domingo, 17 de enero de 2010

LA PRESENCIA DE DIOS

En las primeras etapas parece que Dios estuviera muy lejos -infinita es la distancia entre nosotros y Dios-. Con frecuencia hay duda sobre si para nosotros es posible tener contacto con Él. Pero esta duda se desvanece cuando al profundizar en la conciencia religiosa y realizar que el Ser Divino es un ser infinito y eterno, se entiende, por tanto, que no hay distancia entre el alma y Dios. Él no es un potentado inalcanzable, el monarca que reina en los cielos, sino una presencia inmediata tal, que es inseparable de nuestro ser más profundo, y Su lenguaje es entendido también por nuestra más íntima conciencia. El idioma del Eterno, es la voz de nuestra conciencia, y nuestro Atman, es Brahman.

El Capítulo noveno (del Bhagavad Gita) revela ante nosotros la majestad de esta profunda conciencia religiosa. En los estados iniciales de la religión, parece que el mundo está regido por potestades, divinidades, ángeles, maestros y adeptos, que están ocultos tras las formas y cosas del mundo. Hay muchas divinidades, y cada forma tiene una divinidad que lleva el alma a ese cuerpo particular. Ante nosotros hay una externalidad exagerada de esas presencias divinas en el extenso espacio del universo. Este es el alcance exterior de la conciencia religiosa. Cuando profundizamos en nuestros estudios y experiencias en religión, se siente una interiorización de este concepto. La presencia de estos poderes divinos en las increíblemente lejanas distancias del cosmos, también parece en armonía con las esencias más profundas de todos los jivas o individuos, de suerte que lo que está presente en el lejano espacio, debe también estar presente inmediatamente en el corazón de quien lo piensa. Por tanto, la llamada 'cosa en sí', que es incapaz de contacto por medios fenoménicos, parece estar ‘respirando en la nuca’ de la persona que piensa. Por eso Dios, el ser distante, es también el Dios del alma del espíritu buscador, que siente a Dios como un ser lejano. Por eso la interiorización conduce a la universalización de este concepto. Dios no es solo un maestro remoto, un creador del universo que está muy lejos de nosotros; tampoco es una secreta luz escondida en el cuerpo de un individuo, sino una vasta presencia que ocupa todo el espacio y todo el tiempo, de tal manera que fuera de Él, nada puede ser: ni el universo, ni el individuo.

De "THE TEACHINGS OF THE BHAGAVADGITA"

1 comentario:

  1. Hari Om, exelente página. Pertenezco a la Escuela Swami Krishnanda de Venezuela en la ciudad de Valencia y deseo poder contactarlos para un mutuo enriquecimiento. Gracias Nélida

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