lunes, 13 de diciembre de 2010

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

El Yoga del Bhagavadgita

Continuación

Ahora, existe un tercer aspecto en este punto, aparte de los dos ya mencionados. Actividad no necesariamente significa movimiento del cuerpo físico, aunque esa es la forma en la cual generalmente entendemos el significado de actividad. Desde el punto de vista del evangelio del Bhagavadgita, desde el punto de vista del ideal de la vida espiritual, el significado de acción es algo diferente de lo que asociamos con actividad ordinaria. Puede haber actividad intensa aún con el cuerpo físico en quietud. Un cuerpo físicamente quieto puede implicarse en una clase diferente de actividad, por la cual puede incluso mover montañas. Es una extraña clase de acción, completamente diferente de la que ustedes conocen y que puedan imaginar. Los grandes acontecimientos mundiales son causados y motivados por fuerzas no necesariamente físicas. No es la actividad física de ningún individuo, ni ningún objeto físico o cuerpo en particular, la causa tras las grandes transformaciones que suceden a través de la historia. Hay otros designios ocultos tras la actividad visible que generalmente son conocidos como las fuerzas del mundo, que controlan el destino de la humanidad en conjunto. Estas fuerzas tras la actividad visible de la naturaleza física y de la sociedad humana, no son necesariamente físicas. Son diferentes de un cuerpo físico y de una acción física, porque no pueden ser contactadas por medios físicos. Un movimiento de elevada frecuencia puede transcender el reino físico y ser impenetrable a la entrada de instrumentos físicos, imperceptible por los órganos físicos y aún así, es más poderoso que cualquier instrumento físico en el que ustedes puedan pensar. Se puede llegar a una etapa en que lo físico desaparezca por completo y las fuerzas asuman una nueva forma en la cual sea difícil llamarlas físicas. Precisamente los descubrimientos de la ciencia moderna casi han llegado a esta conclusión. La llamada materia física del materialismo, materialismo de crasa percepción material, los objetos físicos de la naturaleza tangibles a los sentidos, se han evaporado gradualmente en una sustancia que realmente no es sustancia, que es absolutamente incapaz de contacto físico, que no puede ser observada en el laboratorio aún por los más sutiles instrumentos, y que es mucho más sutil que los átomos, cualquiera que sea la concepción que de éstos podamos tener.

Por razones difíciles a la mente de comprender, la materia ha sido desmaterializada y se ha convertido en algo diferente de lo que es y de lo que se ha creído que era. Ha dejado de ser un objeto en el sentido de un contenido perceptible, y parece que se ha retirado ella misma a un reino diferente del ser, el cual es inseparable de la subjetividad, en vez de ser inseparable del reino de los objetos. Esto solo para citar un ejemplo de los descubrimientos modernos. Generalmente hablando, las partículas físicas de la naturaleza, los objetos que vemos con nuestros ojos y contactamos con nuestros sentidos se asocian con actividad, y no podemos pensar en acción, excepto en términos de estos objetos físicos. Pero cuál puede ser el carácter de una acción, actividad o movimiento, en una condición donde lo físico parece que ha desaparecido por completo y los objetos parecen entrar en la estructura de los demás objetos en forma mutua, donde no podemos distinguir con precisión entre una cosa y otra, como por ejemplo, en el caso de las olas del mar. Una ola entra en lo más íntimo, en la estructura y las entrañas de otra ola. No se sabe donde termina una y comienza otra. Si las fuerzas de la naturaleza actuaran de esa manera y tomaran esa forma en su actividad, si uno no pudiera existir sin referencia del otro, ¿cuál sería para ustedes la definición de acción?

Ahora llamo su atención de vuelta a la ilustración que di sobre el movimiento de un ventilador eléctrico, donde una intensa actividad puede parecer ausencia de actividad o mejor dicho, la actividad más elevada puede parecer inactividad. La dificultad para entender este punto, que no sucede ante nuestros ojos y no es un fenómeno generalmente observado en la sociedad humana, también hace difícil entender el significado del verso que menciona dos diferentes medios en la práctica del Yoga: acción de una parte, y serenidad de la otra. Puede decirse con seguridad que este verso del Bhagavadgita que habla de 'karma' y 'samah', acción y serenidad, no habla de una contradicción entre dos tipos de medios, sino de una diferencia entre un estado inferior y uno superior, siendo el superior siempre inclusivo del inferior, como tuvimos ocasión de advertir al principio. De ninguna manera se puede decir que el estado elevado sea diferente del inferior, por cuanto la vitalidad y los valores del inferior siempre están contenidos en el superior, tal como no podemos afirmar que un adulto que ha crecido desde la infancia, es diferente del infante solo porque la etapa de la adultez sea diferente de la niñez, puesto que los valores asociados con la niñez son transcendidos en el estado adulto, mas no perdidos. Así que el medio superior aplicado en Yoga no es una contradicción con el instrumento inferior, sino una absorción del inferior en el superior, una inclusión del inferior en el superior, una sublimación del inferior en el superior, de tal manera que en lugar de existir un contraste entre un medio y el otro, hay un continuo crecimiento y persistencia de uniformidad entre lo que generalmente llamamos lo inferior y lo superior. Aquí llegamos al punto vital del problema que se presenta como significativo en este verso que estamos estudiando.

La diferencia ocurrida aquí entre 'karma' y 'samah' es, por tanto, otra cosa de lo que entendemos por diferencia entre una y otra cosa. Aquí no existe inferioridad o superioridad. Para reiterarlo, existe absorción de un medio inferior en uno superior, el inferior incluido por todo aspecto en el superior. Igualmente, cuando se dice que el superior incluye al inferior, no puede excluir el significado de acción, porque la acción o 'karma', que se supone es una etapa inferior, si va a ser incluida en la superior, naturalmente no puede perder su sentido cuando se convierta en superior. Así que el estado superior llamado serenidad o 'samah', no es ausencia de actividad sino una forma sublimada de actividad, algo muy superior al tipo ordinario de acción, que es de baja frecuencia, tal como no podemos ver con nuestros ojos físicos las ondas de luz de alta frecuencia alfa, beta, gamma, rayos cósmicos, etc., de los cuales escuchamos hablar por estos días. Existen ondas de luz de alta frecuencia cuya existencia nos es desconocida porque no somos capaces de percibirlas con los ojos o sentirlas con algún otro de los sentidos. Lo que llamamos luz del sol, la forma más brillante de luz que podemos pensar, es una luz de baja frecuencia que puede ser captada por la retina de los ojos, porque la frecuencia de las ondas de luz del sol es acorde con la capacidad de la retina. Si se elevara a un estado superior de frecuencia, veríamos oscuridad por doquier, entonces el mundo entero sería como boca de lobo, no porque no hubiera luz, sino porque la luz se ha vuelto tan intensa que enceguece, y los ojos no podrían saber que existe la luz.

VERSIÓN COMPLETA AQUÍ

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