Hemos observado que nuestro mundo interior está
constituido por la psique, mundo mental, y este es el mundo real para nosotros,
del cual somos primeramente ciudadanos. Somos ciudadanos de un mundo psíquico
de una manera más adecuada que aquella por la cual pertenecemos al mundo físico
de seres sociales. Nuestro aparato psíquico es una estructura complicada,
porque tiene conexiones con casi todo en el mundo. Es como una central de
mando. No estamos tan desconectados de las cosas como parece. Hay una relación
subterránea entre nuestros contenidos internos y la totalidad del cosmos. En el
momento que comencemos a entrar en el reino de la práctica del yoga, también
comenzamos a operar sobre nuestras relaciones cósmicas. Esto es algo importante
para recordar. En la actualidad, creemos que somos individuos aislados, sin
conexión alguna con los demás. Pero la meditación es una aventura que nos abre
un nuevo punto de vista, y nos sorprende con nuestras relaciones, las cuales no
eran lo que aparentaban en nuestra vida corriente.
viernes, 12 de mayo de 2017
viernes, 17 de marzo de 2017
Idea clara del objetivo de su vida
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA SADHANA (Práctica espiritual)
1. Ante todo, uno
debería tener una idea clara del objetivo de su vida.
2. El objetivo debería ser tal que no esté sujeto a
posteriores cambios de opinión o que pueda ser trascendido por algún otro
pensamiento, sentimiento o experiencia. Esto significa que el objetivo debe ser
supremo; no debe haber nada más allá del mismo.
3. Siendo que el Objetivo Supremo es único y está claro para
la propia mente, es evidente que todo lo demás en el mundo es un instrumento,
auxiliar o accesorio para el cumplimiento del mismo.
4. Es posible cometer el error de creer que sólo ciertas
cosas en el mundo son ayudas para lograr el objetivo de la vida y que otras
cosas son obstáculos para ello. Pero eso no es cierto, porque todo en el mundo
está interconectado y no es posible separar lo necesario de lo innecesario, lo
bueno de lo malo, etc., excepto en un sentido puramente relativo. Los llamados
ítems innecesarios o inútiles son aquellos cuya conexión sutil con nuestro
objetivo central de la vida no está clara para nuestra mente. Esto sucede
cuando nuestra mente es arrastrada por emociones repentinas o ataques de
entusiasmo.
5. Todo eso significa que no es aconsejable o practicable
ignorar totalmente ningún aspecto de la vida, como si éste fuera absolutamente
irrelevante para el objetivo de nuestra vida. Aquí comienza la dificultad en la
práctica de la sadhana, porque no es humanamente posible considerar todo
aspecto de una situación cuando uno trata de entenderla.
6. La solución es el entrenamiento que uno debe recibir de un
Maestro competente, el único que puede sugerir los métodos para tener tal
visión global de las cosas – condición preliminar para una verdadera vida
espiritual o una vida de meditación superior.
7. Hay necesidades económicas y materiales al igual que
deseos vitales de la naturaleza humana a los que hay que prestar debida
atención, en el momento apropiado y en las proporciones adecuadas, no con la
intención de adquirir confort y satisfacción personal sino con la visión de
sublimar todos los deseos o impulsos personales, ya sean físicos, vitales o
psicológicos. Ignorar completamente este hecho se convierte en un obstáculo
para una práctica superior en el sendero de la sadhana.
8. Es necesario, por supuesto, vivir una vida de reclusión
razonable bajo la guía de un Maestro hasta que uno pueda valerse por sí mismo y
pensar independientemente, sin la ayuda de nadie.
9. Sin embargo, uno debería probar de vez en cuando su
habilidad para contrarrestar las propias reacciones a la atmósfera, aun estando
en entornos desagradables o adversos. La reclusión no debería significar cierto
auto hipnotismo o hibernación, o incapacidad para enfrentar la atmósfera que lo
rodea.
10. Tampoco debería significar incapacidad de vivir en
reclusión solo, consigo mismo, cuando se da la oportunidad. Resumiendo, el
ideal debería ser el logro de una actitud ecuánime ante las circunstancias, ya
sea que uno esté solo, consigo mismo, o en ambientes sociales incompatibles.
11. Durante la reclusión, no debería permitírsele a la mente
volver a circunstancias de la propia familia o de la profesión, o a problemas
que puedan perturbar la concentración de la mente en Dios, porque la presión de
estas experiencias previas pueden, algunas veces, demostrar ser superiores a
nuestro amor por Dios en intensidad.
12. Es imposible concentrarse en Dios a menos que se tenga
una convicción firme y fe en que también puede obtener de Dios lo que sea que
espere de este mundo; mejor dicho, mucho más que todas esas cosas que el mundo
tiene como tesoros y valores.
13. Es difícil tener una visión del propio objetivo de la
vida cuando la mente sale de la meditación hacia lo que desea en el mundo. De
allí la necesidad de un estudio profundo de los Upanishads, el Bhagavad Gita,
el Shrimad Bhagavatam y otras escrituras del estilo, de modo de convencer a la
mente de la supremacía de Dios.
