lunes, 7 de marzo de 2011

EL YOGA DE LA MEDITACIÓN


Parte II

El Yoga del Bhagavadgita

Continuación

De alguna manera los objetos del mundo son capaces de tentarnos de varias formas, y el principal obstáculo en la práctica de la meditación, el Yoga propiamente dicho, no es otra cosa que la tentación. En este contexto lo más sabio que se puede hacer es liberarse uno mismo, tanto como sea posible, de involucrarse en atmósferas capaces de esta tentación. Es mejor no enfermarse, que enfermarse y entonces tener que ir al médico por tratamiento. Una vez que usted se ha involucrado con las tentaciones va a ser difícil salirse de la maraña de ellas, porque la tentación no es otra cosa que la creencia en la realidad del objeto, y un sentimiento interno de que el objeto de los sentidos es capaz de dar lugar a una felicidad, que en ninguna forma puede ser inferior a la dicha a la que uno aspira mediante en el Yoga. Cualquiera que sea el esfuerzo del entendimiento, el corazón puede desviar su atención de la concentración del entendimiento y una vez se le da el chance, aún de una pequeña dispersión de energía a través del sentimiento hacia un objeto de deseo, esa pequeña dispersión puede volverse un torrente, una inundación y el tapón puede reventar, y aquí es cuando el entendimiento puede fallarnos por completo. Uno no debe esperar a que llegue la tentación, y nadie puede ser tan temerario de imaginar que puede resistir una tentación. Cuando ésta llega, eso no es posible. En nuestros libros Épicos y en los Puranas tenemos historias y anécdotas pintorescas y dramáticas sobre este fenómeno.
Se deben enfrentar grandes problemas y dificultades aún por parte de los maestros, y no debemos pensar que somos superiores a ellos. Lo que sucede a alguien puede sucederle a otro, y todo el mundo puede ser susceptible de la misma debilidad, la cual es el rasgo común de la naturaleza humana. Por lo tanto, para un buscador es sabio estar consciente del poder de la Naturaleza, el tamaño del problema que uno puede enfrentar y de los recursos ocultos de distracción que guarda la Naturaleza en su seno, variados en su carácter y pintorescos en sus formas, inconcebibles aún para la sagacidad de nuestras mentes. Por consiguiente, con la guía recibida del propio Gurú o Maestro, en las primeras etapas uno debe esforzarse por vivir en una atmósfera, no solo psicológica, sino físicamente libre de tentaciones. Esta es la razón por la que muchas personas van a asilos apartados, recurren a Ashramas, lugares sagrados, templos, etc., bosques y atmósferas de mayor quietud, de tal forma que las oportunidades de tentación disminuyan, aunque no puedan ser completamente evitadas o extinguidas. Con la ayuda de la soledad física uno debe aprender el arte del desapego psicológico, porque el aislamiento físico no es lo único necesario, sino que solo es una preparación para una práctica superior, la cual es desapego interno, pues físicamente uno puede estar en un lugar muy sagrado, como Badrinath o Kedarnath, pero mentalmente puede estar en Hollywood. Así, aunque la soledad física es necesaria, no es todo. Solo es una preparación para un refinamiento interno de la personalidad, que debe ser adquirido y realizado a través de otros medios, que solo las prácticas físicas.
El Bhagavadgita es una gran guía en esta línea de conducta hacia el auto-control. El gran mandamiento que nos impone, por ejemplo, en el Capítulo XIII, comenzando con el verso, amanitvam adambitvam etc., nos dice algo sobre lo que debemos hacer en conexión con el auto-control, sobre cómo podemos purificarnos psicológicamente y avanzar gradualmente, prepararnos con constancia y ganar fortaleza desde el interior, de tal manera que estemos listos para la práctica. Y junto con esta advertencia tanto del lado físico, como del psicológico, uno debe ser persistente y tenaz en la práctica, en el sentido de que uno no debe dejarla ni por un día, tal como no dejamos un solo día de comer. Debemos, al menos, tomar una comida al día, y nos sentimos morir si olvidamos una sola. Así mismo uno debe sentirse infeliz si aun por un solo día es incapaz de sentarse para la práctica. Los grandes maestros de Yoga nos dicen que la práctica no solo debe ser continua e ininterrumpida, sino que debe ir a la par con un intenso sentimiento de amor y afecto por ella. El corazón debe centrarse allí y nuestro amor debe enfocarse en la práctica. Todos los amores del mundo deben unirse en una esencia concentrada, y esta atención enfocada de afecto debe fijarse en la práctica del Yoga, porque ninguna madre puede ser más amorosa que el Yoga. Este nos puede cuidar en todo momento y protegernos de todos los peligros. Pero uno debe conocer la majestad de esta práctica para que los amores del mundo puedan extraerse de los objetos de los sentidos y se concentren en su práctica.

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