lunes, 28 de febrero de 2011

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Paret II

El Yoga del Bhagavadgita

Continuación

Hay muchos buscadores sinceros que son propensos al error de pensar que son almas liberadas. El único deber que tienen es salvar al mundo, y ya se han salvado a sí mismos y han entrado en el Infinito. Aunque puedan estar enteramente errados en este sentimiento, pueden estar seguros de que están en lo cierto. Así que esta es una dificultad en la cual puede uno caer, como si fuera un atolladero en medio de la práctica, y nadie puede ser aquí de ayuda puesto que el entendimiento ha fallado. Es la falla del propio entendimiento lo que hace sentir a uno que se ha llegado a tan elevada posición. La racionalidad se apaga y se vuelve torpe, en lugar de volverse diáfana, y esto es debido a la interferencia de antiguos 'Samskaras' o impresiones sepultadas, deseos frustrados, etc. Los sentimientos frustrados no necesitan ser aquellos de esta presente vida. Hay sentimientos y sentimientos, impresiones y más impresiones, una sobre otra, acumulándose como gruesas capas de nubes en los niveles subconsciente e inconsciente de la mente, los cuales retardan el progreso del alma hacia su meta. No es necesario decir que hemos pasado por varias vidas. Esta no es la única vida que estamos viviendo, y cualquier cosa que seamos hoy, es una fracción del total de lo que estamos hechos, la mayor parte de lo cual, está escondido como un poder potencial en el estrato inconsciente de nuestra personalidad, actuando, por supuesto, como un resorte que empuja ciertas impresiones e impulsos a la superficie de la conciencia, y compele al nivel consciente a cometer el error de pensar que es totalmente libre en la conducción de sus ideas y pensamientos a través de las vicisitudes diarias de la vida. Si tomamos en consideración la presencia de esta fuerza motiva tras nuestras actividades conscientes, lo que llamamos el nivel inconsciente, uno dudaría bastante de si hay alguna libertad de la voluntad. Que no existe tal libre albedrío es la conclusión de los psicoanalistas hoy día, que no hay tal cosa como libertad de la voluntad. Solo es una quimera, porque de acuerdo con sus descubrimientos, así sean totalmente correctos o no, las actividades conscientes de la mente, que son la causa del sentimiento de libertad en uno mismo, son ellas mismas el resultado de ciertos impulsos ocultos, los cuales, como fuerzas oscuras, obran desde dentro y trasladan una fracción de esos aspectos de la personalidad al nivel consciente para el cumplimiento de ciertos propósitos, que en nuestro lenguaje tradicional, son llamados la síntesis total del Prarabdha-karma.
La presente condición de nuestra vida, la vida que estamos viviendo hoy en nuestro estado consciente, no puede considerarse como toda nuestra personalidad. Hay muchos que piensan que existe lo que se llama el 'inconsciente colectivo', un 'inconsciente racial', y algunas veces también hay un conjunto de opiniones sostenidas por la gente, de que existe un 'inconsciente cósmico'. Quizá esto lo corrobora también la filosofía Vedanta cuando dice que existe algo llamado Ishvara, donde las personalidades inconscientes de todos los individuos se mantienen latentes en forma de seminal. Por esta razón, no es seguro por parte de un buscador estar totalmente cierto de que la práctica en todo tiempo está orientada en la forma apropiada. Uno puede estar equivocado mientras piensa que está en lo cierto. La confianza de estar en lo cierto no es prueba de que lo sea, puesto que dicha confianza es solo el resultado del funcionamiento de la mente inconsciente, la cual no es necesariamente el total de la personalidad. Usted puede estar bajo la presión de un impulso interno que no se ha manifestado en su totalidad en el nivel consciente, y que está trabajando tras bambalinas, de lo cual uno no puede ser consciente, y así se puede cometer el error de pensar de manera equivocada. Aquí, de nuevo, surge la necesidad de la guía de una persona competente, que conozca el sendero, que lo haya transitado y que conozca sus trampas. Puesto que estos obstáculos son posibles e inevitables para cualquiera y para todos, es prudente por parte de las personas, de los buscadores, ir despacio, de tal forma que no haya necesidad de volver a andar los pasos que ya se han dado. Usted puede evitar la posibilidad de caer en una región aún más baja, lo que sucede si se da un salto repentino a niveles que no se pueden alcanzar con las condiciones prevalecientes. De aquí la advertencia: Sanaih sanair uparamed buddhya dhritigrihitaya.
Con el valor nacido de la confianza bien dirigida uno debe mover la fuerza de su entendimiento hacia la dirección del logro, movimiento que debe ir muy despacio, entre más despacio, mejor. No es necesario tener ansiedad sobre el límite de tiempo en el proceso de Realización de Dios. Esto puede tomarse su propio tiempo. Dios no se va a marchar. Él siempre está ahí. Usted no necesita estar bajo ninguna duda acerca de que si no lo alcanza hoy, mañana Él no estará disponible. Puesto que es eterno siempre estará disponible. Pero uno debe estar preparado para ser capaz de entrar en contacto con este poder, y con tal propósito, la embarcación debe estar apropiadamente limpia mediante la práctica de los prerrequisitos necesarios, conocidos en nuestra disciplina y tradición, como Sadhana-chatushtaya, o la práctica de Yama, Niyama, etc. En el entendimiento de este mandamiento del verso del Bhagavadgita, de que debemos ir despacio, debemos captar su implicación. ¿Qué significa realmente 'ir despacio'? Uno debe ser muy claro sobre uno mismo. Usted debe estar equipado con un conocimiento completo de su presente estado psicológico y de las capacidades que se pueden usar en el campo de la práctica. La esencia del asunto es que otros deseos están trabajando en la mente, deseos diferentes de Dios o de la gran meta del Yoga hacia la cual uno se esfuerza. ¿Hay algún impulso distractor oculto en la mente que a veces, cuando no siempre, asoma la cabeza, y que lo hace sentir a uno como que puede haber otra felicidad diferente de la felicidad de la Realización de Dios? Bien, esto es una cosa muy importante para recordar, porque no es posible para un ser humano estar totalmente libre del sentimiento de la realidad de los objetos de los sentidos que están en frente de uno, y en tanto exista la conciencia de la presencia de objetos frente de uno, también se sentirá la necesidad de establecer la relación de uno con ese objeto. ¿Quién puede decir que es ajeno a la presencia del mundo? Ahí está el mundo mirándolo a usted fijamente con su cruda realidad, y la creencia en la existencia de un mundo allá fuera, es por sí misma una prueba de la necesidad sentida interiormente por establecer un contacto vital con él y hacer algo con él. Usted puede amarlo o no, pero al menos está consciente de él.