14. Estudio o svadhyaya, mantra-japa y meditación son los tres
aspectos principales de la práctica espiritual.
15. Svadhyaya no significa estudio de cualquier libro que uno
pueda encontrar en algún lugar y en cualquier momento. Significa un estudio
continuado, regular y diario de textos sagrados seleccionados o incluso de un
solo texto entre los sugeridos anteriormente. Un estudio hecho de este modo, en
horarios fijos, todos los días, durante un tiempo establecido, traerá los
resultados esperados.
16. Al principio, debería practicarse el japa del mantra
haciendo un poco de sonido con la boca de modo que la mente no se vaya acá y
allá, a diferentes cosas. La recitación audible del mantra hará que la mente
vuelva al punto de concentración. Más tarde, el japa puede ser sólo con
movimiento de los labios, pero sin producir ningún sonido. Finalmente, el japa
puede ser sólo mental, siempre que la mente no vagabundee durante el mismo.
17. Debería establecerse una duración conveniente, como media
hora o una hora, en diferentes momentos, de modo que la sadhana diaria sea al
menos de tres horas. Con el paso de los días, se puede aumentar el tiempo según
la propia capacidad.
18. Durante el japa, la mente debería pensar en el
significado del mantra, la entrega de uno mismo a la Deidad del mantra y,
finalmente, la comunión con la gran Deidad. Habría que esforzarse todos los
días en tener estos sentimientos profundos durante el japa.
19. Se puede combinar la meditación con el japa o se puede
practicar meditación independientemente de éste. Meditación con japa significa
repetir mentalmente el mantra y, al mismo tiempo, meditar profundamente en el
significado del mantra según lo mencionado.
20. La meditación sin japa es una etapa superior en la que la
mente queda tan absorta en el pensamiento de Dios, la entrega a Dios y la unión
con Dios que el japa se detiene automáticamente. Éste es el estado superior de
meditación.
21. Durante toda la sadhana, es necesario sentir la unión de
uno y el universo con Dios.
Tomado del libro de Swamiji titulado "Los problemas de la vida espiritual".
Tomado del libro de Swamiji titulado "Los problemas de la vida espiritual".
sábado, 4 de marzo de 2017
¿Cómo llamar a Dios?
Hoy les hablaré de algo mucho más
fácil, aunque no menos importante — el arte de llamar a Dios en nuestro
interior. ¿Qué método se adopta para llamar a alguien de modo que se acerque a
uno? Se llama a un perro con ciertos gestos. Se llama a un gato y éste se
acerca. Uno sostiene un poco de pasto frente a una vaca y ésta se le acerca.
Gesticula de modo amigable a una persona y ésta se le acerca como un amigo.
¿Pueden también llamar a Dios?
Siempre que uno llama a alguien, lo hace por medio de un nombre. La gente que
acaricia a los perros les da un nombre. Llaman al perro por ese nombre. Los
conductores de elefantes, mahouts, le dan un nombre al elefante y cuando
mencionan ese nombre, el elefante se detiene. “¡Levanta tu trompa!” La levanta.
“¡Muévete!” Se mueve. “¡Detente!” Se detiene. A los elefantes se les enseña el
arte de reconocer el nombre que se les ha dado.
Cuando alguien pronuncia su
nombre, inmediatamente uno se identifica con ese nombre. Tanta es la intensidad
de la identificación que tiene con el nombre que aún si está profundamente
dormido, se despierta con solo ser llamado por su verdadero nombre. Si Juan está
durmiendo, uno debe usar su nombre: “Juan, por favor levántate”. Pero si dice
“José”, no se levantará. Lo que hace que una persona se despierte no es el
sonido que uno pronuncia sino el llamado de aquello con lo que uno se
identifica. Tan intensa es esta identificación que persiste aún en sueño
profundo; de otro modo, cuando uno está totalmente inconsciente en sueño profundo,
¿cómo es que recuerda su nombre y cuando alguien grita su nombre, se despierta?
A Dios también se lo llama con un
nombre. En lenguaje corriente, este arte de llamar al Creador Todopoderoso se
hace mediante la recitación de un nombre que asociamos con la naturaleza de
Dios. El nombre de Dios es una descripción de la característica de Dios. Según
el lenguaje tradicional indio, cuando se le da un nombre a una persona en el
momento del nacimiento, no es que uno le da cualquier nombre que quiera, como en
estos tiempos modernos. Para elegir un nombre en particular que indique la
influencia ejercida sobre ese niño por todo el sistema estelar y planetario, se
tienen en cuenta las estrellas, los planetas y el día en que el niño nació. De
ese modo, el nombre sugiere la verdadera característica y naturaleza de la
persona. En la actualidad, se le da cualquier nombre, como el de una planta, un
árbol, una ramita o cualquier cosa por el estilo. No hay significado en todos
esos nombres.
Dios también puede ser llamado
con un nombre, siempre que el nombre elegido, con el cual se Lo llama, indique
el poder, la majestuosidad y el afecto que Dios tiene por uno. El mantra que la
gente recita en japa sadhana, por ejemplo, se supone que es un indicador del
nombre de Dios. El mantra que una recita, en el cual se supone ha sido
iniciado, es el modus operandi adoptado para crear en su mente un indicio de la
naturaleza de Dios a quien uno venera y adora. En el Vishnu Sahasranama que
recién se recitó, los mil nombres son mil características diferentes del Ser
Supremo, no cualquier cosa y todas las cosas.
