domingo, 14 de marzo de 2010

MEDITACIÓN

Cuando cuidadosa y benévolamente investigamos sobre la meditación como ejercicio espiritual, nos encontramos cara a cara con ciertas verdades tremendas acerca de la Naturaleza y la Vida. Antes de dedicarnos a alguna tarea, se necesita una clara idea de la misma, o al final haremos un lío sobre lo que se suponía, íbamos a hacer. La pregunta fundamental es: '¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?'

Para una respuesta a esta pregunta, se necesita saber qué es aquello de lo que realmente carecemos, y que es causa de que acudamos a la meditación por ayuda. En términos generales, después de haber vivido un número suficiente de años, nos invade el sentimiento de que los deseos del hombre parecen no tener fin; que entre más posesiones tenga, mayor es su ambición y codicia; que aquellos que parecen ser amigos, también parecen ser capaces de abandonarlo a uno en horas cruciales; que los objetos de los sentidos nos enredan en complejidades mecánicas en lugar de aliviar la tensión, la ansiedad y el deseo; que nuestro anhelo de felicidad excede todos los conceptos finitos y nunca será satisfecho por nada de lo que existe en el mundo, por causa tanto de la limitación de una cosa excluyendo la otra, como por la capacidad de una cosa de incluir a otra en su estructura; que los llamados placeres de la vida parecen ser solo irritación del sistema nervioso, la sumisión a impulsos involuntarios, y a ser esclavo de los instintos, en vez de lograr una libertad real, cual es la única aspiración del hombre.

Si éstas y muchas otras cosas son los defectos de la vida, ¿cómo espera uno rectificarlos mediante la meditación? Los defectos parecen ser realmente horripilantes, más de lo que la mente humana ordinaria puede entender o contener. No obstante, surge la esperanza de que la meditación pueda corregir los errores y si esta esperanza tiene algún significado o realidad, la meditación se extenderá naturalmente más allá de las limitaciones de la vida humana. En verdad, la meditación será entonces un trabajo universal de la mente, y no un simple pensamiento privado encerrado en nuestra habitación. Este aspecto de la naturaleza de la meditación, no está dentro de la noción que han estado considerando muchos aspirantes espirituales. Un análisis de la naturaleza de la meditación, nos muestra una realidad más profunda que aquella que conocemos en procesos de la mente tales como el pensamiento, sentimiento y entendimiento, y la meditación realmente se convierte en un despertar del alma humana en vez de ser una mera función de la mente.

De "THE YOGA OF MEDITATION"

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