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sábado, 19 de febrero de 2011

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

El Yoga del Bhagavadgita

Continuación

Con mente confiada y constante, con voluntad determinada y cuidadoso entendimiento, uno debe aplicarse a la tarea de controlar la mente con el propósito de establecerse en el Ser, y deberá ser tan paciente como quien va a vaciar el océano con una hoja de pasto. Puede parecer prácticamente imposible pero un día, tal vez, pueda ser posible. La dificultad de la práctica surge por la avidez de la mente en adherirse a sus nociones presentes y formas de pensar en términos de los objetos de los sentidos y relación con la sociedad, etc., y tratar de aplicar dichas reglas y leyes de percepción física y social al reino espiritual donde prevalece una ley completamente nueva. La ley espiritual es cualitativamente diferente de la ley social y física y, por tanto, nuestras tradiciones que son aplicables, valiosas y altamente significativas en la sociedad humana, puede que no tengan ningún significado para la vida espiritual. Por esta razón existe la necesidad de entrar en un nuevo tipo de evaluaciones de la vida. Cuando entre a la senda espiritual usted debe casi 'nacer de nuevo'; usted debe 'renacer', tal como nos lo dicen con frecuencia los grandes maestros. A menos que renazcamos, no hay esperanza. Renacer significa una transformación total del organismo, que incluye las nociones de la mente y la forma misma de pensar; una reorientación de la estructura psíquica con el propósito de armonizarse con las leyes de la vida espiritual. Este es el significado profundo de la expresiva sentencia del Bhagavadgita:

Yada viniyatam chittam atmany eva’vatishthate;
Nihsprihah sarvakmebhyo yukta ity-uchyate tada.


