jueves, 8 de noviembre de 2012

¿POR QUÉ DOMINAR LOS SENTIDOS?

La pregunta sería, ¿por qué deberíamos dominar los sentidos? El yoga es la técnica de realización de lo universal. El individuo debe ajustarse con lo cósmico y, en esencia, ése es el objetivo del yoga. En este esfuerzo, los sentidos actúan como obstrucciones. Mientras el individuo trata de unirse con el universal, los sentidos tratan de separarlo a través de la diversificación de intereses. La principal actividad de los sentidos es suministrar una prueba de que existe un mundo externo, en tanto que el análisis del yoga afirma que realmente no existe nada por fuera del universal. Cuando tratamos de pensar como pensaría el universal, los sentidos nos impiden hacerlo y nos hacen sentir y actuar en términos de multiplicidad y variedad. Aquí es donde la mayoría de la gente encuentra dificultad en la meditación. Los sentidos no se mantienen quietos cuando hay un intento de meditar. Más bien distraen las facultades del sistema interno y retardan enfocarse en la conciencia. Los sentidos liberan la energía por diferentes canales de actividad, siendo los principales las funciones ver, oír, oler, tocar y saborear. En tanto veamos lo particular, no podemos creer en el universal. Nadie va a creer en la existencia de la universalidad, porque nadie la ha visto. Los sentidos parecen estar empeñados en crear diferencia entre quien ve, y quien es visto. Sin embargo, el hecho es que no hay diferencia entre el individuo y el universal. La aparente diferencia ha sido creada por los sentidos. El individuo es hipnotizado por ellos para que se reconozca de manera errónea. Mientras que el individuo es omnipotente, ellos lo hipnotizan en el sentimiento de ser impotente, y lo hacen sufrir las penalidades de la individualidad. En sueños, un millonario puede sufrir las penalidades de la pobreza. Después de suntuosa cena, se puede sentir hambre en el mundo de los sueños. Experimentamos el sueño de un espacio expansivo mientras estamos confinados dentro de las cuatro paredes de una habitación. En tanto estamos en nuestra propia ciudad, soñamos que hemos volado a una tierra lejana. Una circunstancia creada psicológicamente, se convierte en causa de diferencia en la experiencia. Lugar, tiempo y circunstancias, pueden cambiar cuando la mente entra en una esfera diferente de conciencia. Los sentidos producen la ilusión de un mundo externo, el cual no está ‘afuera’. Esto significa que podemos ver cosas aunque no existan. No es necesario que exista un mundo real ahí fuera para que podamos verlo. El sueño hace aparecer al único individuo como si fueran muchos. Así que dos verdades vienen en nuestra ayuda: el uno se puede convertir en muchos; y podemos ver un mundo que no está allí.


Esto es exactamente lo que nos está sucediendo, aún en el estado de vigilia, la misma ley, la misma regla de percepción, la misma estructura experimental. Que veamos un mundo no significa que realmente exista, aunque tenga la realidad de ‘ser percibido’. Solo cuando despertamos del sueño, sabemos lo que nos sucedió en el sueño, y no cuando estamos soñando. Así como los sentidos del sueño nos enredan en la experiencia del mundo soñado, los sentidos del estado de vigilia nos hacen lo mismo. Cuando los sentidos del sueño son retirados, despertamos del sueño; cuando los sentidos del estado de vigilia son retirados, entramos en la realidad universal. Esta es la razón por la cual en yoga se debe lograr pratyahara, el cual es la forma de realización del universal. Si no dominamos los sentidos, vamos a estar en el sueño del mundo. Cuando traemos los sentidos a su fuente, la burbuja de la individualidad estalla en el océano del Absoluto. No participamos de la naturaleza del mundo, porque no somos nada de lo que vemos en el sueño. Pratyahara es esencial para despertar al hombre del gran sueño de la percepción del mundo. Estas son sutiles verdades sobre las que debemos meditar, las cuales, incluso escuchándolas, son purificadoras. Si solo se escuchan estas verdades, los pecados serán destruidos. Esta es la necesidad de la práctica del control de los sentidos. Entre tanto, los sentidos se aferren a sus objetos, estaremos en el mundo. El yoga se eleva por encima de la mera percepción del mundo, hasta la conciencia universal. Hay muchos métodos de pratyahara. Los textos los mantienen como grandes secretos. Nadie puede buscar la práctica de la meditación sin un corazón puro. No se debe entrar en el sendero a menos que se hayan cumplido las pre-condiciones. No se debe forzar la mente a meditar, sin tener sentimientos puros. Los deseos frustrados son grandes peligros. Acercarse al yoga con deseos que están al acecho, es como encender una llama cerca de dinamita. Dejad al corazón ser libre, porque solo el corazón tiene que meditar, y no solamente el cerebro. El pensamiento no puede lograr nada cuando el corazón está en otra parte, y los sentimientos son dirigidos a una meta diferente.

Tomado de "THE YOGA SYSTEM"

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