lunes, 9 de mayo de 2011

YOGA, MEDITACIÓN Y SADHANA JAPA


PARTE I

YOGA Y MEDITACIÓN
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DEL YOGA


Continuación

La sustancia del mundo no es materia inorgánica. Hay un error entre la mayor parte de la gente acerca de que el mundo está hecho de materia inerte y por supuesto, no inteligente. No es así. Ustedes no pueden ver la conciencia con sus ojos. Tampoco pueden ver la inteligencia o conciencia en otras personas. ¿Cómo pueden ver la conciencia en el mundo exterior? Así como es posible inferir la conciencia en otro individuo por su actividad, también pueden inferir la presencia de conciencia en el universo por el análisis de una actividad peculiar llamada percepción.

El análisis del proceso de percepción de los objetos, les dará una indicación de que el universo está hecho de conciencia y no de materia. Es solo por inferencia que pueden llegar a esta conclusión, no por una percepción sensorial directa y visible.

Miren un objeto; por ejemplo, una montaña que está a una milla de distancia frente a ustedes y digan: “Veo la montaña”. Yo pregunto: “¿Qué quieren significar cuando dicen que ven la montaña?” Ustedes responderán: “Que los ojos están abiertos, que los rayos del sol caen sobre la montaña y luego viajan hasta impresionar mi retina, y entonces me hago una imagen de la existencia de la montaña”. Pero yo pregunto de nuevo: “¿La luz, es inteligente o no es inteligente?” Ustedes afirman que los rayos de luz no tienen conciencia, son inertes, así como la montaña es inerte. No obstante, un principio no inteligente no puede crear inteligencia, porque el principio de lógica demanda que la causa debe ser al menos tan rica como el efecto. La percepción de la montaña (efecto), es una actividad inteligente y consciente. Así que la causa, el movimiento de los rayos de luz, debe contener inherentemente conciencia o de otra manera, sería inferior al efecto. La conciencia no puede ser producida por un efecto inferior.

Tomemos otro aspecto de este problema. La montaña que está fuera, no salta a sus ojos. Está lejos. ¿Cómo pueden saber que la montaña está frente a ustedes? Sus ojos no tocan la montaña y la montaña no toca sus ojos. Ambos están lejos el uno del otro. Sin embargo, hay una conexión entre la montaña y sus ojos. Esa es la razón por la cual pueden saber que allí hay una montaña. ¿Pero cuál es ese elemento de conexión? Pueden decir que los rayos de luz; pero no, los rayos de luz son inertes. Lo inerte no puede producir una percepción inteligente, no podemos conceder que los rayos de luz, que son inertes, puedan ser el elemento de conexión. La conexión entre un objeto y la conciencia que ve, solamente puede ser una de dos cosas, porque solo hay dos cosas en este mundo: conciencia y materia, no hay nada más. Ahora, el vínculo que conecta la montaña y la conciencia que percibe, puede ser uno de las dos, conciencia o materia. Si ustedes dicen que algo material es el vínculo que conecta la montaña con la conciencia, habrá un vacío entre la conciencia y el objeto, porque la conciencia no puede convertirse en materia y la materia no puede convertirse en conciencia, pues se caracterizan de forma diferente, así como la leche no puede convertirse en piedra y la piedra no puede convertirse en leche. Por esto, si el vínculo que los conecta es materia, habrá un vacío entre la materia y la conciencia y no habría conexión entre los dos, y no podrían saber que hay una montaña frente a ustedes. Esto no puede ser. Naturalmente, la otra alternativa es que el vínculo sea la conciencia. La conciencia puede mezclarse con la conciencia. Por esta inferencia llegamos a la conclusión de que la conciencia debe estar escondida aún dentro de los objetos materiales, de otra manera la percepción en sí misma sería imposible. Tal como inferimos la presencia de inteligencia en la gente por su actividad, inferimos la presencia de inteligencia en el mundo por el análisis de la actividad del individuo llamada percepción.

Hacia donde vamos con todo este análisis es a que el mundo, en últimas, es Conciencia y no materia. Ustedes tampoco son materia, porque todas sus personalidades permanecen inalteradas aún cuando los miembros sean amputados. Son consciencia, no un cuerpo; son mucho más que un cuerpo. Similarmente hay un principio inmanente de conciencia en todo el Cosmos. Esta conciencia inmanente es lo que se conoce como el Absoluto, o Brahman, o el Atman. Nosotros lo llamamos el Ser (Atman), porque siempre permanece escondido en el individuo como el principio que conoce y no como el conocido (porque la conciencia no se puede convertir en objeto conocido por los sentidos). De la misma forma, la Conciencia Universal, no apta para ser convertida en objeto, permanece siempre como sujeto, es decir como el SER. La Conciencia Suprema, que es el Absoluto, es el Ser en todas partes.

Si pueden retener por unos minutos ese estado mental de que el universo es un mar de conciencia y ustedes son como una onda en ese mar y que no hay nada como materia o relleno inorgánico en este mundo, eso se llama percepción universal, diferente de la percepción individual de los objetos. Eso es meditación.

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