Las manifestaciones leves de alma a través de los canales de la personalidad humana pueden observarse en los extáticos entusiasmos del arte, particularmente de las bellas artes, tales como la música elevada y la satisfacción derivada de la apreciación de los grandes genios de la literatura. En tales momentos la persona se olvida de sí misma y se vuelve una con el objeto de apreciación. Esta es la razón por la cual el arte es capaz de llamar poderosamente la atención del hombre haciéndolo, por así decirlo, olvidarse de todo. Pero en la vida diaria de un individuo hay al menos tres ocasiones cuando el alma se manifiesta externamente y lo inunda de incomparable felicidad; estas son ocasiones cuando satisface (1) el hambre intensa; (2) el apetito sexual; (3) el sueño. En estas tres instancias, especialmente cuando los impulsos son muy intensos, la totalidad del ser de una persona actúa, y aquí la lógica del intelecto y las etiquetas del mundo no sirven para nada. La razón es simple: cuando el alma actúa, aun a través de los sentidos, la mente y el cuerpo, los cuales son sus expresiones distorsionadas, su presión es irresistible, porque el alma es la esencia del ser total y no meramente de ciertas facultades funcionales de una persona. En tanto que puede sacrificarse la felicidad que ofrecen ciertos aspectos de la personalidad en aras de otras insistentes exigencias, no puede haber tal compromiso cuando el alma presiona a la acción.


El resultado de la anterior investigación muestra que cuando el alma actúa normalmente, no hay conciencia de lo externo, ni aun de la propia personalidad, y la felicidad experimentada es arrobadora y extática. Y hemos observado que la meditación es el comienzo de la acción del alma, y no solo una función de la mente, esto también explicará por qué, cuando se practica correctamente, la meditación es placentera y no puede ser fuente de fatiga o tedio. Sin embargo, la meditación difiere totalmente de las manifestaciones del espacio y el tiempo del alma enumeradas en párrafos anteriores. En meditación la manifestación del alma no es a través de los sentidos, la mente, ni el cuerpo, aunque su impacto pueda sentirse en alguno de éstos antes de que se revele por completo en el proceso llamado meditación.

Tomado del libro de Swami Krishnananda El Yoga de la Meditación

jueves, 19 de enero de 2017

¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?


Para una respuesta a esta pregunta se necesita saber qué es aquello de lo que realmente carecemos en la vida, debido a lo cual buscamos ayuda en la meditación. Por lo general, la insatisfacción es causada por un sentimiento que nos invade después de haber vivido la vida un número suficiente de años, y ver que los deseos del hombre parecen no tener fin; que entre más posesiones se tenga, también es mayor la ambición y la codicia; que aquellos que parecen ser amigos, también son capaces de abandonarlo a uno en horas cruciales de la vida; que los objetos de los sentidos nos enredan en complejidades mecánicas en lugar de aliviarnos de la tensión, la ansiedad y el deseo; que nuestro anhelo de felicidad excede todos los conceptos finitos, y nunca será satisfecho por nada de lo que contiene el mundo por la limitación que causa una cosa excluyendo la otra, y la capacidad de una cosa de incluir a otra en su estructura; que los llamados placeres de la vida parecen ser solo irritación del sistema nervioso, sumisión a impulsos involuntarios y esclavitud de los instintos, en vez del logro de una libertad real, la cual es la única cosa a la que el hombre aspira finalmente.

Si éstas y muchas otras cosas son los defectos de la vida, ¿cómo espera uno corregirlos mediante la meditación? Los defectos parecen ser realmente horrorosos, más de lo que la mente humana ordinaria puede comprender y contener. No obstante, surge la esperanza de que la meditación pueda enmendarlos, y si esta esperanza tiene algún significado o realidad, entonces el rango de la meditación se extenderá más allá de todas las limitaciones de la vida humana. Entonces la verdadera meditación será un trabajo universal de la mente, y no un simple pensamiento privado encerrado en el clóset de nuestra habitación. Este aspecto de la naturaleza de la meditación no está dentro de la noción que de ella han estado considerando en sus mentes muchos aspirantes espirituales. Un análisis de la naturaleza de la meditación nos muestra una realidad más profunda que aquella que comprenden los procesos psicológicos normales de la mente, tales como el pensamiento, sentimiento y entendimiento, de tal forma que la meditación se convierte en un despertar del alma del hombre, en vez de ser un simple funcionamiento de la mente.

Tomado del libro de Swami Krishnananda El Yoga de la Meditación

sábado, 14 de enero de 2017

¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?

El arte de la meditación no es un trabajo para ser realizado en la forma en que efectuamos en la vida los deberes diarios de la profesión, puesto que todas las actividades de la vida están en forma de una función de la individualidad o la personalidad, actividades que son, en gran medida, extrañas a la naturaleza, debido a lo cual, después del trabajo viene la fatiga y, en ocasiones, quedamos completamente hastiados con el trabajo. Pero la meditación no es una función de esta clase, y es diferente de las actividades con las cuales el hombre generalmente está familiarizado. Si en algún momento nos sentimos cansados de la meditación, solo tenemos que concluir que hemos estado involucrados en otra clase de actividad que, aunque llamemos meditación, realmente no lo es.

Debemos hacer una distinción cuidadosa entre nuestro ser y la acción que procede de nuestro ser. Lo que en ocasiones fatiga a la persona es ésta última, y no la primera. Podemos cansarnos del trabajo, pero no podemos cansarnos de nosotros mismos. Se sigue naturalmente que cuando quiera que estemos cansados de un trabajo o función, ésta no es parte de nuestra naturaleza, sino extraña a ella. Si la meditación se va a convertir en un trabajo o función de nuestro ser, también estará por fuera de nuestra naturaleza y algún día, no solo estaremos cansados, sino hastiados de ella, puesto que se impone como un elemento extraño a nuestro ser o naturaleza, y es una característica del ser esencial deshacerse por varios métodos de cada cuerpo extraño.


Los aspirantes del sendero espiritual generalmente están familiarizados con el hecho de que la meditación es la cima del Yoga, así como la consumación del esfuerzo espiritual. 5 Pero en realidad son muy pocos los que acceden a su significado central, pues la mayor parte de su esencialidad se pierde en una confusión, que generalmente sucede por equiparar la meditación con una clase de trabajo o actividad de la mente, razón por la cual, la mayor parte de las personas encuentra difícil sentarse en meditación por largo tiempo, y son vencidos tanto por el sueño, como por el cansancio general del sistema psicofísico. Es curioso que aquello a lo que uno apunta como la meta de su vida se convierta en causa de fatiga, frustración y, aun en ocasiones, de disgusto. Las personas intentan conocer los secretos de la meditación a causa de la insatisfacción con las actividades normales de la vida y al detectar un vacío en el valor de la existencia terrenal. Si aun este remedio que se buscó para llenar el vacío de la vida crea la sensación de otro vacío, defecto o insatisfacción, y si hay factores que pueden presionar a la persona hasta pensar que ya es ‘suficiente’ la meditación y la hacen cambiar a otra actividad, tal como una diversión, se debe concluir que existe un serio defecto en nuestro concepto de meditación. Cuando cuidadosa y afectuosamente investigamos sobre la meditación como ejercicio espiritual, nos encontramos cara a cara con ciertas verdades tremendas acerca de la Naturaleza y la Vida como un todo. Antes de dedicarnos a alguna tarea, necesitamos una idea clara de la misma, o al final haremos un lío sobre lo que se suponía, íbamos a hacer. La pregunta fundamental es: '¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?'

Tomado del libro El Yoga de a Meditación, por Swami Krishnananda.