lunes, 22 de agosto de 2011

EL SISTEMA YOGA

CAPÍTULO 1

PRESUPUESTOS PSICOLÓGICOS

Para comenzar, es necesario aclarar ciertas ideas falsas en relación con el Yoga, que prevalecen especialmente entre algunos sectores de Occidente. El Yoga no es magia ni hazaña de ninguna clase, física ni mental. El Yoga está basado en una sana filosofía y una profunda psicología. Es un proceso educacional por medio del cual la mente humana se entrena para volverse más y más natural, y a alejarse de las innaturales condiciones de vida. El Yoga tiene un particular interés en la psicología y, como un estudio del Yo, trasciende tanto la psicología general como la anormal y lo conduce a uno a un nivel de vida súper normal. En Yoga nos estudiamos a nosotros mismos, mientras que en las escuelas nos piden estudiar objetos. En el sistema yoga no se requiere el estudio de cosas, sino el estudio de la estructura misma del estudiante, porque lo conocido no es totalmente independiente de quien conoce.

¿Cómo conocemos las cosas? Hay un proceso misterioso por el cual llegamos a conocer el mundo, y la vida es una actividad del tal conocimiento. Un estudio de la mente es un estudio de sus relaciones con las cosas. La instrucción ‘Conócete a ti mismo’, implica que cuando nos conocemos, conocemos todas las cosas relacionadas con nosotros mismos, es decir, conocemos el universo. En este estudio debemos preceder siempre de lo inferior a lo superior, sin apuros y sin incitar las emociones.

La primera experiencia de que somos conscientes es el mundo. Hay ciertos procesos que se llevan a cabo en la mente, por medio de los cuales llegamos a conocer la existencia del mundo. Hay sensaciones, percepciones y cogniciones que caen bajo lo que se conoce como ‘percepción directa’ o ‘conocimiento directo’ (pratyaksha) a través de las cuales el mundo se conoce, se evalúa y se juzga, con el propóstio de establecer relaciones. Estas relaciones constituyen nuestra vida social.

La estimulación de los sentidos ocurre por la vibración que procede de un objeto exterior. Se da en dos formas: (1) Por la presencia misma del objeto y, (2) por los rayos de luz, el sonido, etc., que emanan del objeto y que afectan la retina de los ojos, el tímpano de los oídos, o los otros sentidos. Tenemos cinco sentidos de conocimiento y a través de ellos recibimos toda la información relacionada con el mundo. Si los cinco sentidos no actuaran, no podríamos saber en absoluto qué hay un mundo. Por esta razón vivimos en un mundo sensible. Nos volvemos activos cuando la estimulación sensorial es producida por vibraciones recibidas de fuera. La actividad sensorial estimula la mente a través del sistema nervioso, el cual conecta los sentidos con la mente por medio del prana o energía vital. Podemos comparar estos nervios con cables eléctricos, a través de los cuales fluye el prana. Los pranas no son los nervios, así como la electricidad no son los cables. El prana es una vibración interna que conecta los sentidos con la mente. Las sensaciones, por lo tanto, hacen a la mente activa, y la mente comienza a sentir que hay algo afuera. Esto puede llamarse percepción indeterminada, donde la mente tiene una conciencia del objeto, pero sin ninguna característica especial. Cuando la percepción deviene más clara, se convierte en percepción determinada. Esta percepción mental normalmente se llama cognición.

Más allá de la mente hay otra facultad mental llamada intelecto. Éste juzga si una cosa es buena o mala, necesaria o innecesaria, de esta o aquella clase, etc. Decide sobre el valor de un objeto, si este juicio es positivo o negativo, moral, estético o religioso. Uno evalúa su situación en relación con el objeto. Algunos psicólogos sostienen que la mente es un instrumento en las manos del intelecto. Manas es la palabra Sánscrita para mente, la cual se considera como el karana o instrumento, mientras que buddhi es la palabra Sánscrita para intelecto, el cual es el karata o hacedor. El intelecto juzga lo que conoce la mente y decide la naturaleza de la acción que, dadas las circunstancias, debe seguirse respecto del objeto.

El intelecto está asociado con otro concepto interior llamado ahamkara o ego. ‘Aham’ significa ‘Yo’, y ‘kara’ es aquello que manifiesta, revela o afirma. Hay algo en nosotros que afirma ‘Yo soy’. Esta afirmación es ego. No es necesaria la lógica para probar el ego, porque no probamos nuestra propia existencia. Esta es una afirmación que no requiere evidencia puesto que toda lógica procede de ella. El ego es inseparable de la intelección individual, como el fuego de su calor. El intelecto y el ego existen inextricablemente, y la intelección humana es la función del ego humano. Las funciones del ego son de diferentes tipos, y estas funciones forman la materia de la psicología.

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