lunes, 23 de enero de 2012

El Séptimo estado del Yoga

Meditación es el séptimo estado en yoga. Es como cuando se rastrilla un fósforo y produce la llama. La llama debe aparecer si la cerilla se ha encendido apropiadamente y está seca. Pero la manufactura de la cerilla es un proceso largo y toma tiempo, aunque rastrillarla sea trabajo de un segundo. Que en muchos casos el esfuerzo de meditación no traiga satisfacción, demuestra que la preparación no es suficiente. La meditación es un flujo de conciencia, no un salto, un tirón o empujón. Un río en calma fluye sin esfuerzo sobre su lecho inclinado. Así fluye la meditación si las etapas preliminares fueron bien hechas. Cuando se ve el edificio, los cimientos nunca se ven, sin embargo, sabemos cuan importantes son los cimientos para el edificio. El poder invisible que ejercen los yamas y niyamas son los cimientos del yoga, y nadie debe tener la osadía de pensar que está completamente establecido en ellos. Cautela es el distintivo del yoga. Yama y Niyama son los comienzos que realmente duran hasta el final del yoga. Así como la educación en el nivel elemental es importante, pues allana el camino para la futura construcción mental, los yamas y niyamas son el fundamento del yoga. El estudiante entra en el campo práctico de la meditación después de haber sido edificado por los yamas y niyamas, que le proveen el poder y coraje necesarios para enfrentar todos los obstáculos. La meditación no es difícil de alcanzar si los preparativos necesarios fueron hechos desde un principio. El proceso yama niyama constituyen las instrucciones en la psicología del yoga que nos dan suficiente apercibimiento para el camino, y nos hace peregrinos vigilantes en el viaje espiritual. Con esto, nos ubicamos en el primer paso del yoga práctico, a saber, asana.

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