La mente se libera espontáneamente de todos los deseos por los objetos de los sentidos, y como cosa natural, sin un esfuerzo especial de parte nuestra, tal como se despierta de un sueño, hay una espontánea retirada de la mente de todo lo que se estaba viendo. Ese es el aspecto positivo de auto-control, el cual traerá frutos deliciosos y libertad interior de conflictos y tensiones de toda clase. De hecho, la prueba de éxito en el Yoga es la medida de la libertad que uno siente interiormente, la fortaleza que se experimenta interiormente, y la felicidad que se manifiesta desde lo hondo de uno mismo, sin ninguna presión especial por obtener las cosas desde fuera. Nada podría haber sucedido fuera, pero interiormente todo ha cambiado. La alegría reflejada en el rostro de una persona y el positivismo que caracteriza su personalidad son la indicación del porcentaje de éxito logrado en la práctica del Yoga.
La retención de la mente en la naturaleza del Ser o Atman, lo cual es el tema principal de discusión en la sección Dhyanayoga del Bhagavadgita, es la esencia de toda la enseñanza, y resume la verdadera esencia y significado del propósito de la vida para toda la humanidad. El equilibrio preponderante en la relación de la mente y el Ser, es el estado de Yoga, y ese estado debe ser alcanzado mediante esfuerzos que deben desarrollarse muy despacio y gradualmente, pulgada a pulgada, por así decirlo, sin equivocar un solo paso en el movimiento de ascenso, porque equivocar cualquier paso, precederá la caída. La dificultad en esta práctica realmente es el contexto de la prolija enseñanza de diez y ocho capítulos que es el Bhagavadgita, y en cierta forma podemos decir que los diez y ocho capítulos son los diez y ocho pasos de la práctica. Puesto que nada puede ser más difícil que este intento del alma por unirse con el Divino Propósito del universo, se nos pide ir muy despacio y con mucha cautela:

Sanaih-sanair uparamed buddhya dhritigrihitaya;
Atmasamstham manah kritva na kinchid api chintayet.
Yato-yato nischarati manas chanchalam asthiram;
Tatas tato niyamyai’tad atmanyeva vasam nayet.


Esta es la instrucción de la verdadera práctica. Usted debe ejercer control sobre la mente, sin que ésta sienta que se está ejerciendo presión alguna. Esa es la técnica del proceso educacional en cualquier campo de la vida. La mente debe ser capacitada para florecer en una experiencia superior de manera espontánea y automática, sin presionarla en la práctica mediante ninguna clase de dolor o aflicción. En tanto más sea usted hábil en introducir el principio de satisfacción en la práctica, mayor será la probabilidad de un logro temprano, porque cualquier castigo infligido a la mente puede ser un factor causante de rechazo por parte de ésta. De aquí que aunque debe existir ardor intenso por el propósito de la práctica, no debe haber sobre entusiasmo. Esto quiere decir que no debemos sobrestimar nuestras fuerzas. Sin duda Dios está tras nosotros y es la más grande ayuda en este esfuerzo del alma por el Logro Supremo, pero la forma como actúa Dios es un misterio en sí misma, y puesto que este misterio no puede ser entendido, uno debe moverse solo en proporción a su entendimiento de este misterio, y cuando el misterio permanece como objeto de la ignorancia de uno, no puede prestar ayuda consciente.
Entendimiento y sentimiento se unen en la práctica. Hay un gradual acercamiento de estas dos funciones. Mientras que en las etapas iniciales el entendimiento puede predominar sobre los sentimientos, y el sentimiento puede estar en el fondo, de tal manera que uno puede tener la impresión de que el corazón no está cooperando con el entendimiento, con asidua constancia en la práctica uno es capaz de unirlos, hasta que no permanezcan como dos facultades, sino como una fuerza enfocada de conocimiento intuitivo. De hecho, la intuición no es otra cosa que la unión del entendimiento con el sentimiento. En la percepción humana normal permanecen separados. Cabeza y corazón no siempre van juntos, pero se vuelven uno cuando se abre el tercer ojo, como se dice, y entonces los ojos físicos no son ya más necesarios para la visión de perfección. Para este logro, la práctica debe ser muy gradual, en el sentido de que uno debe observar la extensión de la realidad presente en las diferentes etapas del propio ascenso; y la cosa más importante para recordar durante la práctica, es ser honesto con la etapa particular en la cual uno se encuentra en determinado momento del tiempo. Uno no debe imaginar equivocadamente que está en un grado más alto del que realmente está. La mente puede forzarse a una condición imaginaria de falsa realización, y uno puede estar equivocado en este concepto.