Tomado del libro "El logro del infinito" por Swami Krishnanada
miércoles, 22 de febrero de 2017
¿Qué es el auto-control?
Una vez más, deseo recordarles nuestros estudios anteriores
concernientes a la estructura de nuestra personalidad y su conexión con el
mundo exterior – es decir que dentro del cuerpo tenemos otros tipos de aparatos
tales como los órganos sensoriales, los pranas, la mente y el intelecto, que
tienen una tendencia a afirmar la individualidad física de la persona y también
todos los apegos y aversiones, los cuales son una consecuencia de tal
afirmación con respecto al mundo externo de personas y cosas. De modo que una
clase de yajña o sacrificio implicaría autocontrol, restricción del movimiento
de los sentidos, la mente y el intelecto, porque un conjunto de sentidos
desenfrenados, una mente descontrolada y un intelecto indisciplinado
significaría una personalidad envuelta en un deseo de contacto espacial con
personas y cosas externas, siendo que en realidad esas personas y cosas no
están afuera. La razón para el autocontrol surge debido al hecho de que las
percepciones usuales de los sentidos son percepciones erróneas, debido a que
los sentidos no tienen otro trabajo que hacer que inculcar a nuestras mentes la
exterioridad del mundo, la apariencia de las cosas y el aislamiento de nuestro
ser con respecto a otras personas. Hay un continuo proceso de lavado de cerebro
que tiene lugar en nuestra relación con los sentidos y, lamentablemente, no
tenemos otra relación en el mundo. Estamos totalmente agobiados por los
sentidos; y el mundo en el que vivimos es un mundo sensorio. Nuestro proceso de
pensamiento y nuestra intelección también están condicionados por el
conocimiento provisto por la percepción de los sentidos.
Hay una total desgracia que ha descendido sobre nosotros,
teniendo en cuenta el estado de cosas en el cual nos encontramos – social,
física y psicológicamente. Socialmente estamos en desgracia debido al
entendimiento erróneo de nuestra conexión con otra gente, y psicológicamente
también, debido a nuestra dependencia, también interna, de lo que conocemos por
medio de los sentidos, lo cual es erróneo. Así, el autocontrol que incluye
control de los sentidos, es también control mental, control intelectual y
control de la razón – el control total de uno mismo. El autocontrol es la
esencia del yoga. Aquí puede que se necesite una palabra de aclaración con
respecto lo que significa autocontrol. ¿Qué es lo que hacemos con nosotros
cuando tratamos de controlarnos? Para eso, puede que necesitemos saber qué
somos.
Esto nos trae una vez más al esquema cosmológico. Hasta
cierto punto, podemos saber qué somos ubicándonos en el esquema cosmológico,
sin necesidad de ninguna instrucción en este contexto, porque en cuanto sabemos
cómo hemos venido, podemos saber también dónde estamos. Nuestros deberes se
vuelven explícitos y claros en cuanto conocemos nuestra condición y la
atmósfera en la que vivimos. El control de uno mismo – control de los sentidos,
autocontrol – es, en última instancia, la restricción de la conciencia; tiene
poco que ver con nuestros miembros físicos. No es atar las piernas, tapar los
oídos o cerrar los ojos hablando en sentido físico, porque nuestras alegrías y
penas son el resultado de un movimiento de la conciencia en una forma
particular. Los pensamientos son alegrías y tristezas. De modo que alegrías y
tristezas son sólo procesos de pensamiento, que es otra forma de decir que son
remolinos de conciencia de una manera determinada. Para un entendimiento fácil,
podemos identificar nuestra conciencia individualizada con nuestra mente, en un
sentido más generalizado. Esta conciencia individualizada es el principio de
afirmaciónde la individualidad. El ego, el intelecto, la razón y lo que
pensamos que somos en el presente – todo eso es inseparable de este tipo de
actividad de la conciencia. Así, autocontrol significaría traer de vuelta la
conciencia individual que se mueve hacia las cosas externas, haciendo que se
establezca en su propio ser. Esto es todo el yoga de Patañjali, por ejemplo,
que él resume en dos sutras – yogaś citta vṛtti nirodhaḥ; tadā draṣṭuḥ svarūpe
avasthānam (Y.S. 1.2-3): “El control de la mente es yoga; entonces el Ser se
establece en su propia naturaleza”. Aquí está todo el yoga en dos oraciones.
Tomado del libro de Swamiji "Las enseñanzas del Bhagavadgita"
Tomado del libro de Swamiji "Las enseñanzas del Bhagavadgita"
miércoles, 15 de febrero de 2017
¿Cuidar los peniques perdiendo las libras?
Diciembre 12, 1990, de mañana
Larry: Practiqué algo de meditación esta mañana.
Swamiji: Todos los días, con profunda concentración,
sumergiéndote en ti mismo.
Larry: Traté de salir de mí, como usted me sugirió.
