Swami Krishnananda en su juventud acompañado por su Guru Swami Sivananda |
El tercer punto es: La asociación
con un Guru es una bendición en sí misma. Hablo desde mi experiencia personal,
si es que les gustaría saber cómo hemos sido bendecidos por la asociación
personal que tuvimos con Swami Sivanandaji Maharaj. Lo que estoy expresando es
puramente un sentimiento personal. Nunca he visto una persona como él ni espero
ver otra, al menos en esta vida. Era una magnífica impersonalidad en personalidad—impersonalidad
vista en una personalidad. Era una persona como cualquiera en el sentido de que
podíamos verlo; pero era un ser impersonal. Cuando venía, uno no podía sentir
que era un hombre el que venía. Usualmente, la idea de varón-mujer está en nuestras
mentes, de modo que decimos que un hombre viene. Pero cuando Swamiji venía,
nunca podíamos sentir que era un hombre. Esta idea de varón-mujer nunca entraba
en nuestras cabezas. Esto quiere decir que irradiaba una fuerza a su alrededor
que era totalmente impersonal. La impersonalidad no tiene género. No hay
diferencia de varón-mujer en la impersonalidad; y esa impersonalidad estaba en
él. No era varón ni mujer. Al menos, esa idea no entraba en nuestras cabezas
cuando lo veíamos. Era algo muy extraño. En el momento en que una persona lo
veía simplemente era poseída por una nueva clase de sentimiento. Era dominada
por una nueva fuerza.
Esos son los Gurus. Tienen
espiritualidad en ellos; el alma trabaja a través de ellos. No son la mente y
el intelecto los que trabajan a través de los Gurus. Los Gurus nunca hablan a
través del intelecto. Es por esa razón que el chela no debe usar su intelecto
cuando el Guru le dice algo. Cuando el alma habla, sólo el alma tiene que
responder. No debería usarse el intelecto, la razón, una actitud científica y
demás. Sería una anomalía y el chela sería un inadaptado. El Guru es un alma,
no un cuerpo.
Ahora estoy llegando a un punto
muy interesante acerca de la relación Guru-chela. Debido a que el Guru es un
alma, nunca muere. Nunca diremos, “Nuestro Guru murió; ahora no tenemos a
nadie”. Eso es ininteligible para nosotros. El Guru nunca puede morir, porque
el Guru no es un cuerpo. Ni tampoco el chela es un cuerpo. Ahora venimos al
otro aspecto de la cuestión. Ni el chela es el cuerpo ni el Guru es el cuerpo,
y la relación entre Guru y chela no es una relación física. De modo que si el
Guru está a miles de millas, el chela está feliz. No se preocupa. No llora,
“Oh, mi Guru está lejos. No tengo a nadie.” La distancia es eliminada en el
terreno espiritual. A decir verdad, no hay distancia en el mundo. La distancia
es sólo un concepto espacial. Cuando incluso la televisión y la radio han
eliminado la distancia, ¿creen que la conciencia—el alma—no puede eliminarla?
Puede y lo hace. Aunque éste sea un estado muy avanzado, es la verdad. El
discípulo y el Guru están relacionados de una manera mística y esa relación
continúa aún después de la muerte del cuerpo.
Tomado
del libro “La Relación Guru-discípulo”
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