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lunes, 14 de febrero de 2011

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

Parte II

EL YOGA DEL BHAGAVADGITA

Continucaión:

La práctica del Yoga no es una supresión de la mente o la voluntad. Es más bien una sublimación de la constitución de todo el reino mental. Es una ebullición de la mente en su quintaesencia, y una habilitación de ella para evaporarse en la atmósfera cósmica; por tanto, usted no debe ejercer fuerza sobre ningún aspecto defectuoso de su mente antes de que realmente haya dado un paso positivo en la práctica del Yoga. La debilidad puede superarse por varios métodos, tal como un buen médico adopta diversos tratamientos contra una enfermedad, sea por inyecciones, dieta, régimen, etc., al mismo tiempo que suministra la medicina apropiada, así como por aislamiento, cuarentena, etc. La mente también debe ser tratada de esta forma, pero no se puede aplicar un solo método. Puede aislarla psicológicamente; algunas veces puede hacer que ayune y otras, alimentarla, pero usted debe saber cuándo alimentarla y cuándo hacerla ayunar, en qué proporción, dónde, cuándo y de qué manera. Esta es la técnica de un buen doctor. Usted no puede aplicar a la mente el método erróneo, porque la mente es 'usted'. No es algo fuera de usted, y no está fuera, porque lo que se llama mente, es su propia estructura interior. En Yoga usted está tratando con su propio ser, el objeto y el sujeto son tratados idénticamente. Usted es el medio y también el fin. En cada etapa de ascenso en la práctica del Yoga la misma cosa viene a ser tanto el sujeto como el objeto en diferentes grados de intensidad, hasta que finalmente se alcanza la etapa donde la diferencia entre el aspecto subjetivo y el objetivo se reduce a una identidad del ser, de tal forma que al final no existe ni el sujeto ni el objeto. Este estado Supremo del Ser, que no puede considerarse como sujeto ni como objeto, es el omnipresente Atman, en el cual se debe establecer la mente, y es con este propósito que en el Gita se prescribe el 'niyamana' o control de la mente.

No siempre el Bhagavadgita describe lo detalles menores, sino que expone un esquema amplio de las diferentes etapas de práctica. Nos corresponde conocer las intenciones, los significados tras las afirmaciones, y algunas veces debemos leer entre líneas. Debemos conocer cuál puede ser el carácter o la naturaleza del control que se ejercerá sobre la mente, con el propósito de ver que se establezca en la omnipresencia del Ser; también es necesario educar la mente paso a paso en el arte de la no-objetividad. Este es el significado del auto-control: el control del ser inferior con el propósito de experimentar el ser Superior. En forma simultánea hay etapas del ser inferior y también del ser Superior. Así que en cada etapa hay un grado del ser inferior que debe controlarse y sobrepasarse, y un grado del ser Superior que debe alcanzarse. Cuando se alcanza el grado del ser inmediatamente superior, éste se convierte en el inferior del siguiente grado del ser, de tal manera que en cada etapa, usted tendrá un propósito qué lograr mediante el auto-control. Sin embargo, en cada etapa la naturaleza del control varía en su técnica cualitativa. La técnica que usted adopte en una etapa puede no aplicarse en la siguiente, aunque la instrucción es que debe haber control de lo inferior con el propósito de experimentar lo superior. Uno debe saber qué clase de control debe ejercer en un tipo particular de etapa del ser inferior, puesto que hay grados en la intensidad de lo inferior, así como en la etapa más elevada o próxima superior.