Swamiji: Te pierdes para ganarte.
Larry: Traté de proyectarme algunos pies lejos de mí.
Swamiji: Sí; eso es perfectamente correcto. Proyéctate lejos
de ti y vuélvete un ser más grande que el que pareces ser. Ahora eres una
pequeña persona dentro del cuerpo. Quiero que te vuelvas más grande. Cuando te
ubicas lejos de tu cuerpo, te vuelves más grande de lo que eres. Tu dimensión
aumenta y e incluso puedes ubicarte en el sol, la luna y las estrellas, no
simplemente en la alfombra, de modo que la dimensión se vuelve tan grande que
pareces casi la Existencia Universal.
Sencillamente, puedes ubicarte en la
periferia del espacio tanto como sea posible, de modo que estés tan lejos de lo
que pareces ser ahora que te asemejes a una universalidad inclusiva,
absorbiendo todo en ti, sin que quede nada afuera. “Soy lo que soy”, “Soy
aquello que soy”, como quieras llamarlo – ésta es la técnica de meditación.
Debe hacerse todos los días por un período lo más largo posible. Éste es el
deber primordial de una persona. Todos los otros deberes son subsidiarios,
secundarios. De otro modo, estarás cuidando de los peniques y perdiendo las
libras. Todo el asunto de la vida es sólo una cuestión de cuidar de los
peniques, perdiendo las libras. Eso no debe suceder.
Cuando te pierdes a ti mismo, ganas todo. Puedes ganar el
mundo entero pero perderte a ti mismo. Toda iniciativa de la gente, en todas
partes del mundo, es una aventura para ganar el mundo y perderse a sí mismo.
Estamos muy preocupados por las cosas del mundo externo y no nos preocupamos
por nosotros mismos, como si el mundo pudiera existir aún sin nosotros. Cuando
tú no estás allí, tu mundo tampoco lo está.
Por lo tanto, cuida de ti y todas las cosas se cuidarán
solas. Cuando riegas la raíz de un árbol, no necesitas regar las ramas y las
hojas por separado. Las ramas pueden ser cientos; sin embargo, puedes cuidar
muy efectivamente cientos de ramas y hojas regando y nutriendo una sola cosa,
la raíz del árbol. No necesitas preocuparte por la numerosa variedad y
diversidad de este mundo si conoces la raíz y cuidas de eso. El mundo se
cuidará automáticamente, ya que la raíz cuidará de las ramas, las hojas y los
frutos.
“Dios primero, el mundo después, tú último”. Eso es lo que
solía decir Swami Shivanandaji Maharaj – la causa primero, el efecto después.
Dios estuvo primero; el mundo vino después y tú eres lo último, de modo que no
te puedes posicionar primero. El primero es el más grande, incluye lo producido
y te incluye a ti. Es nuestro deber meditar. No es algo que haces como una
ocupación; es el arte de ser tú mismo. Nada puede ser más ventajoso para una
persona que ser el propio ser. “Sé fiel contigo mismo”. Ser fiel con todo,
excepto con uno mismo, es en vano.
Tomado del libro de Swami Krishnanada “Los problemas de la vida espiritual”
viernes, 10 de febrero de 2017
La Soledad
Hay varios tipos de soledad
interior que uno siente cuando ha perdido algo que tenía: perdió toda la
propiedad; los parientes lo han abandonado; el negocio ha fracasado; la Bolsa ha
caído; ha perdido millones y la tierra misma esta temblando bajo sus pies;
entonces, en ese momento, uno siente una soledad desgraciada.
He escuchado acerca de una
persona que estaba siempre ocupada en cuestiones de la Bolsa y en una ocasión
en particular, perdió todo en un segundo. Ese mismo día murió de un ataque
cardíaco debido a la angustia que sintió, una soledad que entró en sus órganos
vitales y se llevó su energía.
Pero kaivalya, que es soledad, no
es una soledad psicológica. No es una soledad que siente la mente debido a su
apego a este cuerpo. Es la soledad del espíritu que está en nuestro interior.
Nuestra alma sola consigo misma.
A decir verdad, es fácil de
entender que estamos solos en este mundo. Todas las asociaciones de las que
hablamos — dinero, poder y relaciones sociales — son condiciones creadas
artificialmente por la unión de cierta atmósfera favorable, porque cuando una
persona nace como un pequeño niño, este niño está solo consigo mismo. No tiene
propiedad; no tiene conciencia de parentescos. No puede saber qué le pertenece
a alguien o que alguien le pertenece.
Hay un período de algunos años
que llamamos vida en este mundo. Cuando ese período de vida termina, otra
soledad se manifiesta en nosotros, la cual es el momento de abandonar este
mundo. En ese momento, se siente una agonizante soledad. Es algo semejante a
una segunda niñez, la persona mayor comienza a comportarse como si fuera un niño
que gatea; la mente dice disparates y 31 parlotea, y comienza a decir cualquier
cosa, como hablaría un niño ignorante y sin instrucción. En ese momento, surgen
en la mente deseos erráticos. Mientras que, en realidad, durante la niñez la
conciencia de relaciones externas no está allí, durante la vejez, en el momento
de morir, está el otro aspecto del sentimiento de soledad, que todos lo han
abandonado.
