lunes, 19 de marzo de 2012

ASANA Y PRANA


También se nos pide en meditación estar vueltos hacia el Este o el Norte, por ciertas corrientes magnéticas desde esas direcciones, debidas a la salida del sol y al efecto del Polo Norte. También, el lugar seleccionado debe estar libre de ruidos distractores, de mosquitos y zancudos, etc., así como del chirrido de las aves, y similares. Es deseable un clima templado (lo que significa que no debe uno entregarse a la práctica cuando hace mucho calor o mucho frío, a causa de la posibilidad de aumento de la conciencia corporal. Cuando el estudiante está sentado en asana, con un flujo armonioso del prana a través de los canales-nervios, ya ha entrado por las puertas de la meditación. La asana tiene una importancia espiritual. Aquí uno llama a la puerta del palacio de lo inmortal. Mientras que en yama y niyama uno está en preparación, en asana se ha llegado a las puertas de la Realidad, aunque todavía no están abiertas. El alma está aquí lista para encontrarse con el Soberano del universo. Ese es el primer paso en el verdadero yoga.

El yoga prescribe al menos tres horas diarias de práctica en una postura fija, cuando se supone que uno ha dominado la asana (asana–jaya). El cuerpo es el vehículo de los nervios, los nervios son los canales del prana, el prana es una expresión de la mente y, al final, es la mente la que practica meditación. Este largo vínculo existe y, así, en el momento en que se asume una postura armoniosa, la mente recibe por lo tanto una indicación. Al mismo tiempo el cuerpo está tranquilo en su proceso metabólico, y el hambre y la sed se reducen. Las fuerzas de hambre y sed son síntomas de agitación del prana, y cuando éste está en armonía, la agitación llegará a un punto mínimo. Por esta razón, el hambre y la sed del estudiante están reducidas al mínimo. Las células del cuerpo encuentran más tiempo para construirse ellas mismas, en lugar de perder energía Aun las emociones se pueden someter mediante la asana, porque aquí uno inhala y exhala calmadamente, y así la actividad celular del cuerpo baja, los canales-nervios se abren por el flujo rítmico del prana, y el ritmo se instala en todas partes. Yoga es ritmo. Por tanto, la asana es el comienzo del yoga, donde uno comienza a relacionarse con el orden cósmico.

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