Todo esto requiere la guía de un Maestro espiritual, así como usted va a un doctor cuando está bajo tratamiento por una enfermedad crónica. ¿Por qué va al médico? Porque cada día usted tiene un problema nuevo, y algunas veces puede haber una reacción del tratamiento cuando éste no es administrado apropiadamente. Con frecuencia usted tendrá nuevos sentimientos y experiencias, tanto físicas, como vitales y mentales. Con este propósito es que usted va al médico, para comparar sus experiencias y sentimientos con el conocimiento del facultativo, de tal manera que pueda decirle qué está sucediendo y cuál es el siguiente paso en el tratamiento. Así mismo, y por un período prolongado, uno debe estar cerca de un guía espiritual. Esta no es una técnica que se aprenda mediante el estudio de libros, porque es una forma de vida plena de vitalidad y significado. Está conectada con la vida práctica en cada etapa, y no es solo cuestión de entender o conocer una técnica teórica. Por cuanto cada paso en Yoga, aun el menor, aun el más ínfimo, está conectado con la vida práctica, con su propio ser, se hace necesaria la guía personal, porque cuando se adopta un método particular, se usa una técnica para controlar la mente en meditación, y es probable que se sigan automáticamente ciertas experiencias, y esas experiencias afectarán todo el sistema, tanto físico, como vital y psicológico. En esos momentos usted debe ser capaz de saber qué está sucediendo, no debe quedar pasmado o confundido. Patanjali, en especial, menciona varias indicaciones de lo que probablemente va a suceder, como temblores del cuerpo, visiones de diversas clases, etc. Las diferentes experiencias, tanto físicas como mentales, pueden ser procesos del tratamiento mismo, pero usted debe ser capaz de saber que son las etapas necesarias por las cuales debe pasar. De nuevo debo enfatizar la necesidad de un Gurú, porque algunas veces la práctica del Yoga es como jugar con fuego. Los expertos afirman que el esfuerzo por controlar la mente puede compararse con sacar el agua del océano usando una hoja de pasto.

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domingo, 6 de febrero de 2011

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN

Parte II

El Yoga de Bhagavadgita

En los buscadores del Yoga siempre hay una tendencia a sobre entusiasmarse. Quieren a Dios y nada más. 'No necesito el mundo'. Son declaraciones típicas que proclaman en su fervor inicial. Es maravilloso amar solo a Dios y necesitar solo de Dios; pero antes de tratar de conocer el método de contactar a Dios, y de esperar que Él sea el único objetivo y propósito de la vida, se debe conocer qué es Dios. Cuando mentes inmaduras y sin la debida educación conciben a Dios como el ideal de la vida, y en un entusiasmo o ebullición de devoción se concentran en ese ideal imaginado, es probable que piensen en Dios como un ser transcendente, privado de relevancia en las realidades inmediatas de la vida. Entonces sienten la punzada de esas realidades del reino en el cual están localizados en el momento presente. Enseguida aparece una dificultad inconcebible: puede haber una sublevación del cuerpo físico, del organismo vital, de los sentidos y de las varias proclividades de la mente. La sublevación del cuerpo puede conducir a enfermedades de diferente tipo; la sublevación del organismo vital puede conducir a condiciones neuróticas y complejos de varios tipos, tal y como los describen los psicoanalistas: tristeza, actitud melancólica, rostro huraño y una suerte de profunda pena interior, que es lo opuesto de lo que se espera de un buscador espiritual.