Cuando una persona está muriendo,
los parientes se acercan y le preguntan: “¿Sabes quién soy? ¿Me reconoces?”
Algunas veces, la conciencia de reconocimiento falla incluso si los ojos ven y
otra vez, por medio de los ojos uno puede reconocer quién es esa persona, pero
no puede expresar totalmente esa relación. La audición también falla después y
los ojos fallan. La mente sola comienza a pensar, pero la mente también falla.
Sólo prana queda después. Cuando el prana falla, se sale de este cuerpo. Esta
salida es lo peor que uno puede imaginar para una persona que ha estado
acostumbrada a la vida social y a una existencia pública grandiosa.
Todos necesitamos tener esa
sabiduría, especialmente como aspirantes espirituales, que siendo que soledad
era la condición que teníamos al venir a este mundo y soledad será la condición
en la cual entraremos al morir, ¿cómo es que no nos sentimos solos en el medio
y tenemos un sentimiento totalmente diferente de tener muchas cosas que nunca
trajimos cuando vinimos ni llevaremos cuando nos vamos?
Tomado del libro de Swamiji El Logro del Infinito
martes, 7 de febrero de 2017
¿Qué es la relación Guru-discípulo?
Swami Krishnananda en su juventud acompañado por su Guru Swami Sivananda |
El tercer punto es: La asociación
con un Guru es una bendición en sí misma. Hablo desde mi experiencia personal,
si es que les gustaría saber cómo hemos sido bendecidos por la asociación
personal que tuvimos con Swami Sivanandaji Maharaj. Lo que estoy expresando es
puramente un sentimiento personal. Nunca he visto una persona como él ni espero
ver otra, al menos en esta vida. Era una magnífica impersonalidad en personalidad—impersonalidad
vista en una personalidad. Era una persona como cualquiera en el sentido de que
podíamos verlo; pero era un ser impersonal. Cuando venía, uno no podía sentir
que era un hombre el que venía. Usualmente, la idea de varón-mujer está en nuestras
mentes, de modo que decimos que un hombre viene. Pero cuando Swamiji venía,
nunca podíamos sentir que era un hombre. Esta idea de varón-mujer nunca entraba
en nuestras cabezas. Esto quiere decir que irradiaba una fuerza a su alrededor
que era totalmente impersonal. La impersonalidad no tiene género. No hay
diferencia de varón-mujer en la impersonalidad; y esa impersonalidad estaba en
él. No era varón ni mujer. Al menos, esa idea no entraba en nuestras cabezas
cuando lo veíamos. Era algo muy extraño. En el momento en que una persona lo
veía simplemente era poseída por una nueva clase de sentimiento. Era dominada
por una nueva fuerza.
Esos son los Gurus. Tienen
espiritualidad en ellos; el alma trabaja a través de ellos. No son la mente y
el intelecto los que trabajan a través de los Gurus. Los Gurus nunca hablan a
través del intelecto. Es por esa razón que el chela no debe usar su intelecto
cuando el Guru le dice algo. Cuando el alma habla, sólo el alma tiene que
responder. No debería usarse el intelecto, la razón, una actitud científica y
demás. Sería una anomalía y el chela sería un inadaptado. El Guru es un alma,
no un cuerpo.
Ahora estoy llegando a un punto
muy interesante acerca de la relación Guru-chela. Debido a que el Guru es un
alma, nunca muere. Nunca diremos, “Nuestro Guru murió; ahora no tenemos a
nadie”. Eso es ininteligible para nosotros. El Guru nunca puede morir, porque
el Guru no es un cuerpo. Ni tampoco el chela es un cuerpo. Ahora venimos al
otro aspecto de la cuestión. Ni el chela es el cuerpo ni el Guru es el cuerpo,
y la relación entre Guru y chela no es una relación física. De modo que si el
Guru está a miles de millas, el chela está feliz. No se preocupa. No llora,
“Oh, mi Guru está lejos. No tengo a nadie.” La distancia es eliminada en el
terreno espiritual. A decir verdad, no hay distancia en el mundo. La distancia
es sólo un concepto espacial. Cuando incluso la televisión y la radio han
eliminado la distancia, ¿creen que la conciencia—el alma—no puede eliminarla?
Puede y lo hace. Aunque éste sea un estado muy avanzado, es la verdad. El
discípulo y el Guru están relacionados de una manera mística y esa relación
continúa aún después de la muerte del cuerpo.
Tomado
del libro “La Relación Guru-discípulo”
jueves, 2 de febrero de 2017
¿Dónde yace en verdad nuestra dicha?
Nos hemos reunido aquí para
ejercitar nuestras mentes hacia la verdadera felicidad. ¿Dónde yace en verdad
nuestra dicha? ¿Dónde nos convertimos en personas completas? Estos son días en
los que la gente está intensamente consciente del entorno del mundo. El entorno
es muy importante. La vasta atmósfera a nuestro alrededor es el entorno. No
sólo el entorno nos influencia minuto a minuto, todos los días, sino que, en un
análisis cuidadoso, comprenderemos que somos inseparables del mismo.
