El arte de la
meditación no es un trabajo para ser realizado en la forma en que efectuamos en
la vida los deberes diarios de la profesión, puesto que todas las actividades
de la vida están en forma de una función de la individualidad o la
personalidad, actividades que son, en gran medida, extrañas a la naturaleza,
debido a lo cual, después del trabajo viene la fatiga y, en ocasiones, quedamos
completamente hastiados con el trabajo. Pero la meditación no es una función de
esta clase, y es diferente de las actividades con las cuales el hombre
generalmente está familiarizado. Si en algún momento nos sentimos cansados de
la meditación, solo tenemos que concluir que hemos estado involucrados en otra
clase de actividad que, aunque llamemos meditación, realmente no lo es.
Debemos hacer una distinción cuidadosa entre nuestro ser y
la acción que procede de nuestro ser. Lo que en ocasiones fatiga a la persona
es ésta última, y no la primera. Podemos cansarnos del trabajo, pero no podemos
cansarnos de nosotros mismos. Se sigue naturalmente que cuando quiera que
estemos cansados de un trabajo o función, ésta no es parte de nuestra
naturaleza, sino extraña a ella. Si la meditación se va a convertir en un
trabajo o función de nuestro ser, también estará por fuera de nuestra naturaleza
y algún día, no solo estaremos cansados, sino hastiados de ella, puesto que se
impone como un elemento extraño a nuestro ser o naturaleza, y es una
característica del ser esencial deshacerse por varios métodos de cada cuerpo
extraño.
Los aspirantes del sendero espiritual generalmente están
familiarizados con el hecho de que la meditación es la cima del Yoga, así como
la consumación del esfuerzo espiritual. 5 Pero en realidad son muy pocos los
que acceden a su significado central, pues la mayor parte de su esencialidad se
pierde en una confusión, que generalmente sucede por equiparar la meditación
con una clase de trabajo o actividad de la mente, razón por la cual, la mayor
parte de las personas encuentra difícil sentarse en meditación por largo tiempo,
y son vencidos tanto por el sueño, como por el cansancio general del sistema
psicofísico. Es curioso que aquello a lo que uno apunta como la meta de su vida
se convierta en causa de fatiga, frustración y, aun en ocasiones, de disgusto.
Las personas intentan conocer los secretos de la meditación a causa de la
insatisfacción con las actividades normales de la vida y al detectar un vacío
en el valor de la existencia terrenal. Si aun este remedio que se buscó para
llenar el vacío de la vida crea la sensación de otro vacío, defecto o
insatisfacción, y si hay factores que pueden presionar a la persona hasta
pensar que ya es ‘suficiente’ la meditación y la hacen cambiar a otra
actividad, tal como una diversión, se debe concluir que existe un serio defecto
en nuestro concepto de meditación. Cuando cuidadosa y afectuosamente
investigamos sobre la meditación como ejercicio espiritual, nos encontramos
cara a cara con ciertas verdades tremendas acerca de la Naturaleza y la Vida
como un todo. Antes de dedicarnos a alguna tarea, necesitamos una idea clara de
la misma, o al final haremos un lío sobre lo que se suponía, íbamos a hacer. La
pregunta fundamental es: '¿Cómo sabe uno que la meditación es el remedio para
los defectos de la vida?'
No hay comentarios:
Publicar un comentario