En cada etapa de la práctica del Yoga se espera de parte del buscador una positividad de intención e inclinación. Debe haber en el rostro del buscador visible deleite, satisfacción, alegría, así sea en menor grado, pero no melancolía. Las dificultades mencionadas por Patanjali son los obstáculos en Yoga. No son indicaciones de éxito, sino problemas para ser resueltos. Estos obstáculos nos salen al encuentro por causa de haber perdido nosotros el punto debido a una extrema emoción. No podemos atrapar a Dios solo como Ser transcendente; debemos armonizarnos con Él en Su omnipresencia. Esta es una admonición muy significativa del Bhagavadgita. Debe conocerse a Dios en Su realidad, y no en ninguna forma imaginaria que la mente es proclive a levantar como definición teórica. La armonía la dieta, etc., mencionadas en el Bhagavadgita, significan la necesidad de un equilibrio en la práctica del Yoga. Es esencial para un buscador saber dónde está. Debemos conocer nuestras fortalezas así como nuestras debilidades. No debemos ni sobre estimarnos, ni subestimarnos, es decir, debemos ser honestos y sinceros con nuestro verdadero Ser en todos sus grados de expresión.

La práctica del Yoga no es una demostración que se hace ante los demás. Es un acercamiento interior hacia la Realidad Última, y una entrega de sí mismo al Ser Omnisciente, y por tanto, aquí es necesario ser totalmente desapasionado. No se acepta ningún tipo de hipocresía. Ahora bien, uno puede ser hipócrita a sabiendas o a veces sin saberlo. Debido a la ignorancia preponderante en nosotros puede que imaginemos que somos algo que realmente no somos. Por supuesto que muchas veces no podemos desechar ese equívoco, pero otras veces podemos ser deliberadamente hipócritas. Esto ciertamente es desafortunado, puesto que engañarse a sí mismo es quizá el más grande de los males posibles. Por esta razón, antes de entrar a la senda del Yoga uno debe valorarse apropiadamente, tal como un contador lo hace para una empresa al no dejar pasar por alto el menor detalle, y conocer simultáneamente las fortalezas y debilidades de las cuentas. Debemos elaborar el balance contable de nuestra personalidad psicológica para saber dónde estamos en determinado momento. Debemos saber que cuando caminamos en el reino del Yoga estamos ante la presencia de Dios mismo. Ya nunca seremos solo unos seres sociales. Aun el primer paso en Yoga es una entrada en el reino espiritual.

Solo la aspiración de trasegar el camino del Yoga trasciende el reino del aprendizaje ordinario, aún del aprendizaje de los Vedas, ya que la vida espiritual significa entrar en una nueva clase de vida que es muy diferente del modo usual del pensamiento en sociedad, y también diferente del punto de vista de la propia personalidad individual. Así, hay que resaltar en este contexto que no se debe ser muy entusiasta acerca de la realización de Dios, a menos que tengamos claridad, en especial, sobre la estructura de nuestras propias mentes y debilidades. La debilidad del órgano psicológico es tan importante como la aspiración de la mente por Dios, porque los defectos de nuestra personalidad son ciertos movimientos erróneos de la mente. Estos movimientos deben corregirse mediante técnicas inteligentes. De nada sirve solamente cerrar los ojos ante estas debilidades, porque algún día pueden levantarse como impetuosos tornados y atacar repentinamente. Cualquier día una pequeña debilidad puede asumir un enorme tamaño, como una montaña, si se descuida por largo tiempo y, por tanto, ni la más pequeña debilidad puede ignorarse, y uno debe ser muy honesto en su evaluación. Claro que esto no significa que ustedes tengan que pregonar sus flaquezas en público o en los periódicos. Pueden llevar un diario íntimo donde anoten cuáles son sus debilidades que no pueden ser compatibles con la vida espiritual. Estas deben superarse con un esfuerzo tremendo mediante el camino medio, sin ejercer mayor énfasis en ningún extremo. Ustedes no pueden suprimir sus mentes solo porque tengan una debilidad. La debilidad es una clase de enfermedad, y ustedes no pueden suprimir la enfermedad. Deben curar la enfermedad con inteligencia por medio de la meditación.

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