El entorno del que se habla es
una clase de sociedad exterior a nosotros. Sabemos muy bien hasta qué punto
toda persona depende de la compañía humana externa y de la asociación con la
naturaleza — el aire que respiramos, el agua que bebemos y la luz solar que
disfrutamos. No es sólo esto. Hay secretos mayores que nunca aparecen ante
nuestros ojos — concretamente, la cuestión de nuestra misma existencia.
¿Existimos? Si es cierto que
existimos, ¿dónde existimos? “¿De dónde venimos?” Preguntamos generalmente a
una persona. La gente dice que viene de Delhi, de Kanyakumari, de Japón, de
Inglaterra, de América, pero cualquiera sea el lugar de dónde venga, equivale a
decir que viene de la superficie de la tierra. Nos estamos moviendo en la
superficie de la tierra. En verdad, no hay países; ellos no existen en
absoluto. Son sólo demarcaciones conceptuales de la mente humana a los fines de
una conveniencia administrativa. Los países no existen. Sólo existe la
superficie de la tierra.
El lenguaje que hablamos, el cual
condiciona inmensamente nuestra formación cultural, se agrega a la dificultad
de nuestra incapacidad para comprender que somos ciudadanos de este planeta
tierra. No sólo está la cuestión de nacionalidades y países sino que nos
aferramos incluso a una comunidad, una aldea o un distrito, e imaginamos que
estamos confinados a esa ubicación en particular.
La mente tiene una predilección
por disfrutar de limitaciones de su propio ser, reduciéndose cada vez más a un
muy limitado capullo de individualidad parcial, de modo que este pequeñito niño
del llamado “yo” dentro de uno se siente inmensamente feliz dentro de la
tortuosa celda de su propio encierro corporal.
El entorno del que estamos
hablando es externo a nosotros desde un punto de vista, pero inseparable de
nosotros desde otro punto de vista. Mientras esta tierra es un gran planeta, en
cuya superficie nos arrastramos como insectos, por decirlo, es también un
miembro de la familia más grande del sistema planetario, el cual está regido
por el gran padre de todo el sistema, la llamada operación solar.
Nuestra familia se extiende a
través de galaxias enteras, que son las fuentes originales de los diferentes
sistemas solares. Las fuerzas magnéticas que de forma indivisa penetran la
atmósfera entera, tomando a veces la forma de lo que generalmente la gente
llama rayos cósmicos — que en verdad no son rayos sino energías magnéticas
fluyendo en el espacio exterior — se solidifican en las formas visibles de la
existencia corporal de los seres humanos, los árboles, las montañas y la misma
tierra.
El análisis cosmológico, incluso
en un nivel puramente empírico, establece el hecho de que la vibración del
espacio creó un movimiento que llamamos actividad del aire penetrando la
superficie de la tierra. La fricción causada por este movimiento continuo del
principio del aire creó el calor que llamamos fuego. Una condensación mayor de
la densidad de estas fuerzas, desde la actividad del espacio, se convirtió en
lo que llamamos líquido, cuya forma solidificada es esta tierra misma.
Esto quiere decir que nuestra
familia se extiende más allá de la superficie de la tierra; toca los planetas,
el sol, la luna y las estrellas. ¿Han oído que nuestras mentes operan según los
movimientos de la luna en el cielo? El crecimiento y la disminución lunar causa
crecimiento y disminución de los sentimientos y las emociones en la mente de la
gente. Durante los días de luna llena y luna nueva, la gente generalmente se excita
sin saber lo que en verdad le está sucediendo. En los días de luna llena, las
olas del océano se levantan como si quisieran capturar la luna misma. La
atracción gravitacional de la luna hace que el líquido del océano se levante en
olas turbulentas.
No quiere decir que sólo el
océano sea atraído por el poder gravitacional de la luna. La tierra entera es
atraída. Debido a que la tierra es sólida, no se levanta como las olas del
océano, pero aun así la atracción es uniformemente sentida por cada partícula
de la sustancia material de esta tierra. ¿Qué decir de nosotros? Nosotros
también somos atraídos. Si las aguas del mar son elevadas, cada célula de
nuestro cuerpo también es elevada. Nos agitamos, nos perturbamos, nos alteramos
y tenemos humor cambiante, y la gente que tiene una mente deficiente, no
perfectamente normal, se comporta de forma errática, excitada y anormal durante
los días de luna llena y luna nueva.
Lunático viene de la palabra
luna. Decimos que una persona es lunática; tuvo una inlunación. Así como hay
insolación, puede haber también inlunación. En este caso, hay una perturbación
causada por la mente.
Astrológicamente, podemos decidir
la condición de la mente de una persona según la ubicación de la luna en el
horóscopo. ¿Dónde está situada la luna — en qué contexto, en qué rincón, en qué
relación con otros planetas?
Basta decir que no simplemente
existimos cómodamente aquí, independientemente en nuestras habitaciones
cerradas. Hay que descartar esta idea. No nos pertenecemos a nosotros mismos.
Si es cierto que tenemos que amar a nuestro vecino, tenemos que saber quién es
nuestro vecino. Esta pregunta se le hizo a Jesucristo: “Maestro, usted dijo,
‘Ama a tu vecino como te amas a ti mismo’, pero ¿quién es mi vecino?”
¿Cómo sabes quién es tu vecino?
Aquello que está próximo a ti; aquello que casi está tocando; aquello que es
inseparable de ti, que te limita y condiciona, de quien recibes beneficio y por
el cual tienes incluso cierto temor, ese es tu vecino. Te gusta tu vecino
porque puede ser de tu ayuda ante ciertas condiciones; pero también le temes a tu
vecino, porque puede contradecirte y vengarse, y comportarse de manera
contraria a tus expectativas.
De modo que el vecino es un ser
amigable y también algo temible. Tal es la naturaleza. Nada puede ser más
amigable para nosotros que la vasta naturaleza, porque es la madre de la que
hemos nacido. La sustancia misma de nuestro cuerpo está hecha de los cinco
elementos — tierra, agua, fuego, aire y éter. Si ese es el caso, ¿cómo es que
consideramos que existimos afuera de la naturaleza? Los mismos ladrillos de los
que está construido este cuerpo nuestro son la sustancia de los cinco
elementos.
Tomado de "El logro del infinito"
Etiquetas:
astrología,
dicha,
existencia,
medio externo,
prójimo,
vecino
jueves, 26 de enero de 2017
Si la actividad del alma es nula bajo condiciones normales, entonces ¿cuándo se manifiesta?
La actividad del alma no florece
bajo condiciones normales. Durante la mayor parte de la vida el hombre está
confinado solo a ciertos aspectos de sus manifestaciones cuando piensa,
entiende, siente, quiere, recuerda, etc. Sin duda todos estos son una expresión
parcial de la individualidad humana, pero de ninguna manera se acercan a la
verdadera manifestación del alma.
La diferencia entre las funciones humanas
normales y la actividad del alma, es que en el primer caso, cuando una función
se lleva a cabo, las otras están aparte, ignoradas o suprimidas, de tal forma
que el hombre no puede hacer todas las cosas al mismo tiempo; en el segundo
caso, la totalidad del hombre en su esencia surge ante la ocasión que sea, y
nada de él queda excluido de esta actividad. Por rareza el alma actúa en la
vida humana, pero cuando lo hace, aun en forma leve o distorsionada, uno olvida
todo el mundo incluyendo la conciencia de la propia personalidad y disfruta una
felicidad por siempre incomparable.
Las manifestaciones leves de alma a través
de los canales de la personalidad humana pueden observarse en los extáticos
entusiasmos del arte, particularmente de las bellas artes, tales como la música
elevada y la satisfacción derivada de la apreciación de los grandes genios de
la literatura. En tales momentos la persona se olvida de sí misma y se vuelve
una con el objeto de apreciación. Esta es la razón por la cual el arte es capaz
de llamar poderosamente la atención del hombre haciéndolo, por así decirlo,
olvidarse de todo. Pero en la vida diaria de un individuo hay al menos tres
ocasiones cuando el alma se manifiesta externamente y lo inunda de incomparable
felicidad; estas son ocasiones cuando satisface (1) el hambre intensa; (2) el
apetito sexual; (3) el sueño. En estas tres instancias, especialmente cuando
los impulsos son muy intensos, la totalidad del ser de una persona actúa, y
aquí la lógica del intelecto y las etiquetas del mundo no sirven para nada. La
razón es simple: cuando el alma actúa, aun a través de los sentidos, la mente y
el cuerpo, los cuales son sus expresiones distorsionadas, su presión es
irresistible, porque el alma es la esencia del ser total y no meramente de
ciertas facultades funcionales de una persona. En tanto que puede sacrificarse
la felicidad que ofrecen ciertos aspectos de la personalidad en aras de otras
insistentes exigencias, no puede haber tal compromiso cuando el alma presiona a
la acción.
El resultado de la anterior
investigación muestra que cuando el alma actúa normalmente, no hay conciencia
de lo externo, ni aun de la propia personalidad, y la felicidad experimentada
es arrobadora y extática. Y hemos observado que la meditación es el comienzo de
la acción del alma, y no solo una función de la mente, esto también explicará
por qué, cuando se practica correctamente, la meditación es placentera y no
puede ser fuente de fatiga o tedio. Sin embargo, la meditación difiere
totalmente de las manifestaciones del espacio y el tiempo del alma enumeradas
en párrafos anteriores. En meditación la manifestación del alma no es a través
de los sentidos, la mente, ni el cuerpo, aunque su impacto pueda sentirse en
alguno de éstos antes de que se revele por completo en el proceso llamado
meditación.
Tomado del libro de Swami
Krishnananda El Yoga de la Meditación
jueves, 19 de enero de 2017
¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?
Para una respuesta a esta pregunta se necesita saber qué es aquello de lo que realmente carecemos en la vida, debido a lo cual buscamos ayuda en la meditación. Por lo general, la insatisfacción es causada por un sentimiento que nos invade después de haber vivido la vida un número suficiente de años, y ver que los deseos del hombre parecen no tener fin; que entre más posesiones se tenga, también es mayor la ambición y la codicia; que aquellos que parecen ser amigos, también son capaces de abandonarlo a uno en horas cruciales de la vida; que los objetos de los sentidos nos enredan en complejidades mecánicas en lugar de aliviarnos de la tensión, la ansiedad y el deseo; que nuestro anhelo de felicidad excede todos los conceptos finitos, y nunca será satisfecho por nada de lo que contiene el mundo por la limitación que causa una cosa excluyendo la otra, y la capacidad de una cosa de incluir a otra en su estructura; que los llamados placeres de la vida parecen ser solo irritación del sistema nervioso, sumisión a impulsos involuntarios y esclavitud de los instintos, en vez del logro de una libertad real, la cual es la única cosa a la que el hombre aspira finalmente.
Si éstas y muchas otras cosas son los defectos de la vida, ¿cómo espera uno corregirlos mediante la meditación? Los defectos parecen ser realmente horrorosos, más de lo que la mente humana ordinaria puede comprender y contener. No obstante, surge la esperanza de que la meditación pueda enmendarlos, y si esta esperanza tiene algún significado o realidad, entonces el rango de la meditación se extenderá más allá de todas las limitaciones de la vida humana. Entonces la verdadera meditación será un trabajo universal de la mente, y no un simple pensamiento privado encerrado en el clóset de nuestra habitación. Este aspecto de la naturaleza de la meditación no está dentro de la noción que de ella han estado considerando en sus mentes muchos aspirantes espirituales. Un análisis de la naturaleza de la meditación nos muestra una realidad más profunda que aquella que comprenden los procesos psicológicos normales de la mente, tales como el pensamiento, sentimiento y entendimiento, de tal forma que la meditación se convierte en un despertar del alma del hombre, en vez de ser un simple funcionamiento de la mente.
Tomado del libro de Swami Krishnananda El Yoga de la Meditación
sábado, 14 de enero de 2017
¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para los defectos de la vida?
El arte de la
meditación no es un trabajo para ser realizado en la forma en que efectuamos en
la vida los deberes diarios de la profesión, puesto que todas las actividades
de la vida están en forma de una función de la individualidad o la
personalidad, actividades que son, en gran medida, extrañas a la naturaleza,
debido a lo cual, después del trabajo viene la fatiga y, en ocasiones, quedamos
completamente hastiados con el trabajo. Pero la meditación no es una función de
esta clase, y es diferente de las actividades con las cuales el hombre
generalmente está familiarizado. Si en algún momento nos sentimos cansados de
la meditación, solo tenemos que concluir que hemos estado involucrados en otra
clase de actividad que, aunque llamemos meditación, realmente no lo es.
Debemos hacer una distinción cuidadosa entre nuestro ser y
la acción que procede de nuestro ser. Lo que en ocasiones fatiga a la persona
es ésta última, y no la primera. Podemos cansarnos del trabajo, pero no podemos
cansarnos de nosotros mismos. Se sigue naturalmente que cuando quiera que
estemos cansados de un trabajo o función, ésta no es parte de nuestra
naturaleza, sino extraña a ella. Si la meditación se va a convertir en un
trabajo o función de nuestro ser, también estará por fuera de nuestra naturaleza
y algún día, no solo estaremos cansados, sino hastiados de ella, puesto que se
impone como un elemento extraño a nuestro ser o naturaleza, y es una
característica del ser esencial deshacerse por varios métodos de cada cuerpo
extraño.
Los aspirantes del sendero espiritual generalmente están
familiarizados con el hecho de que la meditación es la cima del Yoga, así como
la consumación del esfuerzo espiritual. 5 Pero en realidad son muy pocos los
que acceden a su significado central, pues la mayor parte de su esencialidad se
pierde en una confusión, que generalmente sucede por equiparar la meditación
con una clase de trabajo o actividad de la mente, razón por la cual, la mayor
parte de las personas encuentra difícil sentarse en meditación por largo tiempo,
y son vencidos tanto por el sueño, como por el cansancio general del sistema
psicofísico. Es curioso que aquello a lo que uno apunta como la meta de su vida
se convierta en causa de fatiga, frustración y, aun en ocasiones, de disgusto.
Las personas intentan conocer los secretos de la meditación a causa de la
insatisfacción con las actividades normales de la vida y al detectar un vacío
en el valor de la existencia terrenal. Si aun este remedio que se buscó para
llenar el vacío de la vida crea la sensación de otro vacío, defecto o
insatisfacción, y si hay factores que pueden presionar a la persona hasta
pensar que ya es ‘suficiente’ la meditación y la hacen cambiar a otra
actividad, tal como una diversión, se debe concluir que existe un serio defecto
en nuestro concepto de meditación. Cuando cuidadosa y afectuosamente
investigamos sobre la meditación como ejercicio espiritual, nos encontramos
cara a cara con ciertas verdades tremendas acerca de la Naturaleza y la Vida
como un todo. Antes de dedicarnos a alguna tarea, necesitamos una idea clara de
la misma, o al final haremos un lío sobre lo que se suponía, íbamos a hacer. La
pregunta fundamental es: '¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para
los defectos de la vida?'
Suscribirse a:
Entradas (Atom)